El Banco Popular se quedará con un 80,52% del “banco bueno” de Coopeservidores, como los encargados del proceso de resolución de la cooperativa de ahorro y crédito llamaron al grupo de activos que todavía podían suscitar suficiente interés en el mercado para solventar, parcialmente, sus obligaciones con ahorrantes e inversionistas.
El Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) publicó los detalles de la transacción este 5 de agosto en el diario oficial La Gaceta, en donde hizo constar su acuerdo definitivo para aprobar la oferta del Banco Popular.
En el “banco bueno” de Coopeservidores se habían colocado activos valorados en ¢560.663 millones; sin embargo el Popular realizó una oferta por solo una parte de ellos, correspondiente a ¢451.480 millones. Además, solicitó que se le aplicaran diversos descuentos a su favor, por un total de ¢39.900 millones adicionales, en cuestiones como el valor de la cartera de crédito que se dejará y de algunos inmuebles.
Esta situación permitirá que los depositantes de Coopeservidores recuperen su dinero, al menos parcialmente. Quienes tuviesen ahorrados o invertidos menos de ¢6 millones, recibirán el monto completo; mientras que las personas con montos más altos solo recuperarán sus primeros ¢6 millones y un 50% adicional sobre el monto restante (ese recorte se denomina haircut, en la jerga financiera).
¿Qué se dejó, qué descartó y cuánto pagará el Banco Popular finalmente por cada rubro en este cierre ordenado de CS? EF revisó los documentos publicados y le explica.
Parte por parte
En su oferta para absorber parte de los activos y pasivos de Coopeservidores, el Banco Popular decidió prescindir de activos valorados por ¢109.183 millones que formaban parte del “banco bueno”.
Principalmente, el Popular evitó la adquisición de un gran grupo de créditos que seguían en estado de recuperación, pero cuyo deterioro esperado era sustancialmente alto en el futuro cercano. Esta era una posibilidad sobre la cual ya habían advertido medios de comunicación, los encargados del proceso de resolución y las autoridades supervisoras del sistema financiero.
Además, el Banco Popular decidió rechazar más de la mitad de los activos fijos que los resolutores de CS también habían colocado en el “banco bueno”; así como una tercera parte de las disponibilidades de efectivo. Todo esto se desprende del oficio RES-CS-1051- 2024, elaborado por el administrador del proceso de resolución de Coopeservidores, Marco Hernández, y publicado parcialmente por Conassif este lunes.
Este es el detalle de la oferta del Banco, ahora aceptada y en ejecución:
Cartera de crédito
Los encargados del proceso de intervención de CS Ahorro y Crédito pretendían que alguna entidad financiera aceptara hacerse cargo de toda la cartera de crédito de la cooperativa en categorías de riesgo 1, 2, 3 y 4. Este segmento de créditos estaba valorado en ¢394.776 millones.
Sin embargo, el Banco Popular finalmente solo se interesó por un 75,23% de las operaciones en las categorías de riesgo 1 y 2 (con morosidad de hasta 30 días y no superior), valoradas en ¢302.259 millones (¢299.067 millones en principales y ¢3.192 millones en intereses).
Las categorías más altas a las mencionadas incluían créditos con morosidad de hasta 90 días. Por ese motivo, era previsible que no fuese posible colocarlas en el mercado.
Esto implicó una primera diferencia de ¢92.517 millones entre el monto que los resolutores querían rescatar de la cartera de crédito de CS en el “banco bueno” y lo decidió adquirir el Banco Popular.
En total, los créditos adquiridos por el Popular fueron 62.256 operaciones; es decir, un 51,1% de los créditos totales de la Cooperativa (contemplando categorías recuperables y no recuperables).
El Popular se basó en una veintena de criterios para definir su apetito de riesgo, entre los cuales se contemplan características de las operaciones crediticias y de los deudores en temas como estabilidad laboral, montos adeudados, capacidad de pago y periodicidad de pago, entre otros. Asimismo, el Banco contempló condiciones especiales adicionales para las operaciones de personas que ya tenían créditos en el mismo Popular.
“Una vez que el Banco Popular y de Desarrollo Comunal filtró la cartera crediticia de Coopeservidores R.L. con esos criterios”, se lee en el oficio, “procedió a efectuar su valoración”.
Inversiones
En cuanto a las inversiones que Coopeservidores mantenía con otras entidades financieras, el BP decidió dejarse la totalidad de las mismas, valoradas en ¢120.382 millones. Si bien pareciera que el Banco dejó ¢7 millones por fuera del total que se colocó en el “banco bueno”, Hernández explicó en su oficio que esa diferencia corresponde a los efectos del tipo de cambio al colonizar las inversiones en dólares.
Disponibilidades
En cuanto a las disponibilidades de efectivo de la Cooperativa, inicialmente valoradas en ¢32.439 millones por los encargados del proceso de intervención, el Popular decidió dejarse ¢10.000 millones menos.
