Este 2023 probablemente será recordado como uno de los años más particulares en el mercado cambiario. La abundancia de dólares disponibles marcó una serie de récords que empujaron el valor de la divisa hasta un precio que no se veía desde el 2014.
A continuación repasamos algunos de los hitos más importantes del año.
La caída más grande
Nunca, desde que el país empezó a utilizar el Mercado de Monedas Extranjeras (Monex), el tipo de cambio había caído tanto en un solo año calendario. Entre la primera sesión del año y la del 21 de diciembre, la cotización del dólar se redujo en ¢73,27. El único año que se le acerca es el 2010, cuando perdió ¢51,83.
También se trata del cambio más grande incluso cuando se toma en cuenta las subidas de precio, superando los ¢56,52 que se encareció en 2008.
Esta caída hizo que el país quedara con tipo de cambio que no se veía desde febrero del 2014, casi diez años atrás, cuando el país utilizaba el régimen de bandas cambiarias en el mercado de divisas.
La mayor abundancia
También se trató del año en el que más disponibilidad de divisas hubo en el mercado. Con datos hasta el 20 de diciembre, las ventanillas de los intermediarios (donde el grueso de la población compra y vende dólares) fueron superavitarias en $7.345 millones. Es decir, el público vendió muchos más dólares de los que demandó.
Ningún otro año, desde que hay datos públicos (2007), se acerca a esas cifras. Los otros dos más altos fueron el 2022 ($3.706 millones) y el 2012 ($3.117 millones)
Las autoridades achacan el mayor flujo de divisas principalmente al crecimiento de la inversión extranjera, particularmente de las zonas francas. El hecho de que el premio por invertir en colones se mantuviera alto durante una buena parte del año también podría haber ayudado a suavizar la demanda de dólares por parte de ahorrantes y grandes inversores.
Altas negociaciones
En consecuencia de ese superávit, el Monex también mostró altos flujos de dólares, ya que los intermediarios deben llevar a este mercado parte de los sobrantes de las ventanillas. Esto causó que se volviera habitual ver negociaciones diarias por encima de los $50 millones, algo poco común en otros años. Incluso se sobrepasaron los $100 millones en dos ocasiones, esto solo había sucedido una vez anteriormente.
Desde 2007, —primer año con datos disponibles en línea—, siete de los diez días en que más dólares se negociaron en el Monex ocurrieron en 2023. Los dos días de mayor negociación fueron el 6 de diciembre ($132,16 millones) y el 15 de marzo ($126,24 millones). Sin embargo, el día en que históricamente más se negoció ocurrió en 2013: $138,41 millones.
Más montos comprados
En medio de estos altos montos el Banco Central de Costa Rica (BCCR) se convirtió en el gran comprador en el mercado cambiario. Con datos hasta la primera quincena de diciembre, el BCCR adquirió $6.604,36 millones de los $9.902,9 millones negociados en el Monex (un 67%). Para poner eso en contexto: el Banco Central compró más divisas en este 2023 que en todo 2021 y 2022 juntos.
Un 73% de esas compras se realizaron para satisfacer las demandas del sector público no bancario, mientras que el resto se hicieron bajo la etiqueta de “operaciones propias”. Estás compras ayudaron a subir el nivel de reservas a un récord de $13.154,8 millones, al 14 de diciembre. También permitieron que el tipo de cambio no cayera todavía más al presentar una presión al alza adicional vía demanda de divisas.
Estaciones no tan secas
En el mercado cambiario existe un fenómeno llamado las estacionalidades. Las estacionalidades son periodos en los que el mercado de divisas tiende a comportarse de una manera similar en cada año según los meses en los que históricamente suele haber mayor o menor disponibilidad de dólares. Está disponibilidad depende en buena parte de dos elementos clave en la economía del país: las épocas altas de turismo y de cosechas, las cuales, curiosamente, suelen coincidir, en especial la del café.
Esto genera que haya un periodo, particularmente en el tercer trimestre del año, en el que fluyen menos dólares, lo cual tiende a poner cierta presión hacia el alza en el tipo de cambio.
Si bien en este año se presentaron tendencias congruentes con las variaciones de la estacionalidad —es decir, la cantidad de dólares en el mercado subió y bajó al mismo ritmo que en el pasado—, la cantidad de divisas fue notoriamente más alta que en años anteriores. Por ejemplo, el superávit en ventanillas promedio de 2015 y 2019 del mes de setiembre —uno de los meses más secos del año— fue de $31 millones, mientras que para ese mismo periodo del 2023 se registró uno de $554 millones.
Parte de este fenómeno está influenciado por la atracción de empresas transnacionales: su efecto en el mercado cambiario tiene que ver con la cantidad de dólares que traen al país, no solo por la inversión inicial, sino también por los pagos que periódicamente deben hacer a sus proveedores y empleados. En otras palabras, a la estacionalidad se le sumó un flujo constante de dólares que aumenta en las quincenas y cierres de trimestres, que viene de afuera y que termina inevitablemente por colonizarse en mayor o menor medida. Esto vino a aumentar los volúmenes dentro de las estacionalidades que ya previamente se tenían.