Los resultados de las colocaciones del primer semestre del año se muestran muy diferentes a lo que eran en el 2018. El comportamiento da señales de recuperación de la credibilidad del Ministerio de Hacienda.
Esta primera mitad del 2019 parece estarle dando un respiro a la Tesorería que todavía necesita recursos, pero ahora con menos urgencia.
Durante el 2018, la necesidad de la Tesorería por recursos hizo que muchas de las colocaciones se colocaran a plazos muy cortos y a tasas muy altas. En la necesidad de apagar incendios financieros, se llegó a colocar bonos que vencen a cinco años a tasas tan altas como 9%.
La época en la que Hacienda apagaba incendios de forma desordenada parece esta alejada y la gestión de este año ha llevado las colocaciones plazos más largos y las tasas ligeramente a la baja.
En subastas y ventanillas durante el primer semestre se colocaron ¢1.406 millones en bonos en colones y $1.500 millones en dólares.
Aunque no lograron asignar todo el monto ofrecido, la porción representó el 98% del total. Este resultado es significativo, tomando en cuenta que en segundo semestre del año pasado muchas subastas se declararon desiertas.
Este año los mayores montos fueron colocados en marzo, tanto en colones como en dólares.
En cuanto a los canjes, a la fecha se lograron gestionar más de ¢833.000 millones, la mejor gestión semestral desde el 2016.
Cambio en la percepción
Durante el año pasado, la pauta la dictaban los inversionistas y su percepción de riesgo de los bonos soberanos, por lo que Hacienda era oferente y no un negociante.
Para algunos especialistas, lo que la Tesorería hizo durante el año pasado no se le puede llamar gestión de deuda.
Después de la aprobación de la reforma fiscal, las presiones cedieron y la percepción de los inversionistas fue distinta.
“Entramos al 2019 con un plan aprobado y la posibilidad de eurobonos. Eso hace que se capte mejor porque el mercado percibe menos riesgo de corto plazo y además, las tasas seguían altas”, explicó Freddy Quesada, gerente de INS Valores.
Hacienda anunció en su plan de endeudamiento del primer semestre en febrero, que presentaba necesidades por ¢1.400 millones.
Al cierre de junio, había logrado efectivamente recaudar lo prometido, más $850 millones en préstamos internacionales con organismos multilaterales y el primer tramo de la emisión de eurobonos por $1.500, que, aunque apenas fueron aprobados, deberían entrar este mismo año.
Mejores condiciones, plazos más largos
Para Silvia Jiménez, gerente de Inversiones de Grupo Financiero Mercado de Valores, el primer semestre fue muy positivo para Hacienda. La aprobación de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas dio un impulso al mercado y la gestión fue muy agresiva desde los primeros meses del año.
Un factor que motivó ese comportamiento fue el hecho de que las tasas se mantenían altas. Rendimientos elevados por plazos cortos y menor riesgo son características que no se consiguen en muchas inversiones.
Sin embargo, a partir de marzo se ajustaron más a la baja, equiparando el rendimiento actual de los bonos externos con sus pares de deuda, y también tomando en cuenta la calificación de riesgo.
“A pesar de que hubo una rebaja en las tasas, los rendimientos siguen siendo atractivos. Los inversionistas siguen pidiendo rendimientos altos, pero no tan altos como el año previo”, comentó Jiménez.
Lo anterior permite que la Tesorería tenga espacio para negociar condiciones que le favorezcan para sus bonos.
Sin embargo, la época de tasas altas podría estar por terminar.
El Banco Central ha estado enviando señales de reducción de las tasas con las rebajas recientes de la tasa de política monetaria y los encajes bancarios.
Según Mauricio Hernández Quirós, gerente de Prival Securities, Puesto de Bolsa, el tono de las subastas más recientes muestra una reducción sistemática de los rendimientos ofertados por el ente.
A pesar de que el panorama es menos oscuro ahora que hace un año, un grupo importante de inversionistas se sigue manteniendo en el corto plazo.
De los ¢1.400 millones colocados en subasta, ¢105.896 millones vencen este mismo año.
La porción más grande se concentra en bonos con vencimiento al 2022, seguidos por bonos al 2029, 2030 y 2026.
Jiménez explicó que a pesar de que se captó más de lo esperado, la estrategia de Hacienda no se cumplió al pie de la letra de lo que propusieron en el plan de endeudamiento.
“Se dieron más captaciones en dólares de las esperadas, a consecuencia de las necesidades del mercado. (Anteriormente) Los premios en moneda extranjera no eran suficientemente atractivos”, explicó la especialista.
Pese a esto, las negociaciones en dólares fueron mucho menores a las evidenciadas el año pasado. Es posible que esto se deba a la expectativa de la entrada de los eurobonos y por el financiamiento en dólares que logró Hacienda en los últimos días de diciembre.
También hubo más captaciones a tasa variable con un rango menor al límite inferior establecido, lo que ayuda a la gestión del riesgo de las tasas de interés.
“La sobreejecución del plan de endeudamiento y la expectativa de entrada de capital externo permitió a Tesorería dar un mensaje claro a los inversionistas y eso evidencia que no hay necesidades tan inmediatas por recursos como los años anteriores”, explicó Jiménez.
Para el plan de endeudamiento del segundo semestre, se espera que la colocación sea menor, sobre todo por la entrada de los eurobonos, cuyos recursos llegarían a más tardar en noviembre próximo.
Aunque la Tesorería repartiría sus necesidades entre deuda interna y externa, se podría esperar que fuera a tasas más bajas y a los plazos más largos de la curva.
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