El distanciamiento social para contener el nuevo coronavirus y el cierre de fronteras golpearán al mundo.
La producción padecerá los síntomas de las medidas que adopten los gobiernos para contener la pandemia, pero muchos otros elementos de la economía también sufrirán. Uno de ellos es el mercado laboral.
El desempleo aumentará y la informalidad también, pero qué tan profundo será el golpe aun está en tela de duda.
El escenario menos pesimista pronostica una pérdida de cinco millones de empleos formales en América Latina y el Caribe, y de 118.500 en el caso de Costa Rica, según las previsiones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en su informe titulado ¿Cómo impactará la COVID-19 al empleo? Posibles escenarios para América Latina, abril 2020.
Ese es el mejor escenario de tres posibles bajo los cuales se puede desempeñar el mercado laboral tras el golpe del nuevo coronavirus, según el BID.
Que este escenario pueda ser mucho peor dependerá del control que logren los gobiernos sobre la pandemia y de si las medidas de confinamiento deben o no extenderse.
El peor escenario pronosticado por el BID involucra una pérdida de hasta 17 millones de empleos formales en América Latina y el Caribe.
En el caso de Costa Rica la contracción más leve en el empleo formal significaría una caída del 7,9% en la población empleada, pero el peor escenario mostraría una caída del 22,4% (336.000 empleos menos) para el sector en suelo costarricense.
Este pronóstico incluye únicamente la pérdida de empleos formales, pero sin duda la afectación involucra una disminución de ingresos y una afectación en el sector informal también.
Aunque es pronto para saber cuál será el impacto real de esta crisis sanitaria en la economía, porque nadie sabe a ciencia cierta cómo evolucionará la pandemia, los principales organismos internacionales lanzan sus primeros pronósticos.
Se espera la mayor caída económica desde la Gran Depresión del siglo pasado, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). Esto involucra que, aun en el escenario menos adverso, hasta las economías que mostraban mejores dinámicas previo a la llegada del COVID-19 sufrirán.
América Latina y el Caribe mostrará un deterioro mayor al visto durante la crisis financiera mundial del 2009, cuando la producción se contrajo cerca de un 2%. La profundización del desempleo es indeludible.
¿Cómo atenuar el impacto en el mercado laboral? El BID señala la necesidad de apostar por mecanismos de apoyo, que provengan del Gobierno y los gobiernos locales.
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Entre ellos destaca: “medidas de apoyo directo a la protección laboral (por ejemplo, reducción de jornadas laborales, subsidios al salario), diferimiento de pagos e impuestos (ingresos, IVA, contribuciones a la seguridad social), instrumentos financieros (préstamos, subvenciones y garantías), así como políticas estructurales (nuevos mercados, digitalización, teletrabajo)”.
En el plazo inmediato, apunta como mayor desafío la localización de los trabajadores y familias más vulnerables, para transferirles seguros y apoyo social. Asimismo, la necesidad de dar financiamiento a las pymes para evitar su muerte.
“No existe consenso sobre la magnitud ni la duración que tendrá la pandemia ni sus efectos sobre la economía mundial, en general, y para cada país en particular”, dicta el documento.
El BID elaboró tres posibles escenarios sobre los cuales puede desempeñarse el mercado laboral en los próximos años.
Lo que está más claro es la lista de los sectores más afectados: servicios, comercio, restaurante y hoteles, así como el sector transporte. Adicionalmente, la manufactura, ya que la menor demanda agregada tendrá efectos importantes en esta actividad.
Esos sectores reúnen a los mayores empleadores en la región: comercio, restaurantes y hoteles (56 millones, 62% de ellos informales); agricultura y pesca (38 millones, 84% informales) y manufactura (33 millones, 45% informales).
Tres escenarios a detalle
1. Crisis de corto plazo. Este escenario, pese a ser el más benigno, supondría una caída del producto que duplicaría a la observada en la crisis de 2009. Supone que la emergencia sanitaria pasará durante el segundo semestre de 2020 y que la recuperación económica comenzaría a observarse hacia fin de año.
2. Crisis de mediano plazo. Este segundo escenario supone que la recesión se extendería por tres trimestres consecutivos, lo que se traduciría en una tasa de crecimiento negativo cercana a los diez puntos porcentuales, con una leve mejora en el cuarto trimestre.
3. Recesión prolongada. Finalmente, el tercer escenario supone una recesión de gran magnitud (15 puntos porcentuales) sin algún tipo de recuperación económica en el mediano plazo.
A continuación el listado de países y su pronóstico para toda la región.