Ginebra. La Copa del Mundo del 2018 le ha costado a Rusia miles de millones de dólares en preparativos y generará centenares de millones para la FIFA en ganancias.
Aun así, las enormes cifras, rutinarias para grandes eventos deportivos, no serán récords para mundiales.
El presupuesto oficial de Rusia, de 678.000 millones de rublos ($11.600 millones) para proyectos del torneo, es menor que el estimado de $15.000 millones gastados por Brasil en el Mundial de 2014.
Las erogaciones para cumplir la promesa del presidente Vladimir Putin, de mostrar una Rusia más cálida y abierta, excluyen algunos proyectos de transportes de los que depende el torneo.
Asimismo, el presupuesto es una bagatela comparado con la cuenta de $51.000 millones de los Juegos Olímpicos de Invierno del 2014 en Sochi.
La FIFA superará los $6.000 millones en ingresos para el ciclo comercial de cuatro años vinculado con esta Copa del Mundo, rebasando su objetivo de $5.656 millones. El torneo es por amplio margen la principal fuente de ingresos de la FIFA.
Ese objetivo, no obstante, fue conservador comparado con los $5.720 millones en ingresos asignados por la organización al ciclo de la Copa del 2014.
Ha sido difícil conseguir patrocinadores desde que la revelación en mayo del 2015 de investigaciones estadounidenses y suizas de soborno estremeció a la FIFA y a decenas de dirigentes del fútbol global.
Enseguida, algunos datos financieros.
Vacas Flacas
La vida era relativamente fácil para la FIFA y Rusia en diciembre de 2010, cuando se votó por la sede del Mundial.
El certamen de ese año en Sudáfrica había transcurrido sin que ocurriera el desastre de organización previsto por muchos, y ayudó a generar ganancias de $631 millones para la FIFA en un periodo de cuatro años que incluyó una crisis financiera global.
Cuatro años antes, el Mundial de Alemania arrojó ganancias por unos $700 millones.
Los precios del petróleo comenzaron un ascenso que los colocó por encima de $100 por barril, lo que dio a Rusia la fuerza económica para buscar la organización de los Juegos Olímpicos de Invierno y la Copa del Mundo.
Para mayo de 2015, el crudo había caído. Distintos bancos y empresarios rusos enfrentaron sanciones internacionales tras la anexión de Crimea en el año anterior. El rublo se depreció.
Y se estancaron los intentos de la FIFA por vender paquetes de patrocinio para dos mundiales, incluido el de Catar en 2022.
“Es complicado, especialmente en un mercado donde (los socios potenciales) perciben cierta crisis alrededor” , dijo Philippe Le Floch, director de marketing de la FIFA, quien heredó condiciones adversas para las ventas a finales de 2016.
Vender el mundial
La Copa del Mundo comenzará con dos grandes lagunas en el plan de patrocinios de la FIFA.
El órgano rector del fútbol mundial quería un total de 14 convenios en su categoría principal, la de “socios” , de la Copa del Mundo, en la que figuran desde hace años empresas como Adidas y Coca-Cola, así como en la categoría de “patrocinadores”, segunda en importancia. En realidad, consiguió sólo que se asociaran 12 compañías.
Empresas de Estados Unidos, Japón, Alemania y Gran Bretaña no renovaron sus contratos tras el Mundial de Brasil 2014. Los reemplazos lógicos, la gigante rusa de la energía Gazprom y Qatar Airways se unieron junto con cuatro grupos chinos en el conjunto de 12 patrocinadores.
Los líderes anteriores de la FIFA reformaron el programa de tercera categoría, a fin de que incluyera 20 auspiciantes cuatro de cada una de las cinco regiones del mundo, a fin de aumentar los ingresos. La medida no funcionó.
El total hacia finales de mayo era de cuatro convenios con empresas rusas –tres controladas por el estado–; un solo patrocinador chino, ninguno de América, África o Medio Oriente. El programa de 34 patrocinadores en total se quedó apenas con 17 compradores.
Sin embargo, el auge del mercado de los derechos de transmisión televisiva ha amortiguado el impacto sobre las finanzas de la FIFA.
Los acuerdos alcanzados en 2011 con Al Jazeera Sport, empresa catarí conocida ahora como BeIN, así como con las cadenas estadounidenses Fox y Telemundo, generaron una recaudación colosal, en comparación con los precios de 2010 y 2014.
Con todo, la FIFA perdió unos $100 millones en ingresos previstos en noviembre, cuando Italia quedó eliminada del Mundial. Ello derivó en que un contrato de TV con ese país debiera firmarse con un descuento significativo.
Las ventas de boletos están por debajo de la marca de tres millones conseguida en Sudáfrica y Brasil.
Los estadios de Ekaterimburgo y Kaliningrado, con una capacidad reducida de 35.000 espectadores, resultan pequeños para los estándares modernos del Mundial.
Los próximos cuatro años
El presidente de la FIFA Gianni Infantino ha hecho promesas de ingresos para el período de cuatro años que concluye en diciembre del 2022, con el cierre de la Copa del Mundo de Catar.
Las 211 federaciones miembros de la FIFA reciben 20% más, elevando su suma anual a $1,5 millones. Los organismos rectores continentales, como la UEFA, reciben el mismo aumento, a $12 millones anuales.
Los derechos de transmisión de la Copa del Mundo son cada vez más importantes, proveyendo la mitad de todos los ingresos en los próximos cuatro años, dijo la organización en marzo.