El Banco Central Europeo (BCE) se prepara para aumentar de nuevo sus tasas de interés el jueves, pese al casi estancamiento de la actividad económica, aunque podría hacerlo a un ritmo menor si la inflación confirma su desaceleración.
Los datos actuales “indican que habrá que volver a aumentar las tasas de interés”, declaró el economista en jefe Philip Lane en una entrevista esta semana con el diario francés Le Monde. “No es el momento de parar”.
El director del Fondo Monetario Internacional (FMI) para Europa, Alfred Kammer, exhortó el viernes a los bancos centrales europeos a “matar a la bestia” de la inflación sin caer en la tentación de hacer una “pausa” en su incremento de tasas de interés.
El BCE ha elevado sus tasas en 3,50 puntos porcentuales desde julio en el marco de una campaña sin precedentes de reajuste monetario destinada a frenar el aumento vertiginoso de los precios al consumidor.
¿Aumento limitado?
Antes de su próxima reunión del 4 de mayo y, ante la ralentización de la inflación en los 20 países de la zona euro, “la única duda parece ser si el BCE optará por 25 o 50 puntos base”, según el analista Carsten Brzeski, del banco ING.
La mayoría de los economistas esperan un aumento limitado a 0,25 puntos.
El alza continua de los intereses se da tras una década de dinero barato y se desencadenó en respuesta al incremento de los precios a raíz de la ofensiva rusa en Ucrania.
Tras alcanzar su punto más alto en octubre, con 10%, la inflación volvió a casi 7% en marzo, lejos aún de la meta de 2% que busca el BCE.
Al encarecer el crédito, el BCE quiere frenar la demanda de préstamos hipotecarios, al consumo o de inversión empresarial para contener el aumento de precios.
Las tasas de interés de referencia del BCE para los bancos oscilan actualmente entre 3% y 3,75%, los más altos desde octubre de 2008.
Antes de la reunión del BCE, se publicarán una serie de datos que pueden influir en la decisión: la inflación en la zona del euro de abril y la encuesta trimestral de crédito bancario, que se dará a conocer el martes.
“Divisiones”
Si la inflación de abril sorprende al alza, algunos “halcones” del BCE, partidarios de una política monetaria estricta, podrían abogar por un aumento de 0,5 puntos porcentuales y así “exacerbar las divisiones cada vez más evidentes” en el seno de la institución sobre el camino a seguir, según HSBC.
Las recientes turbulencias del sector bancario parecen haberse “disipado sin gran incidencia en las condiciones de crédito”, afirma Capital Economics, que prevé un aumento de 0,5 puntos.
El BCE se pronunciará el jueves justo después de la Fed estadounidense, que se reúne el 2 y 3 de mayo y que también busca una baja duradera de la inflación en Estados Unidos.
Los actores del mercado esperan una nueva alza de las tasas de un cuarto de punto.
El BCE quizás diga más el jueves sobre otro proyecto en curso, a saber, la reducción de su saldo aún lleno de deudas adquiridas durante los años de crisis y de inflación demasiado baja.
El stock de bonos públicos y privados que posee se han reducido en 15.000 millones de euros de media cada mes desde marzo, y el BCE tiene previsto revisar la velocidad de esta desinversión después de junio.
El riesgo es que, al dejar de comprar las deudas de los países miembros del euro, las tasas de los bonos podrían subir para los préstamos de los países frágiles, lo que les haría más difícil encontrar dinero en los mercados.