La tecnología ha sido el talón de Aquiles del Banco Popular y de Desarrollo Comunal en los últimos años, y es en este campo en el que sus competidores le llevan una gran ventaja.
La falta de músculo financiero no es uno de sus problemas ni la causa de su rezago en la digitalización bancaria, pues este banco ha logrado posicionarse con fuerza en el mercado.
El Popular ocupó el tercer lugar de la banca en cuanto a las utilidades generadas en 2018, además, en ese mismo año su patrimonio superó al de sus pares estatales.
La oferta de servicios mediante canales digitales no ha sido su fuerte, pero ahora quiere reducir la brecha y ser más eficiente.
Al mismo tiempo, apostará por fortalecer la parte de “Desarrollo” que está escrito en su nombre y en la ley que lo constituye. En la actualidad, los préstamos de consumo son los que predominan entre su cartera de crédito, se adueñan del 40,5% del saldo.
Esta entidad financiera trabaja en la ejecución de un proceso de transformación digital integral, para constituir un “nuevo Banco Popular”.
Se trata de “una apuesta fuerte por las nuevas tecnologías; pero queremos ir más allá y hemos adoptado las decisiones para que esta transformación digital vaya de la mano con un cambio del modelo de negocios”, explicó Magdalena Rojas, quien ocupa la silla gerencial del Popular.
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Apuesta por la innovación
Hace más de seis años la banca local empezó a lanzar plataformas de servicio a través de distintos canales.
Aplicaciones móviles y sucursales electrónicas con información y la posibilidad de realizar transacciones desde dispositivos móviles o una computadora llegaron con el fin de reducir la necesidad de ir a hacer fila a una sucursal.
Mientras eso ocurría, el Popular mantenía una operación poca innovadora o estaba ausente de esa tendencia.
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En un mapeo realizado por EF en 2016, el Banco Popular admitió que su app no servía para ninguno de los servicios consultados, solo ofrecía información básica del banco. Este fue el único banco, de entre los consultados, que no ofrecía servicios transaccionales en su app.
El Popular tomó la decisión de desarrollar un nuevo core bancario, y su implementación le impidió ser protagonista en el sistema financiero con nuevos canales de distribución digitales.
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“El Banco Popular cuenta con muchas fortalezas y debe aumentar su masa de clientes que operen por canales tecnológicos. Cuenta con suficientes puntos de venta, base de datos de clientes voluminosa, fondeo de bajo costo. Todavía puede dar el salto para alcanzar a competidores muy fuertes en banca digital”, afirmó el exbanquero Carlos Fernández.
Fue hasta el presente 2019 que el banco lanzó los servicios de transferencia por medio del Sistema Nacional de Pagos Electrónicos (Sinpe) y el adelanto de salario “Vale Popular”.
También, lanzó la consulta a movimientos hechos en las cuentas, el pago de servicios públicos, consulta y pago de préstamos y tarjetas de crédito, así como otras facilidades en la aplicación.
Estas opciones se pueden considerar como novedad para los clientes del Popular, pero ya son viejos conocidos para los usuarios de plataformas de otros bancos y otras entidades. Incluso, otras entidades suman varias versiones de sus plataformas en Internet y hasta sistemas de reconocimientos biométricos.
El banco mismo reconoce que la innovación y la implementación de servicios digitales no eran prioridades, pero ahora lo serán en lo que llaman el Banco Popular del futuro.
En los próximos días anunciarán a sus clientes diversas novedades digitales, afirmó Rojas.
Las plataformas del banco experimentaron interrupciones en el pasado, pero el Banco afirma que en el último año el porcentaje de disponibilidad de la plataforma tecnológica supera el 99,97%.
Además, a setiembre del 2018, el Popular era la única entidad del sistema financiero que no había implementado el código indentificador IBAN en sus productos (cuenta de ahorro y corriente, tarjetas de crédito, cuentas simplificadas y operaciones de crédito), según un reporte del Banco Central.
Inclusive, su rezago de entre el resto de las entidades, que prácticamente a esa fecha tenían casi todos los productos habilitados con pequeñas excepciones, llevó al Central a atrasar la fecha oficial en la que la denominada “cuenta cliente” dirá adiós. Esta pasó del cierre del 2018 a julio de este 2019.
Rojas aseguró a EF que ya implementó el IBAN en todas las cuentas, mientras los usuarios pronto realizarán transacciones con este sistema en las tarjetas de crédito y débito, y faltarían las operaciones de crédito.
Estas actualizaciones, indicó Rojas, se desarrollan con planes de trabajo conocidos por el Banco Central.
Cartera de crédito y situación financiera
La cartera de crédito del Popular, compuesta en un 87% por créditos al día, fue más dinámica que el resto de bancos públicos entre el 2014 y el 2017.
Para el 2018, el crecimiento fue mucho menor, pero esto obedece más a la situación que experimentó todo el sistema financiero, y no a un aspecto singular.
El consumo predomina como porción del saldo total de los préstamos, con un monto que supera el billón de colones, seguido de construcción con unos ¢607.552 millones (el 24,9% de la cartera).
Aun así, la cartera de desarrollo fue la que más creció en 2018, según el banco, seguida de vivienda y en tercer lugar consumo. Y este es el rumbo que quiere continuar la entidad.
En contraste, los datos que publica la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) muestran que el mayor dinamismo llegó a la cartera de administración pública, seguida de actividades inmobiliarias empresariales y por último construcción.
Se le ha dado énfasis a la colocación de vivienda, en segmentos de ingresos medios o bajos. En la parte de desarrollo, Rojas destacó el aporte a las micro, pequeñas y medianas empresas.
Mientras la cartera da un giro, el consumo continúa a la cabeza de este banco. En el BCR y el Banco Nacional, construcción y servicios dominan el saldo de los préstamos.
La morosidad se golpeó en 2018, y en 2019 esperan resultados similares.
¿Cómo están las finanzas del banco? Su desempeño muestra ingresos que disminuyen por una menor demanda de crédito, pero también una subida en los gastos de intermediación financiera.
El banco quiere bajar el gasto administrativo, que creció solo 1,18% en 2018, y aplicó medidas para aumentar el ingreso en comisiones por servicios y mejorar la utilidad operativa.
“Nuevos productos y ampliación de las líneas de distribución nos permitirán fuentes de fondeo de menor costo”, afirmó Rojas.
Las nuevas medidas también llegaron a su planilla, por ejemplo, evitó sustituir personal que se retira de la institución y cambios en pagos por tiempo extraordinario.
En adelante, además de la estrategia del banco en innovación, la entidad pretende controlar el gasto administrativo, generar mayor ingreso por comisiones de servicios, optimizar ingresos por la venta de bienes adjudicados, así como la estructura de la cartera y promover una oferta más integral en el conglomerado financiero (pensiones, seguros, fondos de inversión y puesto de bolsa).