La cantidad de deudores que asumieron un crédito en una moneda en que no perciben sus ingresos se incrementó en el 2022, según datos de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
A este tipo de deudores se les conoce como “no generadores” y los intermediarios financieros deben clasificarlos como de “alto riesgo” o de “bajo riesgo” al brindarles un préstamo. Entre enero y diciembre de 2022, los de alto riesgo aumentaron en un 5,14%, mientras que los de bajo riesgo lo hicieron en un 6,22%. Entre esos mismos meses, pero del 2021, más bien hubo una reducción del 1,33% y 2,24%, respectivamente.
Para Danilo Montero, director de la Oficina del Consumidor Financiero (OCF), el aumento responde a una serie de elementos coyunturales, como una baja oferta y demanda de créditos durante la época de pandemia.
“La demanda estuvo un poco contraída en el período 2020 y eso generó un cierto rezago en una serie de gestiones de financiamiento que posiblemente las personas no hicieron durante 2020-21″, dice Montero.
En líneas generales, el crédito creció a un ritmo superior durante el 2022 en comparación el 2021.
Con datos a diciembre del 2022, se contabilizaron 719.018 y 652.107 deudores de alto y bajo riesgo, respectivamente, en el sistema financiero. Hay que aclarar que la clasificación de generadores se hace por entidad, así un mismo deudor con créditos en más de un intermediario puede ser clasificado de manera distinta.
Crédito en dólares crece
Durante el 2022 el comportamiento del crédito partió el año en dos: un primer semestre donde se aceleró su crecimiento y un segundo semestre donde empezó a frenarse. Mientras que en junio de dicho año se alcanzó un pico interanual de 8,86%, diciembre cerró en 3,39%.
Esta conducta es congruente con la variación en las tasas de interés, ya que su aumento empezó a notarse más durante la segunda mitad del año, haciendo los créditos menos apetecibles.
Sin embargo, la desaceleración ha ocurrido principalmente en los préstamos en colones, mientras que los realizados en moneda extranjera, en cambio, se han acelerado.
Mientras la tasa de crecimiento del crédito en colones pasó de 9,0% en setiembre de 2022 a 6,9% al finalizar febrero del 2023, en divisas aumentó de -0,7% a 2,3% en el mismo periodo.
“La mayor demanda de crédito en dólares podría explicarse como una opción, desde el punto de vista financiero, en la que se considera el encarecimiento relativo del crédito en colones, dado el aumento en las tasas de interés activas en colones y la menor expectativa de variación del tipo de cambio. Sin embargo, estos movimientos no necesariamente incorporan de forma adecuada el riesgo cambiario”, comentó el Banco Central de Costa Rica en su último Informe de Política Monetaria del 31 de enero del 2023.
El incremento de créditos en moneda extranjera se ha dado, principalmente, de la mano de los bancos privados, los cuales han incrementado los saldos de sus créditos en divisas en un 5% entre febrero de 2022 y 2023, mientras que en los bancos públicos se han disminuido en un 3% en ese mismo lapso.
Durante los últimos meses la distancia entre las tasas de interés de los préstamos en dólares y colones se ha hecho más grande al mismo tiempo de que baja el tipo de cambio, haciendo, a primera vista, más atractiva la idea de asumir un crédito en la divisa cuando se gana en colones, a pesar de ser una decisión que podría llevar consecuencias desafortunadas.
Una decisión riesgosa
Adquirir un crédito en una moneda en la que no recibe sus ingresos es, también, asumir un riesgo cambiario en el que la persona cede parte del control de las cuotas al comportamiento que tenga el tipo de cambio.
Por ejemplo, durante estos primeros meses del 2023 los deudores que ganan en colones y pagan préstamos en dólares se han beneficiado debido al comportamiento bajista que ha tenido la divisa. Si se usa el tipo de cambio promedio del Monex como referencia, solo por efecto cambiario la cuota le saldría un 15,23% más barata al 13 de marzo de lo que fue para esa misma fecha un año atrás.
No obstante, como es un arma de doble filo, si nos devolvemos al 21 de junio del 2022, fecha en la que el tipo de cambio tocó techo, el préstamo salió en un 12,49% más caro de lo que fue en el 2021.
Para Montero, esta decisión es menos riesgosa cuando se tiene conciencia sobre los peligros que se están asumiendo. El director de la OCF considera que los deudores “posiblemente” miden hasta qué punto debería subir el precio del dólar para que la cuota deje de ser atractiva. “Si esos (hipotéticos) tipos de cambio son muy, muy, muy altos altos, las personas dicen: ‘no, no creo que eso ocurra’, entonces hay una decisión racional atrás de ese riesgo”, dice.
La recomendación general suele ser evitar las deudas en una moneda que no se percibe. De hecho cuando el tipo de cambio empezó a elevarse más agresivamente durante el segundo trimestre del 2022, el mismo Montero dijo que esta práctica era una especie de desventaja para el deudor: “si gana en colones y se endeudó en dólares, comenzó el partido perdiendo 1 a 0″, dijo en ese entonces.
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Sin embargo, ante recientes consultas, el economista considera que también hay muchos deudores que se han visto beneficiados por haber elegido una moneda diferente. “Si uno se echa para atrás unos 20 años, aproximadamente, las personas que se endeudaron en una moneda diferente, sobre todo en dólares, teniendo sus ingresos en colones, probablemente se habrán encontrado con que efectivamente las decisiones fueron muy afortunadas, porque aunque en algunos periodos el tipo cambio subió, la diferencia tasa de interés fue tan abrumadora que en un lapso de 15-20 años lo requetecompensaron. Ahí de nuevo hay un componente de racionalidad de las personas”, mencionó Montero.
Recomendaciones para asumir un crédito en otra moneda
Lo primero que se debe tomar en cuenta es cuánto puede aguantar su flujo de caja los cambios en el precio de las monedas. Si es poco el margen, es posible que hacerle frente a la cuota se convierta en un problema en el futuro, a pesar de contar con una hipotética ventaja en la tasa de interés.
También se debe medir cuánto le beneficia la diferencia de tasas, ya que los créditos en colones suelen tener un interés mayor al de los dólares. Si gana en moneda nacional y quiere endeudarse en la divisa, le sirve que haya una distancia holgada, mientras que si el caso es el contrario es más beneficioso cuando ocurre lo opuesto.
El deudor, a su vez, debe valorar si realmente está en la capacidad de adquirir el préstamo. “Si la persona está buscando alternativas en una divisa porque no le alcanza la cuota en la moneda local, es muy probable que realmente al final no pueda, dada su situación financiera, hacerle frente a la compra de ese activo y por lo tanto debería buscar otras opciones que se ajusten a su presupuesto”, considera Josué Rodríguez, director general de Sirú Financiero.
También se recomienda llevar un ahorro paralelo en los momentos donde el tipo de cambio le beneficia. Cuando se abarata la moneda en la que debe, se puede utilizar parte de la liquidez que se generó por efecto cambiario para hacer crecer una reserva que en el futuro pueda mitigar los riesgos que se generen por una eventual subida en su precio.
En caso de que las fluctuaciones de las monedas lleguen a afectar la capacidad de pago, Rodríguez recomienda contar con dos o tres opciones de entidades financieras a las que pueda acudir para convertir su préstamo de moneda, entendiendo, por supuesto, que eso conllevará gastos adicionales.