Después de casi dos años con tímidos crecimientos y ciclos de desaceleración, el crédito en Costa Rica empieza a repuntar, principalmente impulsado por una política monetaria expansiva, las líneas de financiamiento de mediano plazo (ODP) del Banco Central y una leve mejoría en las proyecciones de crecimiento.
En el 2018 el crédito tuvo un repunte para el último trimestre del año, en comparación con los mismos meses del 2017 la colocación creció entre 6% y 7%, cifras que de acuerdo a economistas son indicios de una economía saludable y en desarrollo. Sin embargo, para el 2019 este movimiento no duró más de seis meses, en setiembre se abrió un ciclo de desaceleración que se intensificó con la llegada de la COVID-19.
Ante esta coyuntura el Banco Central de Costa Rica (BCCR) optó por llevar a su punto más bajo la Tasa de Política Monetaria, lo que repercute directamente en las tasas de interés, dándole así a los usuarios una posibilidad de adquirir financiamiento con buenas condiciones. No obstante, esto no fue suficiente por lo que el Central decidió por brindarle a las entidades del sistema financiero nacional una facilidad de crédito a mediano plazo (ODP) como estrategia para movilizar el mercado costarricense.
“Un buen indicador de que la economía se recupera y que va por buen camino es el crédito de vivienda o construcción porque genera una maquinaria (de empleo y producción) alrededor muy importante”, agregó Douglas Montero. Criterio con el que coinciden los economistas José Luis Arce y Fernando Rodríguez.
Los tres especialistas sugieren que las entidades financieras deberían buscar alternativas para colocar más créditos de vivienda y construcción, pues es a través de estos que las economías pueden ver inversiones que se activan y con mejores retornos.
En febrero de este 2021, durante entrevistas para EF las entidades financieras aseguraron que se enfocarían en colocar créditos como los de vivienda y consumo, además de financiamiento para pequeñas y medianas, objetivo que mantienen en pie según aseguran las entidades consultadas por este medio de comunicación.
Por ejemplo, Davivienda gestionó una alianza con 72 desarrolladores de proyectos habitacionales y con las diferentes agencias de autos del país, que representan 40 marcas, lo anterior como un método para buscar espacios de reactivación de créditos.
Juan Francisco Rodríguez, subgerente de negocios del Banco Popular, expresó que existe oportunidad de crecimiento en las diferentes carteras; sin embargo, la entidad se enfocó en el sector de banca de desarrollo para reactivar la economía. Bajo esta premisa Popular no solo ofrece recursos de crédito tradicional, sino que además cuenta con avales para operaciones y fondos especiales que permiten dar una mayor accesibilidad y cobertura a los diferentes sectores de la economía.
Sin embargo, unos meses más tarde las entidades financieras reiteraron su compromiso con la colocación de créditos de vivienda, pero las cifras oficiales del BCCR muestran otro comportamiento.
Para noviembre del 2020 la variación interanual del saldo de la cartera de préstamos para vivienda en todo el sistema financiero fue de 7,16%. En el 2019, los saldos se estancaron respecto al 2018, con una variación a noviembre de 0,01%.
En este 2021 el sector que más han mostrado un repunte en la colocación de crédito es turismo, curiosamente, la misma industria a la cual las entidades financieras aseguraron priorizarían en refundición de deudas, moratorias y operaciones crediticias múltiples.
Datos del BCCR muestran que el crédito de sector turismo crece a un ritmo de dos dígitos por mes, pero es importante aclarar que no necesariamente significa que el sector realiza la inversión para crecimiento, sino que incluye también las readecuaciones de créditos que han tenido que ejecutar las entidades fianancieras.
Arturo Giacomin, presidente ejecutivo de Davivienda Costa Rica aseguró que desde la entidad han colocado entre refinanciamiento, readecuaciones y créditos nuevos el 72% de los fondos que solicitaron al Banco Central.
El Banco de Costa Rica (BCR) manifestó que sus esfuerzos están dirigidos hacia la consolidación de deudas y la colocación de créditos de vivienda, de manera que en el sector corporativo, se han readecuado 456 operaciones crediticias en financiamientos directos que han permitido una solución a mediano plazo, por un monto equivalente a ¢575.000 millones.
Ariel Rosenblatt, vicepresidente regional de finanzas de Scotiabank señaló que lo que llevó a empresas y personas a reducir su inversión o postergar consumo fue el desequilibrio fiscal y el rumbo que Costa Rica podría tener, pero afortunadamente poco a poco ha podido observar como la incertidumbres disminuye y los consumidores recuperan la confianza.
“La demanda de créditos de las familias se postergó por las últimas crisis y la pandemia, pero ahora esperan que las inversiones en bienes de familia, así como autos e hipotecas se reactiven y aceleren la construcción. Las empresas están reactivando proyectos de inversión así que esperamos sorpresas positivas por este lado”, agregó Rosenblatt.
A pesar de que hay pequeños indicios de reactivación económica las colocaciones durante el 2021 no se comparan con lo que la banca mantenía hace tres años. La oficina de prensa del Banco Nacional confirmó que se han mantenido por debajo del promedio, inclusive previo a la pandemia ya veían una reducción en las nuevas colocaciones, que se acentuaron con la crisis generada por la pandemia.
El economista Fernando Rodríguez explicó que el crédito es necesario en una sociedad y es una muestra de que el sistema financiero está creciendo, pero advirtió que la banca pública —principalmente— no es consciente del círculo virtuoso que se abre con un sano endeudamiento pues pese a que el país tiene actualmente bajas tasas de interés los clientes no lo ven reflejado en sus solicitudes de préstamo, “la banca pública necesita una sacudida” expresó.
Círculo virtuoso de crédito
¿Por qué es importante? Cuando no hay crecimiento de crédito es el reflejo de que detrás del estancamiento hay una economía que no crece, pues cuando hay confianza, los consumidores salen a las entidades bancarias a pedir crédito para financiar las inversiones.
El economista Douglas Montero explicó que el crédito es un indicador adelantado de la economía, de manera que si una persona carece de confianza para acercarse a una entidad por un crédito no habrá inversión y eso abre un círculo vicioso que hace que la desaceleración se profundice.
Sin embargo, este círculo es posible romperlo con acciones concretas como cuando los empresarios y consumidores ven planes factibles que pueden ayudar a reactivar el crecimiento económico del país, retoman poco a poco la confianza y van saliendo de las posiciones de ahorro para ‘aventurarse’ a una inversión, explicó Montero.
Por su parte, el gerente general de FCS Capital José Luis Arce, detalló que hay condiciones positivas directamente ligadas al endeudamiento saludable y lo describe como una especie de máquina del tiempo, pues ante la reactivación es posible ver más gasto y el gasto se refleja en mayor demanda y empleo, así es como se abre un círculo virtuoso de acciones positivas para una economía.
“El crédito es una especie de máquina del tiempo, el sistema financiero lo que hace es traer recursos del futuro a hoy para que los usemos en inversión y consumo, tiene una especie de función de transferencia intertemporal de los recursos”, agregó Arce.