El administrador de empresas Esteban Escalante Zeledón considera el ahorro como algo "muy importante" en su vida que "se tiene que hacer cada mes", para cumplir con proyectos y anticiparse a gastos.
De su salario como administrador de un centro médico y de los ingresos de su emprendimiento de productos maternales, ahorra un 20% y recurre a herramientas como el ahorro programado. Este instrumento le permite, después de cierto tiempo, acumular dinero para distintos objetivos, junto con los intereses.
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A través del ahorro, Esteban ha sido capaz de asumir obligaciones, como la cancelación de marchamos a final de año, el pago de los seguros de su moto y carro, los gastos para irse a pasear e imprevistos.
En una ocasión, gracias a los ahorros que había guardado, pudo cambiar el radiador de su carro, que se dañó de repente, y que significó un costo de ¢180.000.
Aunque hoy Esteban ahorra persistentemente, el ahorro no siempre estuvo dentro de sus prioridades.
Él recuerda que antes “peso que caía, era peso gastado”.
Pero, a medida que fue madurando, cambió de mentalidad y se dio cuenta de que es necesario ahorrar, pues no se sabe qué puede ocurrir en el futuro.
"El que guarda siempre tiene", le decía su papá, y actualmente él da fe de esta frase.
Si usted no es una persona que ahorra y, además, gasta sin tener un presupuesto, seguidamente le ofrecemos cinco consejos para convertirse en un ahorrador (como Esteban), ordenar sus finanzas y tener un fondo que le permita cumplir con sus aspiraciones.
1-Cree un presupuesto y ahorre al menos un 10% de sus ingresos
Establezca un presupuesto mensual en el que contemple sus gastos fijos y variables.
Igualmente, incorpore sus ingresos: el salario y el dinero extra proveniente de otras actividades, como un negocio propio o servicios profesionales que ofrece.
El efectuar ese presupuesto le permitirá determinar su capacidad de ahorro.
“Al final de hacer el ejercicio, puede que la persona diga: "No, con ese nivel de gastos fijos y variables, mi capacidad de ahorro es cero". Entonces, ahora sí vamos a entrar a hacerle ingeniería a ese presupuesto, en la parte de gastos, a ver dónde están las oportunidades de recorte en los gastos fijos”, ilustró María Isabel Cortés, directora ejecutiva de la Asociación Bancaria Costarricense.
Ella aconseja aprender a manejar el ahorro como un gasto dentro del presupuesto, pues esto hará que se vaya creando el hábito.
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De dicho presupuesto, en promedio, entre un 50% y un 60% de los ingresos se usa para atender gastos fijos, como el pago de servicios públicos, deudas y alimentación.
Alrededor de un 30% se dedica a los gastos variables (diversión, compra de ropa) y lo ideal es que por lo menos un 20% o un 10% se destine a ahorrar.
Si alguien gana ¢300.000 al mes, debería ahorrar ¢30.000, que corresponde al 10%.
“Si la persona se espera a ahorrar lo que le sobre al final del mes, nunca va a sobrar nada”, advirtió Cortés.
Si por algún motivo no es posible ahorrar ese 10% sugerido, busque ahorrar un porcentaje menor, aunque sea pequeño, pero ahorre.
Sheila Villalobos, directora de Productos de Captación y Servicio del Banco Nacional, sugirió igualmente ahorrar todo lo que no tenía presupuestado que le iba a ingresar. Un caso de esto sería un regalo en efectivo que le dieron en su cumpleaños o un bono laboral, lo que le permitirá acrecentar sus recursos.
2-Recorte sus gastos e incremente su nivel de ahorro
Una vez que ya diagnosticó cuáles son los mayores gastos de su presupuesto, busque maneras de recortarlos.
Uno de los rubros que en ocasiones consume más el presupuesto es el de deuda, como el pago del préstamo de la casa, del carro, la compra de electrodomésticos, o el uso de tarjetas de crédito. A veces las deudas se tienen con la misma entidad financiera o con diferentes entidades.
Si esta es su situación, los expertos recomiendan valorar si procede una refundición de deudas (es decir, unificar las deudas y que se convierta en una sola obligación) para mejorar las condiciones y tener un mayor flujo de efectivo que le permita ahorrar.
En el caso del rubro de alimentación, que también tiende a ser alto, plantéese llevar su propia comida al trabajo, en lugar de comprarla.
Prepárele meriendas a sus hijos, en vez de darles el dinero. Vaya al supermercado con una lista y apéguese estrictamente a ella.
