Si se ha hecho esta pregunta, debe tomar en cuenta primero su capacidad de pago, el tipo de estudio a financiar y, sobre todo, si quiere financiar solo su carrera o si necesita financiar sus años como estudiante (libros, transporte, hospedaje, alimentación, etc.).
Según un recuento realizado por EF, las opciones de financiamiento para educación superior se dividen en dos: financiamiento propio de los centros de estudio y otros convenios con entidades financieras.
Si necesita financiar exclusivamente las materias de su carrera, probablemente optar por un financiamiento propio del centro de estudio sea la opción ideal.
Según el último Informe del Estado de la Educación, publicado en el 2015, la matrícula en las universidades privadas era de 97,727 estudiantes, mientras que en las universidades públicas, el número de estudiantes matriculados era de 78.918 durante el primer ciclo lectivo.
Nueve de los principales centros de educación superior consultados cuentan con sistemas de pagaré sin intereses, con los que al cancelar la matrícula, al estudiante se le divide el monto total de las materias en tres o cuatro cuotas.
Un estudiante de Ingeniería o Administración de la Universidad Latina, por ejemplo, pagará aproximadamente ¢775.000 por un cuatrimestre de cinco materias más el costo de la matrícula, que es de ¢116.100.
Mensualmente, deberá cancelar una cuota de ¢193.750 aproximadamente.
En el caso de la Ulacit, un estudiante de derecho paga por cinco materias ¢679.636, por lo que durante un cuatrimestre pagará ¢169.909 por mes, utilizando el método de financiamiento propio de la universidad.
Según Ericka Soto, directora de comunicación de esa universidad, el 47% de la población matriculada lo hace por medio de financiamiento.
Utilizando el financiamiento del centro de estudios, el estudiante de derecho pagará al finalizar su carrera en un periodo de dos años y medio (estudiando bloques completos), aproximadamente ¢5,4 millones, sin incluir matrícula.
Si por el contrario, opta por solicitar un crédito para educación, como el que ofrece el Banco Popular, que cuenta con una tasa de 14%, durante el mismo periodo pagará una cuota de ¢215.843 mensual y un total de ¢6,5 millones por la misma carrera, sin incluir matrícula.
Adicional al costo propio del programa, el estudiante estará pagando ¢1,038 millones en intereses.
Las cuotas en este caso podrían reducirse a ¢126.511 mensuales si se paga al plazo de 60 meses que ofrece el banco; sin embargo, en ese plazo los intereses del crédito se duplican y ascienden a ¢2,153 millones.
Los financiamientos propios de las universidades no poseen intereses, pero cobran una tasa por morosidad.
Las tasas por mora dependen de la universidad y oscilan entre el 2,75% y el 10% mensual.
Los contratos de este tipo de financiameinto deben estar respaldados por un fiador.
Además de estas opciones, los estudiantes que solo necesitan financiar las materias que están cursando, pueden utilizar los convenios que tienen las instituciones con entidades financieras.
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En algunos casos, existe la opción de pagar con Tasa Cero o Mini Cuotas de Credomatic, financiar los estudios con Credix, utilizar la opción A Paguitos de Davivienda o financiarse con Conape.
No solo las materias
Pese a que los pagarés de las universidades parecen ser la mejor opción, no se adaptan a todos los tipos de estudiante.
Hay quienes necesitan no solo financiar las materias de su carrera sino en general, su vida universitaria; incluidos gastos de traslado y manutención, libros, material estudiantil y, por supuesto, la matrícula y materias.
Para estos casos, la mejor opción son los créditos para educación de las entidades financieras.
Casi todas las entidades financieras del país ofrecen créditos para la educación que cubren entre otras cosas; matriculas, mensualidades, derechos de graduación, compra de libros, equipos de computo, alimentación y otros materiales que se requieran durante los estudios.
Según comenta Ana Lucía Gómez, gerente de crédito de Desyfin, entidad que ofrece créditos estudiantiles, el 57% de los solicitantes de estos créditos son estudiantes universitarios asalariados que pagan el préstamo con ingresos propios, mientras que un 43% son representantes del estudiante que asumen la deuda.
En el caso de Desyfin, ofrece un monto máximo de financiamiento de ¢5 millones con una tasa variable y un plazo máximo de ocho años y seis meses para pagar.
El plazo de la cancelación del crédito se divide en cuatro años de estudio, seis meses de periodo de gracia para el estudiante y cuatro años más para cancelar el préstamo.
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El Banco Popular, por su parte, ofrece líneas de crédito para educación con tasas anuales revisables de 14% y ajustables cada mes.
En este caso, el cliente puede solicitar que se haga el desembolso del préstamo en varios tractos, por ejemplo, para el pago de materias universitarias cada cuatrimestre.
Otros bancos, como Scotiabank, Banca Kristal y Banco de Costa Rica, brindan créditos personales con tasas que van desde 21,5% hasta 28%.
En cuanto a créditos para pagar más que solo la colegiatura, Conape sigue teniendo la tasa de interés más baja (4% anual).
Sin embargo, la entidad no siempre brinda financiamiento completo para estudios, es decir, incluidos gastos adicionales, y cada crédito se estudia de acuerdo con el caso.