El Banco Mundial proyecta un 2,6% de crecimiento económico para el 2021 en Costa Rica, y un 3,7% para el 2022, según las últimas proyecciones realizadas por el organismo sobre la economía mundial en el informe Perspectivas económicas mundiales.
La economía mundial está en un periodo de crecimiento tras una contracción del 4,3% en el 2020; sin embargo las muertes, enfermedad y el desempleo generado por la COVID-19 podrían deprimir la actividad económica y los ingresos durante un período prolongado, advirtió el organismo.
Para países cercanos a Costa Rica y de la región, la expectativa de crecimiento es mayor en muchos casos. Por ejemplo, para Chile se espera un crecimiento del 4,2%, para El Salvador un 4,6% y para Panamá un 5,2%. Para Nicaragua y Suriname, los únicos países con datos negativos, se esperan un -0,19% y -1,9% respectivamente.
En general, el Banco Mundial proyecta que la economía mundial se expanda un 4% este 2021, ante la suposición de que la distribución inicial de las vacunas contra la COVID-19 se amplíe a lo largo del año.
Las principales prioridades políticas a corto plazo, dijo el organismo, son el control de la propagación de la COVID-19 y la garantía de una distribución rápida y amplia de las vacunas. Para apoyar la recuperación económica, las autoridades también tienen que facilitar un ciclo de reinversión destinado a lograr un crecimiento sostenible que dependa menos de la deuda pública.
“Si bien la economía mundial parece haber entrado en una recuperación moderada, los encargados de la formulación de políticas se enfrentan a desafíos enormes al tratar de asegurar que esta recuperación mundial, aún frágil, cobre impulso y siente las bases de un crecimiento robusto”, afirmó David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial.
“Para superar los impactos de la pandemia y contrarrestar los factores adversos que afectan las inversiones, es necesario dar un gran impulso a la mejora del entorno empresarial, aumentar la flexibilidad del mercado laboral y de productos, y reforzar la transparencia y la gobernanza”, agregó.
En un escenario negativo, en el que los contagios sigan aumentando y se retrase la distribución de las vacunas, la expansión mundial podría limitarse al 1,6% en 2021. Por otra parte, en un escenario optimista, con un control exitoso de la pandemia y un proceso de vacunación más rápido, el crecimiento mundial podría acelerarse hasta casi el 5%.
Recuperación de las economías
El Banco Mundial estima que el colapso de la actividad económica mundial en 2020 ha sido “ligeramente menos grave” de lo que en un principio se había proyectado, esto, porque la contracción de las economías avanzadas ha sido menos pronunciada de lo previsto y a que la recuperación en China ha sido más sólida de lo anticipado.
En cambio, las perturbaciones de la actividad en la mayoría de los demás mercados emergentes y economías en desarrollo fueron más graves de lo esperado.
“Será necesario abordar las fragilidades financieras de muchos de esos países, ya que la crisis del crecimiento afecta a los presupuestos de los hogares y los balances de las empresas vulnerables”, dijo Carmen Reinhart, vicepresidenta y primera economista del Grupo Banco Mundial.
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En las economías avanzadas, una incipiente recuperación se estancó en el tercer trimestre del 2020 tras el resurgimiento de los contagios, lo que apunta a una recuperación lenta y difícil.
Se prevé que el PIB de Estados Unidos se expanda un 3,5% en 2021, después de una contracción estimada del 3,6% en 2020. En la zona del euro, se prevé que la producción crezca este año un 3,6%, tras un descenso del 7,4 % en 2020. La actividad en Japón, que se redujo en un 5,3% en el año que acaba de terminar, se prevé que crezca un 2,5% en 2021.
En cuanto al PIB agregado de los mercados emergentes y las economías en desarrollo, incluida China, se espera que crezca un 5% en 2021, tras una contracción del 2,6% en 2020. Entre las economías de ingreso bajo, la actividad podría aumentar un 3,3% en 2021, tras una contracción del 0,9% en 2020.
Eso sí, señala el Banco Mundial, la pandemia podría dejar efectos adversos de larga duración en la actividad mundial, por lo que es probable que la desaceleración del crecimiento mundial prevista para el próximo decenio empeore debido a la falta de inversiones, el subempleo y la disminución de la fuerza de trabajo en muchas economías avanzadas.
Por ello las autoridades responsables de las políticas económicas deben seguir sosteniendo la recuperación, pasando gradualmente del apoyo a los ingresos a las políticas de fomento del crecimiento.