Aproveche las ofertas y los cupones que otorgan algunas cadenas de supermercados en aquellos productos que requiere, compre frutas y vegetales de la temporada, y sustituya alimentos que están más caros por otros similares, pero más baratos.
Para aminorar los gastos de electricidad, use iluminación más eficiente, apague las luces que no está usando y, si es posible, disminuya el empleo de ciertos electrodomésticos que gastan más.
Otros consejos son racionalizar el uso del agua e investigar sobre los costos de los paquetes de telefonía fija, Internet y cable, que pueden llegar a ser más cómodos que contratar cada servicio por separado.
Si gasta mucho al hablar por celular, reflexione si lo mejor sería emplear servicios prepago y limitarse un poco.
Si su consumo de combustible es muy alto, use el transporte público dos veces por semana u organice viajes colectivos (lo que se conoce como carpooling) con sus compañeros de trabajo o vecinos.
En los gastos variables (como entretenimiento), organice actividades en su casa en lugar de salir, como alquilar películas, en vez de ir al cine.
3-Utilice instrumentos como el ahorro programado
El economista Ronulfo Jiménez mencionó que si no se tiene la iniciativa de ahorrar, hay productos bancarios que dan un “empujón”, como un plan de deducción automática de los ingresos, que se envían a una cuenta de ahorro.
En el mercado existen diversas opciones, tal es el caso de BN Ahorro Programado, del Banco Nacional.
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Se trata de un plan voluntario, tanto en colones como en dólares, en el que el cliente define las condiciones.
El monto se le debita al interesado de su cuenta o tarjeta y se le deposita en la cuenta del plan.
El cliente escoge cuánto ahorra, con qué frecuencia se le hace el rebajo (puede ser cada semana, cada 15 días o cada mes), el plazo del plan (seis meses, diez meses, un año u otras opciones) y se le brinda un interés diario por sus ahorros.
Esteban Escalante recurrió a un plan quincenal, por lo que a él le rebajan cierto monto los días 1.° y 16 de cada mes y con eso sufraga sus seguros de vehículos y cancela el derecho de circulación por las vías públicas.
Cuando finaliza el plazo del ahorro, el dinero debitado y los intereses se depositan a la cuenta que el cliente definió cuando se inscribió en el programa de ahorro.
4-Sea disciplinado
Así como los deportistas entrenan todos los días para mejorar su rendimiento, el ahorro requiere constancia y determinación.
“El ahorro exige disciplina. Está asociado a otras conductas como la responsabilidad y la puntualidad”, expresó Ronulfo Jiménez.
Aunque quizás al inicio parezca poco lo que se va ahorrando, tome en cuenta que a medida que pasan los meses el monto se incrementará y le ayudará a enfrentar gastos onerosos y alguna emergencia o situación inesperada.
“El ahorro no es para los que tienen dinero. Hay como un paradigma de que el que ahorra es el que tiene plata y es todo lo contrario. El que empieza a ahorrar de a poquitos es el que va a poder hacerse de una libertad financiera que le va a permitir vivir de una forma más tranquila”, manifestó Sheila Villalobos, del Banco Nacional.
Una forma de motivarse a ahorrar es fijar una meta u objetivo, aconsejó Villalobos.
Por ejemplo, vacacionar fuera del país, comprar algún bien, estudiar, o establecer un fondo de pensión voluntario.
Recuerde los beneficios que obtendrá al cumplir ese fin: conocer un nuevo lugar, descansar, tener una casa o vehículo propio, estar mejor preparado académicamente, aumentar su salario, mejorar su calidad de vida, entre otros.
Si se ve tentado a gastar en algo que no ocupa, tenga siempre en mente su objetivo.
Además, cuídese de los llamados "gastos hormiga" que, aunque parecen muy bajos (compra de helados, de un esmalte de uñas, de refrescos, de golosinas, entre otros), se van sumando y terminarán afectando sus finanzas si no se controlan.
5-Involucre a su familia
Una forma efectiva para limitar sus gastos y cumplir con sus metas de ahorro, es involucrar a su familia en el proceso.
Diseñe con ellos el presupuesto, escuche sus ideas y, en cuanto a los objetivos, defínanlos juntos para que todos colaboren en su cumplimiento.
Se pueden establecer reuniones mensuales para verificar que se está alcanzando lo planeado.
En los encuentros familiares, cada integrante puede comentar los esfuerzos que está realizando y proponer mejoras, si es necesario, a los propósitos trazados.
Procure hacer de ese espacio un momento ameno (ofrezca bebidas, bocadillos), de modo que sea una oportunidad de fortalecer la convivencia familiar.