La adopción del bitcóin como divisa oficial por parte de El Salvador, primicia mundial, encantó a los entusiastas de las criptomonedas, para quienes es un hito histórico, aunque no influyó en el precio de la moneda virtual que vive horas bajas.
El Parlamento de El Salvador aprobó una ley que debería permitir que el bitcóin se utilice en muchos aspectos de la vida cotidiana, desde las transacciones inmobiliarias hasta los pagos fiscales.
Pero, es la primera vez que la muy volátil criptomoneda descentralizada es reconocida como divisa, en tanto que, por el contrario, muchos reguladores en Europa, China o América del Norte se están armando para enfrentar a este mercado que en los últimos meses se ha multiplicado por diez.
"Las naciones más grandes y poderosas están intentando oponerse al ineludible movimiento hacia monedas sin fronteras, globales y digitales, pero este pequeño país centroamericano ha abrazado a la más grande de ellas", se inflama en una nota Nigel Green, director de la consultora financiera deVere
Aunque, en su opinión, encuentra lógico que países como El Salvador, que utilizan sus propias monedas pero también al dólar como moneda oficial, se interesen en una alternativa sin las restricciones políticas del billete verde.
"El Salvador fue el primero, y no será el último", afirma.
En efecto, el parlamentario paraguayo Carlos Rejala Helman señaló en la red Twitter que su país haría pronto "un anuncio" sobre las criptomonedas.
Al igual que el presidente salvadoreño, editó su foto de perfil para reemplazar sus ojos con rayos láser, señal de reconocimiento de los fans del bitcóin, que simboliza su concentración en el aumento de su precio.
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Mercado alicaído
"Mientras aumentan sus usos, sobre todo entre los más jóvenes y menos ricos, esto podría llevar a largo plazo a una flexibilización de las regulaciones", indicó a la AFP Charlie Erith, administrador de criptoactivos ByteTree.
Más mesurado que otros profesionales de las criptomonedas, menciona un "pequeño paso en la dirección correcta".
En realidad, el mercado de las criptomonedas continúa siendo pequeño.
El Bitcóin subió este miércoles en un 4,2%, a más de 35.000 dólares (unos 28.700 euros).
Pero cotizó en un 46% de su máximo histórico, 64.870 dólares, logrado a mediados de abril.
¿Por qué el anuncio de El Salvador no hizo aumentar su precio, cuando su subida a finales de 2020 y comienzos de 2021 estuvo impulsada por anuncios seguidos de su adopción por parte de grupos financieros cada vez más respetables?
"Los efectos de estos anuncios pueden haber provocado que los inversores se vuelvan escépticos, como demostró Elon Musk, y si cambian de opinión, la reacción puede ser complicada", señala Erith.
El magnate fabricante de automóviles Tesla había elogiado frecuentementa a las criptomonedas en el primer trimestre del año en su cuenta de Twitter, y su grupo anunció que aceptaba al bitcóin como medio de pago, además de invertir parte de sus activos en criptomonedas.
Pero el multimillonario, caprichoso, ha cambiado su tono desde entonces y ahora bascula entre el apoyo y la crítica, algo que tiende a ampliar la volatilidad de los precios.
Inquietud sino-estadounidense
Pero, ante todo, "existe un riesgo de que El Salvador se convierta en una isla en un océano global de escepticismo respecto a las criptomonedas", teme Susannah Streeter, analista financiera en Hargreaves Lansdown.
"Las transacciones utilizando criptomonedas ya fueron prohibidas en China y el último objetivo de Pekín son las redes sociales, con la anulación de varias cuentas dedicadas a la criptomoneda en la red Weibo", señaló a la AFP.
Y, en Estados Unidos, las autoridades anunciaron a comienzos de esta semana que habían logrado recuperar parte de los 4,4 millones de dólares en bitcóins pagados en tanto rescate tras el 'hackeo' del Colonial Pipeline, que paralizó al oleoducto clave para el sistema petrolero estadounidense.
"La exageración mediática alrededor de este rescate y la incautación refuerza la percepción de que uno de los principales usos de las criptomonedas es de naturaleza criminal", añade la analista.
“Al volverse conocido como un refugio para los bitcóins, el país, que ya ha tenido acusaciones de corrupción, corre el gran riesgo de atraer al tipo de inversiones ‘incorrectas’ por parte de grupos criminales que buscan el anonimato”, concluye.