Según explicó Hernández al respecto, el BP decidió realizar un rebajo al estimar los dineros que CS tendrá que emplear en su proceso de cierre, para pagar las prestaciones legales de sus exempleados y para aportar la liquidez inicial del fideicomiso de “activos malos” que siguen sin ser vendidos a uno o varios terceros.
Otros activos
Por último, el Popular decidió dejarse solo ¢6.400 de los ¢13.059 millones en activos fijos de CS. Esto representa una última diferencia negativa de ¢6.659 millones.
En este último bloque, el principal componente adquirido por el Banco Popular fueron nueve propiedades que Coopeservidores inicialmente valoraba en ¢7.446 millones, según peritajes de diciembre pasado; pero que la entidad compradora valoró en ¢1.377 millones menos luego de realizar avalúos por su cuenta.
Según explicó Hernández, esta diferencia radica principalmente en la valoración del Data Center de CS en Rohrmoser de Pavas. El BP ya cuenta con un inmueble de este tipo y planteó un valor de compra menor, pues le daría un uso menos complejo, como sucursal.
La propuesta del Popular fue aceptada por los responsables de la resolución, quienes contemplaron cuestiones como la dificultad de vender ese tipo de instalaciones a otros posibles oferentes y el tiempo que tardarían en vender tantas propiedades por separado.
Además de los edificios, el Popular decidió adquirir mobiliario, equipo de cómputo y 24 cajeros automáticos, de los cuales 18 estaban en uso y 6 nuevos, sin instalar.
Descuentos adicionales
Si bien el Popular se quedará con activos valorados en ¢451.480 millones, también obtendrá varios descuentos por un total de ¢39.900 millones. En otras palabras, solo asumirá pasivos (responsabilidades) por ¢411.580 millones.
El principal descuento que recibirá corresponde a ¢27.315 millones de la cartera de crédito adquirida, por la pérdida esperada de la misma, que se calculó en un 12,19% del total.
Ese porcentaje contempló una proporción de pérdida por riesgo meramente crediticio (9,92%), así como otra por riesgo moral (2,27%); es decir, por la posibilidad de que personas se resistan a pagar sus obligaciones luego de haber sufrido una pérdida de ahorros o de capital ante el cierre de la cooperativa.
Otro de los descuentos corresponde a ¢9.332 millones que el Popular estimó como necesarios para hacer frente a una póliza de vida no contributiva que CS otorgó en algunos de sus créditos; cuyo cumplimiento le implicaría erogaciones por ¢109.3 millones mensuales más una prima del 0,0831%.
En tercer lugar, el Banco también pidió un descuento de ¢2.270 millones sobre los créditos back to back (aquellos que usan como garantía las inversiones del deudor en la misma entidad financiera), tomando en cuenta el monto que no se podría recuperar de esas inversiones con el proceso de absorción en curso.
Por último, el BP también propuso un descuento del 15% sobre el valor de sus avalúos de inmuebles para cubrir el 56,35% de los costos estimados para poner esos activos en las condiciones necesarias para su uso.
Recuperación de 50%
Según determinó Conassif, la adquisición planteada por el Popular permitirá pagar los hasta ¢6 millones garantizados a 163.868 depositantes afectados por el cierre de Coopeservidores. En cuanto al resto de los depositantes, con montos superiores a esa barrera, estos recibirían sus ¢6 millones básicos y hasta un 50,68% sobre sus dineros adicionales.
Si el Banco Popular hubiese optado por absorber todo el “banco bueno” de Coopeservidores, entonces la recuperación para los depositantes con más de ¢6 millones habría sido mayor.
Los cálculos iniciales situaban la posibilidad de recobrar ¢6 millones, más un 80% sobre el exceso.
Sin embargo, las autoridades advirtieron desde semanas atrás que ese escenario no estaba asegurado y que existían riesgos de una reducción “sustancial”, si la entidad financiera interesada en el “banco bueno” decidía prescindir de parte de este.
Justamente eso fue lo que ocurrió. “En este caso”, se lee en la más reciente resolución publicada por Conassif, “el activo deseable escogido y tasado por el Banco Popular y de Desarrollo Comunal fue menor al total de activos asignados al banco bueno por la interventoría, dado el apetito de riesgo de esa entidad bancaria y su plan estratégico de negocios”.
A partir de esta operación, el porcentaje de recuperación para las personas y empresas con depósitos superiores a ¢6 millones solo podría aumentar si el fideicomiso que asumirá la administración de activos en peores condiciones de Coopeservidores logra vender alguna parte de ellos. Sin embargo, esta tarea será más compleja y puede tomar hasta un año para su desarrollo. Si no consigue su cometido, entonces se deberá abrir un proceso concursal para disponer de esos activos ruinosos, incluida la cartera de crédito en condiciones de dudosa recuperación.
Entre tanto, el Banco Popular ya realizó una conferencia de prensa este 5 de agosto. En ella, anunció sus parámetros para entregar la parte de los ahorros de los depositantes que podrá honrar por su cuenta y sus planes de cobro para deudores que ahora pasarán a ser parte de su gestión de cobro.