Después de la Fed, el Banco Central Europeo (BCE) se decidió a sacar la artillería pesada el miércoles para apoyar una economía europea en dificultades por la epidemia de coronavirus, lo que dio un poco de aire a los mercados del Viejo Continente.
Si bien la iniciativa no tuvo un efecto notable en los mercados asiáticos, pues las Bolsas de Tokio, Shanghái y Hong Kong cerraron a la baja, sus homólogas europeas reaccionaron bien al anuncio.
Tras haber registrado fuertes pérdidas la víspera, la Bolsa de París subió 2,11% a la apertura, y también lo hizo la de Londres (+0,40%) y la de Fráncfort (+0,74%), antes de que las tres sumaran ganancias.
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En los primeros minutos de operaciones, la Bolsa de Milán subía por su parte 4,53% y la de Madrid 2,94%.
El Banco Central Europeo sacó su artillería pesada el miércoles con un plan de "emergencia" de 750.000 millones de euros (unos 800.000 millones de dólares) en compras de deuda pública y privada para tratar de contener las consecuencias económicas de la pandemia del coronavirus.
Este plan se suma a un primer sobre de 120.000 millones de euros que había sido desbloqueado previamente para hacer frente a la epidemia.
"Tiempos extraordinarios requieren acciones extraordinarias", tuiteó la presidenta del BCE, Christine Lagarde.
Como otros mandatarios de la UE, el presidente francés, Emmanuel Macron, aplaudió las medidas e instó a los Estados de la UE a llevar a cabo "intervenciones presupuestarias".
Antes de que abrieran las bolsas europeas, los anuncios del BCE tuvieron un efecto positivo en los precios del petróleo que, tras haber alcanzado la víspera sus niveles más bajos en 18 años, el jueves por la mañana rebotaron al alza.
El euro seguía bajando frente al dólar el jueves por la mañana, mientras que los tipos de interés en la zona euro bajaban levemente tras haber registrado varias sesiones tensas.
"La fuerte distensión de los tipos de interés en la zona euro esta mañana, tras el anuncio de la nueva bazuca de la BCE debería ayudar a los mercados de acciones, pero el entusiasmo continúa siendo verdaderamente moderado", consideró en una nota Tangi Le Liboux, de la agencia Aurel BGC.
"Las dádivas de los bancos centrales, aunque logren calmar los mercados de tipos soberanos, ¿son acaso la solución para interrumpir la caída de las acciones?", se preguntaba.
Estados y bancos centrales de todo el mundo rivalizaron en planes de estímulo y de inyecciones de liquidez en los últimos días, con el fin de atajar los efectos devastadores que podría tener la pandemia de coronavirus en la economía y tranquilizar a los mercados, que en Europa se hundieron más del 30% en lo que va de año.
El mayor desafío" desde 1945
En Estados Unidos, continúan las negociaciones sobre un plan de estímulo que podría alcanzar $1,3 billones.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció por su parte un nuevo plan de 27.000 millones de dólares canadienses (18.500 millones de dólares estadounidenses, 17.000 millones de euros) en ayudas directas y 55.000 millones de dólares canadienses en aplazamiento de impuestos.
El Banco Central de Australia redujo el jueves su principal tipo, un cuarto de punto, hasta el 0,25%, su mínimo histórico. El Banco de Brasil pasó el suyo de 4,25% a 3,75%, otro mínimo.
La pandemia de COVID-19 ya mató a más de 9.000 personas y causó más de 210.000 contagios confirmados en 150 países y territorios.
En Europa, nuevo epicentro de la pandemia, Italia es el país más castigado, y ya registró casi 3.000 muertos.
El miércoles, Reino Unido ordenó el cierre de escuelas y Portugal declaró el estado de emergencia.
En Alemania, la canciller Angela Merkel consideró que el combate contra el nuevo coronavirus constituye "el mayor desafío" que haya enfrentado el país desde 1945.
"Los índices de uno y otro lado del Atlántico muestran unas caídas que todavía están lejos de los mínimos observados durante la crisis de 2008. Sin embargo, los dirigentes mundiales señalan que esta crisis es la peor desde la Segunda Guerra Mundial", agregó Liboux.
Sin embargo, según él, “las medidas de las autoridades no impedirán una recesión violenta, cuyo alcance todavía no podemos adivinar”.