En 2018, el sistema bancario registró un crecimiento del 3% en las utilidades, muy distante de la contracción que experimentó un año atrás.
Entre los 14 bancos acumularon un total de ¢193.035 millones en ganancias. Sin embargo, el 73% de esa cifra llegó a las arcas de BAC Credomatic, el Banco de Costa Rica (BCR), el Banco Nacional de Costa Rica (BNCR) y el Banco Popular.
Aunque la banca estatal sigue dominando en tamaño, por encima de muchos competidores privados pequeños, el 2018 fue un año ácido para este grupo. Las ganancias fueron menores a las del año previo, algo que les sucedió por segundo periodo consecutivo. Mucho de esto tiene que ver con el menor crecimiento del crédito y el comportamiento de la morosidad.
Todos los bancos públicos registraron una caída en sus utilidades respecto al año previo. Esto está muy ligado a la contracción del crédito.
La cartera de crédito del sistema financiero repuntó 6% el año pasado, muy por debajo de lo registrado en los últimos cinco años, donde la menor cifra fue de 8%.
La desaceleración de los préstamos se debió en gran parte a la contracción y menor dinamismo que registró la banca estatal, en créditos en dólares y colones, respectivamente.
Destaca que BAC Credomatic generó ¢69,5 millones, casi las mismas utilidades que los tres bancos públicos unidos (¢71,1 millones). Este banco privado, además, creció más que todo el mercado en términos absolutos (en cantidad de dinero).
En términos relativos (variación porcentual), el Banco Cathay fue el que creció más. En 2018, este banco creció luego de dos años de registrar menores utilidades que el periodo anterior.
En la acera de la banca privada, Scotiabank fue el único que decreció. Sin embargo, el año pasado esta entidad atravesó un proceso de fusión con lo que antes era Citibank y su segmento de tarjetas de crédito.