El tejido empresarial lidia día a día con la volatilidad del tipo de cambio y sin la planeación financiera adecuada se puede incurrir en riesgos innecesarios que afecten el flujo de caja.
Hay obligaciones que simplemente no se pueden dejar de lado y, ya sea que el tipo de cambio esté alto o bajo, siempre habrá ganadores y perdedores según la naturaleza de su actividad y la moneda con la que mayormente trabajan.
El pago de planillas, la compra de materias primas, las ganancias que se obtienen del extranjero e inclusive la cancelación de los créditos son parte de esos deberes que están presentes todos los meses y que pueden volverse tormentosos si no se tiene un plan de contingencia.
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En una misma empresa hay flujos que pueden beneficiarse y otros que pierden con esos movimientos cambiarios. Por esto es indispensable una coordinación y estrategia financiera.
No hay que irse muy lejos en el tiempo para comprender la volatilidad cambiaria.
El 2022 fue un año particularmente atípico en el mercado cambiario: las fluctuaciones abruptas en el dólar dibujaron una especie de montaña rusa en la gráfica de la divisa. Estos altibajos son los testigos de un año marcado por la incertidumbre y que contribuyeron con una desaceleración de la economía que intenta salir a flote luego de los estragos de la pandemia. El inicio de este año 2023 tuvo un comportamiento distinto.
Enero pasado fue el mes en el que más cayó el tipo de cambio desde que alcanzó su techo histórico de ¢696,76 el 21 de junio de 2022 en el Mercado de Monedas Extranjeras (Monex). Sin embargo, para la primera mitad de febrero se observó cómo esta tendencia cambió, ya que la cotización de la divisa empezó en ¢557,37 y para el 14 de febrero había subido ¢11,4.
De acuerdo con el Banco Central de Costa Rica (BCCR) la caída en el tipo de cambio responde a la suma de variables como: un superávit del mercado cambiario privado, una mejora en los términos de intercambio ante la reducción del precio de las materias primas importadas, una menor demanda de dólares por parte del Sector Público No Bancario (SPNB) y de las operadoras de pensiones a partir del segundo semestre de 2022, una mejora en el desempeño fiscal y una mayor recepción de flujos de inversión extranjera directa.
Los grupos más afectados por la caída del dólar, en particular los sectores exportadores y turísticos, se manifestaron preocupados por la disminución en el precio de la divisa, alegando que le resta competitividad al país.
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Independientemente de si a usted le favorece o no que el tipo de cambio, cuando está alto o cuando está alto, lo que sí es necesario es realizar una planeación financiera que le permita atender las volatilidades. Tarea difícil, pero indispensable para los negocios.
¿Cómo lidiar con la volatilidad?
Por ejemplo, una empresa nacional compra $10.000 por mes porque tiene que enfrentar pagos fijos y no tiene forma de escapar de trabajar con dólares. ¿Qué puede hacer?
Primero debe saber que, para los flujos que son muy operativos, dependen del tipo de cambio del día y es difícil conseguir una cobertura cambiaria porque son montos pequeños y muy frecuentes.
“Aquí lo que hacen las empresas es manejarse de la forma más conservadora“, dijo Adriana Rodríguez, gerente general de ACOBO Puesto de Bolsa. “Es decir, si uno va a necesitar vender dólares, entonces hay que trabajar con el escenario pesimista: que el tipo de cambio no está tan alto como uno quisiera. Lo mismo pasa cuando se quiera comprar”.
Trabajar con el escenario más conservador significa usar la expectativa que al empresario le sea menos favorable, es decir: asumir que el tipo de cambio está más alto que el nivel presente para evitar llevarse una sorpresa negativa.
Para los montos más grandes que manejan empresas importadoras o exportadoras y a su vez son muy sensibles al tipo de cambio, ya hay entidades que ofrecen coberturas cambiarias, por lo que una buena opción es acercarse a entender cómo operan estas figuras, cuáles son sus riesgos y cómo calzan dentro de un estado financiero.
