La Junta Directiva del Banco Central (BCCR) acordó en su sesión de este 27 de julio una nueva subida su tasa de interés de referencia, de 200 puntos base. El salto de 5,5% a 7,5% ubica el indicador en su punto más alto de los últimos 12 años (la última vez que se ubicó en 7,5% fue en octubre de 2010).
La subida de 200 puntos base es la más alta que ha aplicado el Central desde diciembre pasado, cuando dejó atrás el mínimo histórico de 0,75% que predominó durante la pandemia y empezó a aplicar aumentos ante los elevados niveles de inflación de la economía internacional y local.
El Banco Central sostiene que las subidas en las tasas de interés locales no buscan contener directamente la inflación, que es impulsada por presiones externas; sino evitar que condiciones de política monetaria internas hagan que el efecto inflacionario perdure más adelante en el medio local.
En su comunicado sobre la subida, el emisor reiteró “su firme compromiso con el control de la inflación” y añadió que “por ello estima necesario continuar con el proceso de incrementos en la TPM, iniciado en diciembre pasado, y que busca que la postura de política monetaria sea al menos neutral”.
Al igual que en ocasiones recientes, la decisión del BCCR llegó solo horas después de que la Reserva Federal estadounidense (el banco central de la potencia norteamericana) anunció también una subida en sus tipos de interés. La entidad realizó un nuevo ajuste de 75 puntos base este 27 de julio y llevó su indicador de referencia a un rango de entre 2,25% y 2,50%. También anticipó nuevas alzas.
Además de la subida de la TPM, la Junta Directiva del BCCR acordó fijar la tasa de interés bruta de los depósitos electrónicos a un día plazo (DON) en 5,56% anual a partir de este 28 de julio.
Política monetaria en marcha
Los bancos centrales del mundo toman medidas para reducir la liquidez en los mercados. En ese sentido, las subidas de tasas desincentivan el crédito fácil e incentivan el ahorro. Con ello, se busca reducir la presión de la demanda de bienes y servicios sobre sus precios; es decir, sobre la inflación.
El aumento interanual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en Costa Rica es de 10,06% a junio y en potencias como Estados Unidos supera el 9%.
La inflación se disparó con la guerra desatada por la invasión de Rusia en Ucrania, en la última semana de febrero; pero ya venía en incremento por factores preexistentes como la recuperación del consumo pospandemia, el exceso de liquidez producto de las medidas para estimular la economía durante el covid-19, los problemas en las cadenas de suministro y el desabastecimiento de materias primas como algunos metales.
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“En este contexto, la inflación se ha situado en valores superiores a las metas definidas por la mayoría de los bancos centrales del mundo, que los ha llevado a acelerar el proceso de salida de las posturas de política monetaria laxa, que les caracterizó durante la pandemia del covid-19. Ello ha quedado de manifiesto en la finalización de programas de compra de activos, así como en incrementos en las tasas de interés de referencia, más frecuentes y de mayor magnitud a lo inicialmente estimado (...) Costa Rica, como economía pequeña e integrada al mundo comercial y financieramente, no es ajena a esta realidad”, redactó el BCCR, en su explicación de este 28 de julio sobre la nueva subida de tasas.
Además de las subidas en las tasas de referencia, el Central aumentó el porcentaje del encaje mínimo legal sobre las captaciones en colones de entidades financieras. Este se había reducido a 12% durante la pandemia, pero regresó a 15% este mes de julio. Ello también disminuye la liquidez en el mercado y se trasmite a las tasas de interés de las entidades financieras, que entonces requieren de mayor esfuerzo para captar recursos.
Las medidas de política monetaria buscan desincentivar el consumo y ello tendrá efectos en la economía costarricense y global. Esto genera dudas sobre una eventual recesión, pero el Banco Central considera hasta el momento que el efecto para el país sería una desaceleración del crecimiento, por el momento.
“Es un shock inflacionario e importado que, una vez que se estabilice se debe evitar que fuerzas externas hagan que perdure. Usualmente se miran los excesos monetarios y el Banco una de las herramientas que utiliza es la TPM (....) Ahora lo que queda es calibrar las magnitudes de ambas y eso es un acuerdo de junta directiva”, afirmó Róger Madrigal, presidente del emisor, en una reciente entrevista con EF.
Según ha dicho el emisor, sus modelos proyectan que la inflación general y subyacente retornarían al rango de tolerancia de 3% (± 1 punto porcentual) en el 2024. Sin embargo, se consideran como riesgos que se prolongue el conflicto bélico en Europa del Este y ello tenga implicaciones adicionales en los mercados de materias primas y que las expectativas de inflación se desanclen y retarden el proceso de estabilización.