La estimación del Banco Nacional sobre el crecimiento de su cartera crediticia al cierre de este 2021 es de un 1%, según comentó el jerarca de la entidad, Bernardo Alfaro, en entrevista con EF. La cifra estaría lejos de la meta esperada a inicios del año por el jerarca.
La previsión de la entidad era un aumento de un 3%, pero las condiciones para la colocación de crédito no se dieron según lo esperado. Eso sí, el gerente general comentó que en los últimos tres meses se ha visto un repunte importante en la demanda desde diversos sectores, principalmente del de vivienda.
A noviembre de este año, según datos tomados de la página web de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), el total del saldo principal de los créditos directos otorgados por la entidad ascendía a los ¢4,3 billones; de estos ¢1,4 billones corresponden a construcción, compra y reparación de inmuebles. Para el mismo mes del 2020, el saldo en ese rubro era de ¢1,3 billones.
A continuación, un extracto de la entrevista con Alfaro:
―A inicios de año, la estimación del crecimiento de crédito del Banco Nacional era de un 3%. ¿Logrará la entidad cerrar el año con dicho crecimiento de la cartera?
Estábamos liquidando cartera por efecto de la pandemia y los saldos estuvieron decreciendo durante el primer semestre. Pero agosto, septiembre y octubre fueron meses en que tuvimos crecimientos sólidos y ya para el cierre de octubre teníamos un interanual positivo, un poco menos del 1%. En noviembre tuvimos un pequeño decrecimiento por el tipo de cambio y entonces nuestra cartera en dólares al colonizarla mostró un saldo un poco menor.
En diciembre vamos a recuperar un poco ese crecimiento, creo que vamos a tener un buen mes, por lo que hemos visto hasta ahora. De manera que posiblemente vamos a cerrar el año con un interanual al 1%; queríamos ese 3% pero al final se liquidó mucho más cartera de lo que creíamos y la reactivación empezamos a sentirla con más vigor a partir de agosto de este año.
Este año vamos a hacer estimaciones por incobrables a lo largo del 2021 de más o menos ¢87.000 millones, jamás en la historia habíamos hecho esa cantidad de estimaciones. La utilidad neta va a rondar los ¢15.000 millones.
―En una anterior entrevista realizada en abril, la confianza estaba puesta en la reactivación del sector vivienda, ¿cómo se comportó este sector y cuáles otros demandaron créditos? ¿El sector empresarial se acercó a solicitar préstamos?
Cuando le comento de esa recuperación a partir de agosto, justamente en buena medida me estoy refiriendo a demanda para vivienda que se estimuló muchísimo en los últimos tres meses. Eso para nosotros tiene un significado muy relevante porque significa que los desarrolladores van a empezar o están vendiendo con mayor intensidad. En setiembre tuvimos el crecimiento de vivienda más alto de los últimos cuatro años.
Obviamente de una base un poco más baja porque había decaído bastante, pero sí fue un repunte muy sustancial. También un poco en consumo, lo que nos da buenas perspectivas de que los agentes económicos están recuperando la confianza.
Además, nosotros somos un banco muy orientado a las mypimes, el 43% de la cartera. Les estuvimos ayudando con las adecuaciones, pero ya empezamos a sentir reactivación fuerte de la demanda de sectores como el hotelero, para remozar instalaciones y prepararse para demanda de turistas. También sentimos demanda del sector comercial y mucho empresas que se dedican por ejemplo a almacenajes de bienes. Sí hay un repunte más o menos estandarizado.
―Usted señalaba que la mora de más de 90 días está dentro de los límites; sin embargo, algunas medidas y flexibilizaciones bancarias acabarán el 31 de diciembre. Luego de esto, ¿qué puede pasar con la morosidad? ¿Tienen alguna estimación respecto a cuánto puede crecer la mora?
La proyección es que la mora a más de 90 días durante el 2022 no va a exceder los límites normativos. La razón es que esos ¢87.000 millones de estimaciones, una buena parte de eso, lo hicimos de una manera muy prudente vislumbrando que pudiera haber más problemas en algún grupo importante de clientes. Tenemos lo que llamamos un colchón de estimaciones en previsión de esas empresas que puedan acabar por salir del mercado.
¿Qué haríamos? Si se materializa ese riesgo y esas empresas definitivamente no van a poder honrar sus créditos, nosotros tomaríamos esa estimación, la liquidamos contra el crédito y al hacer el crédito de balance la mora no sube. Esas estimaciones que hicimos pretenden mantener esos indicadores en un nivel normal a lo largo del 2022.
―El 2021 se ha caracterizado por mantener un dólar al alza. ¿Esto impactó de alguna manera? ¿Generó presión en los ahorrantes y acreedores por pasarse a otro tipo de moneda?
Hubo movimientos muy importantes hacia la colonización de los créditos. Muchas empresas y muchas personas. Nosotros siempre hemos sido enfáticos en que si gana en colones, saque un crédito en colones. La coyuntura en la que el colón tuvo una tendencia clara a la depreciación a lo largo del 2021 ayudó mucho en la colonización del crédito.
A nosotros no nos afecta (el tipo de cambio) en nuestro estado de resultados, nosotros tenemos una posición muy calzada de activos y pasivos en dólares, no tenemos lo que se llama una posición larga.
―¿Cuál es la proyección de crecimiento de crédito para el 2022?
Nuestra previsión de crecimiento es de aproximadamente un 4%, eso es lo que queremos crecer. La previsión del Banco Central es de un crecimiento económico relativamente fuerte.