Las provisiones son importantes para hacerle frente con mayor holgura a la volatilidad.
“Para las empresas y los inversionistas es importante destacar que el tipo de cambio puede ser más volátil y eso se nota como varía ¢10 en una sola sesión de Monex”, acotó Emmanuel Agüero, economista y estratega de inversión en Mercado de Valores de Costa Rica. “Dicho esto, las planificaciones empresariales deben tomar un rango amplio de volatilidad en la medida que se va desarrollando en el mercado local de coberturas cambiarias”.
Otro consejo es entender cuánto me tengo que cubrir y cuánto debería arriesgar.
Para tener las respuestas a estas interrogantes se puede hacer un ejercicio simple. Tome el monto que tiene de sus activos y pasivos, ambos en la moneda que usted no genera.
Cuando compara esos activos y pasivos sabrá si está corto (debe mucho) o largo y automáticamente sabe su posición en moneda foránea, así como tendrá luces de cuánto está expuesto al tipo de cambio.
Se recomienda que esa exposición no sea más del 25% en la moneda que usted no genera. Si es más que esto, lo ideal es buscar instrumentos que lo protejan, aconsejó William Porras, asesor financiero.
En esta planeación también deberá tomarse en cuenta el ahorro que pueda desarrollar en esa moneda en la que no genera para formar un fondo que le respalde.
“El negocio de una empresa está en ser eficiente, ágil y desarrollarse en lo que sabe hacer, producir, y esto lo logra con sus indicadores, entre ellos el tipo de cambio y tasas de interés, por lo que tienen que tomar acciones preventivas”.
— William Porras, asesor financiero de Ecoanálisis.
Una herramienta valiosa para las empresas es tener líneas de crédito disponibles en colones y en dólares a corto plazo, con fines meramente de emergencia.
En caso de que el tipo de cambio baje mucho, y le sirve al negocio pedir un crédito en dólares, se puede aprovechar ese momento, y se hace un pago antes de que finalice el mes. O a la inversa, si necesita colones.
Hablar con los proveedores y negociar un tipo de cambio fijo es una alternativa que se puede utilizar. De esta forma se establece un tipo de cambio en contrato privado que le beneficie a ambas partes, para que crear una cobertura. Así los flujos se pueden comportar estables al menos con este tercero.
Participar en el Monex le ayudará a encontrar mejores precios porque se define como un mercado mayorista, allí es donde las entidades financieras transan entre ellas dólares y colones. Una de las diferencias es que no hay un tipo de cambio de venta o de compra.
Otros indicadores
Además de las recomendaciones anteriores, Agüero aconsejó tener presente otras variables que influyen en el tipo de cambio para que pueda anticiparse a movimientos abruptos.
Entre ellos se encuentran:
- El premio por invertir en colones: es la diferencia de las tasas de interés locales frente a las tasas de interés internacionales. Desde el 2022 esa diferencia aumentó considerablemente producto de la política monetaria del BCCR. Para el 2023, en la medida que el ente monetario disminuya tasas a ritmo más rápido que las tasas internacionales, ese premio se irá reduciendo, provocando presiones al alza en el tipo de cambio.
- Influjo neto de capitales: el premio por invertir en colones provocó que los capitales golondrina entren al país en busca de tasas de interés atractivas. Hacia adelante, ese flujo puede aumentar cuando empiece el proyecto de apertura de deuda local del mercado costarricense para inversores extranjeros.
- Precio internacional del petróleo: impacta directamente los precios de los combustibles que importa la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), pero para el 2023 se proyecta una caída en todo el año del precio de las gasolinas internacionales de 20%.
- Balance de dólares del sector privado y público: este balance se espera que beneficie al sector público, principalmente por la aprobación de los eurobonos y la reducción en el precio internacional de las gasolinas. El sector público no financiero es un actor importante en la compra de dólares que generó presiones al alza en el tipo de cambio durante el 2021 y 2022.