Las Cooperativas de Ahorro y Crédito (CAC) le han ganado un 4,3% del mercado crediticio a los bancos en los últimos 15 años. Ese porcentaje representa alrededor de unos ¢2,15 billones adicionales.
Del 100% de la cartera crediticia de bancos y CAC, poco menos de un 8,92% estaba en manos de las Cooperativas en diciembre del 2008, año más antiguo en las estadísticas del portal de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef). Para setiembre de 2023, ese número subió a un 13,23%.
Cuando se mira en colones, el aumento se siente todavía más relevante: pasaron de tener una cartera de ¢0,71 billones a una de ¢2,85 billones.
Sin embargo, el crecimiento viene incluso de más años atrás. En diciembre de 1997 el saldo de los activos de las CAC representaba el 3,5% de los activos totales del sistema financiero nacional, en diciembre de 2022 esa relación alcanzó el 10,7%, según datos del Banco Central de Costa Rica (BCCR).
Las razones de este crecimiento, según los cooperativistas consultadas, tienen que ver con una diversificación de su cartera, la ampliación del público meta y la democratización tecnológica.
Más diversificación
Adrián Rodríguez, gerente de la Federación de Cooperativas de Ahorro y Crédito (Fedeac), ve como un factor clave la diversificación de la cartera.
“Las CAC han venido creciendo en crédito para la producción, para emprendimientos, para pequeñas y medianas empresas, hemos crecido en el uso de Fondos de Banca para el Desarrollo, hemos llegado a ser líderes en crédito para vivienda y somos el segundo sector del país colocando bonos de vivienda”, dice Rodríguez.
Aunque el fuerte de las cooperativas más grandes sigue siendo el crédito de consumo, los productos que ofrecen hoy son más variados, consideran tanto los voceros de CS Ahorro y Crédito (antiguamente Coopeservidores) y Coopenae. Estas son las dos CAC con las carteras más grandes.
Según Leonardo Gamboa, director Comercial de CS, la incursión en el crédito de vivienda y vehículo es lo que les ha permitido crecer en mayor medida. Esto dice haberlo logrado codeándose en espacios tradicionalmente ocupados por bancos como la feria Expomóvil, además de la concreción de acuerdos con las principales marcas de vehículos del país.
“Estamos compitiendo directamente con la banca privada por ese financiamiento de automóviles. Uno de los detonantes fue nuestra participación por primera vez en la Expomóvil, única cooperativa que participó, y que nos logró vincular con estas marcas de automóviles que ya están posicionadas y que nos permite entrar a un segmento joven, esa persona que hoy tiene su primer trabajo y que ya necesita un vehículo”, explica Gamboa.
El vocero de CS dice que gracias a esto los préstamos que otorgan para compra de vehículos han crecido alrededor de un 200% en el último año. “Es el crédito que lleva la voz cantante en las negociaciones y en el que estamos apostando un muy alto crecimiento en el plan comercial que definimos de aquí al 2025″, agrega Gamboa.
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En el caso de Coopenae, Allan Calderón, subgerente general de la entidad, menciona que su crecimiento no se debe exclusivamente a un solo producto estrella —aunque el crédito de consumo sigue siendo el más relevante, al igual que en CS— sino a la incursión en más variantes como el financiamiento para compra, mejora y construcción de vivienda, tarjetas de crédito y financiamiento para el negocio.
Según el último estudio trimestral de tarjetas del Ministerio de Economía Industria y Comercio (MEIC), las CAC ofrecen 48 tipos diferentes de tarjetas de crédito. Coopenae es el que más variedad ofrece, con 11 tipos, seguido de los siete de CS y los seis de Coocique.
Para poner ese número en contexto: Coopenae ofrece más tipos que bancos como Improsa, Lafise, BCT y solo tres menos que el Banco de Costa Rica (BCR).
Un público más amplio
Otro factor clave, y que va de la mano con la diversificación de la cartera, es la expansión hacia nuevos públicos, no solamente el gremio que originalmente atendían.
Cooperativas que nacieron para atender funcionarios públicos como Coopecaja y CS —para empleados de la Caja Costarricense del Seguros Social y de los servidores públicos, respectivamente—, ahora apuntan hacia el sector privado también.
En el caso de Coopecaja, el primer mensaje que aparece en su sitio web dice: “Abiertos al sector privado”. En CS la apuesta es todavía más evidente, en especial con el cambio de marca que quitó el “Coopeservidores” de su logo principal y lo reemplazó por el “CS Ahorro y Crédito”, un nombre que puede vincularse más con una entidad financiera moderna que con una cooperativa tradicional.
Gamboa llama este cambio en la mercadotecnia como “la punta de lanza” de la nueva estrategia comercial.
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“Desde 2012-2014 en adelante nosotros nos abrimos a un mercado nuevo, que es este segmento privado. La gente nos relacionaba con el sector público, con que tal vez esa es la entidad de mi papá o de mi mamá, pero no la mía, porque tal vez se veía muy tradicional, un concepto que no está arraigado a las nuevas generaciones. El cambio tanto de imagen como de canales de accesos para todas estas personas ha sido uno de los mayores impulsores de ese crecimiento y esa vinculación que tenemos con nuevos segmentos”, explica el director comercial de CS.
Las cooperativas pueden declararse como abiertas para que exista una libre adhesión para el público en general, en lugar de atender exclusivamente a las personas que laboran para la institución o empresa relacionada a la CAC.
Las entidades que tienen una cartera crediticia más pesada, como Coopenae, CS, Coope Ande y Coopecaja, son cooperativas abiertas.
Democratización tecnológica
El hecho de que los servicios se puedan hacer mediante los canales digitales también le permitió a las CAC competir con la banca tradicional a un menor costo, a diferencia de tener que invertir en sucursales físicas y los gastos adicionales que eso requiere.
En ese sentido, esta expansión de las cooperativas fue facilitada por la época de las transacciones digitales.
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“Prácticamente todas nuestras operaciones se pueden hacer de manera remota, eso es sumamente valioso porque las personas tienen agendas muy apretadas, no quieren ir a una sucursal bancaria tradicional y quiere que entonces se les atienda de esa forma, ya sea por correo electrónico, por whatsapp, o en la misma plataforma”, dice Gamboa.
El crecimiento en los activos de las CAC llevó al Banco Central a limitar ciertos beneficios que tenían para “nivelar la cancha” con los bancos. A partir de abril del próximo año estas entidades serán sujetas al encaje mínimo legal, en lugar de la más amigable reserva de liquidez que tenían que mantener desde 1997.
Este cambio le quita una entrada de ingresos pasivos que daba la reserva de liquidez y que no tiene el encaje mínimo legal.