Este 2024 será recordado por dejar dos cicatrices importantes sobre la piel del sistema financiero: las intervenciones e inviabilidades de Coopeservidores y Desyfin, dos participantes que, a pesar de ser relativamente pequeños, sacudieron la confianza del público en las entidades y en el modelo de supervisión. Rocío Aguilar, jerarca de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), identificó cuáles son los cambios que considera que los reguladores deben hacer para evitar que se repitan estos sucesos.
Aguilar, quien abandona la Sugef al terminar el 2024, sostiene que lo de Coopeservidores y Desyfin no fue producto de fallas en la supervisión, sino problemas en la administración de ambos intermediarios; no obstante, reconoce que hay cambios que necesitan concretarse.
1. Calidad de los datos
El primero que le mencionó la superintendenta a este medio es mejorar la calidad de los datos que reciben por parte de las entidades. Específicamente, dijo que hay que mejorar la capacidad de “determinar comportamientos atípicos” en la información financiera que hoy se ve de una forma “más sencilla”.
Actualmente a las entidades se les hace un monitoreo permanente, pero Aguilar dice que hay una base de “confianza en la información que se remite” por parte de las entidades, ya que, en teoría, dichos datos pasan por varios filtros de control interno. A pesar de ello, uno de los pecados que encontraron las interventorías de Coopeservidores y Desyfin fue el supuesto ocultamiento y mala clasificación de la información contable por parte de las entidades.
En el caso de Coopeservidores, por ejemplo, se denunció que la cooperativa ocultaba la morosidad real por medio de reestructuraciones y readecuaciones sin que se realizaran las estimaciones contables requeridas. En el de Desyfin, también se encontraron operaciones de importante tamaño que estaban aparentemente clasificadas en una categoría de riesgo menor a la establecida por Sugef. Para cuando se identificaron esas inconsistencias ya fue demasiado tarde para salvarlas.
Dada esta debilidad, la superintendenta considera que debe trabajarse con información más fidedigna. “(Se necesita) poder meterse en las bases de datos y ver, por ejemplo, operaciones de que no han tenido amortizaciones y que se mantienen perfectamente al día u operaciones de cuantías significativas que se mantienen con amortizaciones muy pequeñas”, le dijo Aguilar a este medio.
Aguilar mencionó que no es necesaria nueva normativa para hacer más incisiva esa supervisión y que ya se está aplicando parte de esa mejora. “Hemos aprendido muchísimo y los equipos han desarrollado modelos que ya hoy día están a disposición de los supervisores para que se puedan tener en horas información que antes nos tomaba meses, semanas o días”, agregó.
2. Mejorar trabajo con las auditorías externas
Las auditorías externas son otra línea de defensa que tiene el sistema financiero, pero que con los casos de Coopeservidores y Desyfin no bastó para detectar los problemas de ambas entidades.
“Hay que hacer un trabajo más coordinado de por dónde va el supervisor y por dónde va la auditoría”, dijo Aguilar, quien también mencionó que es importante que los auditores operen con calidad de datos. “Yo creo que hay que trabajar casi que directamente en las bases de datos”, agregó.
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Las auditorías externas son obligatorias y tienen el objetivo de obtener una seguridad razonable de que los estados financieros presentados por las entidades están libres de errores materiales, debido a fraude o error. Estos son los errores o inexactitudes que son lo suficientemente significativos como para afectar la toma de decisiones económicas de quienes lean dichos estados. Es decir, es un tercero que revisa que los números contables de las entidades digan, a grandes rasgos, la verdad.
En el caso de Desyfin, los últimos estados auditados obtuvieron una opinión limpia. En otras palabras, dieron el visto bueno. Como ejercicio de verificación los auditores tomaron una muestra representativa del 60% de los créditos de la entidad, sin embargo, no encontraron nada fuera de lo normal. Esto a pesar de que, escasos meses después, una inspección de Sugef encontró la clasificación incorrecta de los créditos y el ocultamiento de la mora.
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Con Coopeservidores ocurrió algo similar: la interventoría encontró créditos con problemas de mora que databan incluso desde la pandemia, sin embargo, todas las firmas auditoras dieron una opinión limpia sobre la información contable de la entidad, a excepción de la del 2023. No obstante, dicha auditoría menciona que la opinión con salvedad se otorgó tras una inspección realizada por la propia Sugef, la cual encontró irregularidades en la contabilidad de la cooperativa.
Esta no es la primera vez que Aguilar señala puntos de mejora en las auditorías. “Hemos visto en estos últimos casos (Coopeservidores y Desyfin) en donde, si bien en las cartas de gerencia se anotan algunos temas de control interno, en ninguno de los casos (las auditorías) le han dado el peso suficiente como para que el dictamen sea negativo. Me parece que ahí es otro trabajo importante que hay que hacer con las auditorías externas, sobre todo porque, de acuerdo a nuestra normativa, están en la obligación de denunciar ante la Superintendencia cuando se encuentren con actos irregulares”, le dijo la superintendenta a este medio en agosto pasado.
3. Mejorar gobierno corporativo
El otro reto que ve Aguilar es cómo mejorar la calidad de los gobiernos corporativos. Dice que esto no es algo nuevo para la Superintendencia, pero que se confirmó aún más su importancia tras los casos de las entidades caídas.
La jerarca de Sugef reconoció que hay sectores en los que los supervisores han encontrado mayores dificultades para que las entidades cumplan con la calidad de gobierno corporativo. De hecho, en los informes de interventoría de Coopeservidores y Desyfin se señalaron las debilidades en sus máximos órganos directivos como una de las principales razones de sus inviabilidades.
“Usted puede tener un buen negocio, un buen entorno, pero un mal gobierno corporativo puede dar traste con una entidad. Por el contrario, en épocas muy complejas un buen gobierno corporativo puede anticiparse tomar decisiones y prepararse para atender”, comentó Aguilar.