El ritmo de crecimiento medio de la economía de Costa Rica cerró, en el primer semestre del 2019, en 1,6%, la cifra evidencia una reducción de 1,6 puntos porcentuales respecto a la observada en el mismo periodo del año pasado, cuando fue de 3,2%.
Los datos se desprenden del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) a junio de este año, publicados la noche de este viernes 9 de agosto por el Banco Central de Costa Rica (BCCR).
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Este índice mide la variación en la cantidad física de bienes y servicios que se producen en el país. Los datos corresponden a la serie tendencia ciclo que elimina patrones estacionales y movimientos irregulares.
En cuanto al crecimiento interanual (de un mes respecto al mismo mes del año pasado), el indicador aumentó 1,5% a junio del 2019, esto representa una reducción de 1,7 puntos porcentuales respecto al mismo mes del 2018, cuando se registró en 3,2%.
Sin embargo, el índice de junio evidencia un leve repunte en relación con el de mayo anterior, que cerró en 1,3%.
El crecimiento acumulado durante los últimos doce meses fue del 2%, un ritmo que se aleja de la tasa potencial estimada para la economía costarricense que debe rondar el 3,5%, de acuerdo con la Revisión del Programa Macroeconómico 2019-2020.
Razones de la caída
El Banco Central explicó, en el informe del IMAE, que la producción de las empresas que operan en el régimen especial –las que gozan de beneficios fiscales en Zonas Francas– reportó un crecimiento del 10,2% respecto a un año atrás.
Este comportamiento se debe a una mayor demanda externa de dispositivos médicos, servicios informáticos y empresariales.
Sin embargo, el nivel de crecimiento de las empresas que se encuentran en el régimen definitivo –no cuentan con exenciones fiscales– fue de apenas 0,3%, la cifra representa una caída de 2,5 puntos porcentuales respecto a junio del 2018.
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Varios factores externos e internos influyeron en la menor producción de bienes y servicios que a su vez generan encadenamientos con otras actividades económicas.
El BCCR señaló que la producción agrícola se vio afectada por una caída en los precios internacionales y por las condiciones climáticas que se tradujeron en una reducción en las exportaciones de piña y banano, que a su vez repercutió en una menor demanda de papel, materiales para empaque y servicios de trasporte de carga, entre otras actividades ligadas a estos cultivos.
La reducción en la cantidad de construcciones comerciales y residenciales generó efectos negativos en la fabricación y venta de materiales, el transporte de carga y los servicios profesionales de ingeniería y arquitectura, señala el ente emisor.
La crisis en Nicaragua generó una baja en la cantidad de bienes exportados a ese país, pero también se registraron reducciones hacia otras naciones de Centroamérica.
Las medidas de contención del gasto aplicadas por el Gobierno repercutieron en una menor actividad de servicios de administración pública.
El 90% de las empresas del país operan fuera del régimen especial, por lo que su débil dinamismo explica la caída general en la producción de bienes y servicios de Costa Rica a junio.
Sectores golpeados
La construcción acumula siete meses de desaceleración continua y en junio registró una fuerte caída de 14,3%, respecto al mismo mes del 2018.
“(La baja fue) Principalmente por la menor obra residencial y comercial, como consecuencia de la incertidumbre generada por la entrada en vigencia de la reforma fiscal, según consultas realizada por el Banco Central a empresarios de la industria de la construcción y el comercio”, agregó el BCCR.
En el agro se suman 10 meses de variaciones negativas en su nivel de crecimiento. Para junio mostró una contracción de 2,6%, que es menor al crecimiento de 2,7% reportado en mayo del 2019, esta caída se explica por la menor producción de piña, banano, papa, hortalizas, raíces y tubérculos.
Mientras que el comercio lleva ocho meses consecutivos de contracción. Esta actividad cayó 0,7% por la menor venta de vehículos y materiales de construcción.
La agricultura y el comercio tienen mayor peso sobre el producto interno bruto (PIB) y generan empleo para una porción importante de la población ocupada del país.
Entre las actividades que crecieron están los servicios (2,8%) gracias al impulso de la enseñanza y la salud (0,3%), los servicios empresariales (2,8%), información y comunicaciones (5,1%), alquileres (2,8%), y alojamiento y comidas (0,3%), este último por una mayor entrada de turistas al país.
De esta forma la manufactura de las empresas del régimen especial, las actividades de enseñanza, los servicios empresariales y la salud fueron los sectores que impulsaron el crecimiento de la economía durante junio.