La construcción mostró una caída pronunciada que no se había visto en los últimos 17 años en el país en su variación interanual, que se muestra en el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE), calculado por el Banco Central.
En la variación interanual a octubre, la industria de la construcción disminuyó 19,9% con respecto al nivel registrado el año pasado en esa misma fecha.
La construcción ha venido registrando decrecimientos desde mayo, luego de que se diera una ligera recuperación después de que se entregara el proyecto Reventazón, lo que podría indicar que los niveles de estabilidad de la industria que se dieron durante los últimos meses del 2016 y los primeros del 2017 podían estar antes soportados por la construcción de esta obra, y de otras grandes como el City Mall.
Una caída similar no se había registrado en los últimos 17 años, según datos verificados por EF y suministrados por el Banco Central.
No se pudo valorar si antes del 2000 se dio una caída similar, ya que el sitio web del Central no proporciona datos previos a esa fecha.
En la variación media, que mide el mismo indicador pero a más plazo, también se dio una caída, de 6,21%.
Antes de eso, la mayor caída en la variación media de la construcción se dio en setiembre del 2014, cuando se registró una variación de 7,16%.
Según explicó el Central en un comunicado, el comportamiento se concentró en obras con destino privado, cuyo efecto fue en parte compensado por el incremento en las obras con destino público.
Principalmente, la caída se dio por una disminución en proyectos residenciales, no residenciales y en obras de infraestructura, en especial urbanizaciones y se evidenció en el incremento de proyectos no iniciados y paralizados.
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Aunque el Banco Central explicó que la desaceleración responde a efectos climatológicos de la tormenta tropical Nate, algunos no están de acuerdo.
Randall Murillo, director de la Cámara de la Construcción, asegura que ninguna empresa constructora o desarrolladora pospone una obra por una tormenta temporal y tampoco es motivo para detenerlas.
Para Murillo, más bien la situación responde a otros factores, especialmente macroeconómicos que alteraron el curso de la industria en octubre y en general, este año.
Según explica, el acompañamiento del sector público al sector privado no ha sido bueno.
El desarrollo de infraestructura pública ha quedado rezagado y no existe buen clima en el sector privado para nuevos proyectos que requieren de vías de acceso adecuadas y accesibilidad.
“Además de eso, los trámites se están complicando y no están saliendo. Hay muchos problemas con Senara en temas ambientales y las municipalidades también están dificultando los procesos de construcción”, aseguró Murillo.
A la dificultad para acceder a las permisos necesarios para construir, se le suma la sobreoferta inmobiliaria.
José Miguel Brenes, gerente de la desarrolladora Edica, explicó que en ciertos nichos, especialmente en vivienda, hay sobreoferta y eso hizo que este año quedaran varados nuevos proyectos.
“Hemos visto que se quieren cotizar muchos edificios en torre. Hay proyectos que se han acercado y los hemos estado ‘aguantando’ porque hay mucha oferta”, explicó Brenes.
Además afirma que muchos desarrolladores prefieren mantenerse cautos ante nuevos proyectos hasta tanto no pase la contienda electoral y se tenga un panorama más claro en cuanto al déficit fiscal, una posible devaluación y cuál será la estrategia de tasas de interés del próximo gobierno.
Para Murillo, la caída en la construcción se mantendrá en el 2018, al menos durante el primer semestre y, tenderá a mejorar después de las elecciones, cuando se conozca quién liderará el Banco Central a partir del próximo 8 de mayo.
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