La Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica (BCCR) acordó por unanimidad, en la sesión del miércoles 20 de diciembre, reducir la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 25 puntos base (p. b.) para ubicarla en 6% anual, desde el 6,25%.
Para decidir el nivel de esta tasa de interés, el ente emisor evalúa el comportamiento reciente y la trayectoria de los pronósticos de la inflación y de sus determinantes macroeconómicos. La decisión, además, considera el análisis de la coyuntura económica, así como de los riesgos que identifica y cuya materialización podría desviar la inflación de su proyección central.
De acuerdo con el Índice de Precios al Consumidor (IPC) más reciente, la inflación en Costa Rica experimentó una variación interanual de -1,64% en noviembre de 2023. Este es el sexto reporte consecutivo en que el indicador interanual se ubica en terreno negativo, es decir, se registra una deflación.
Las proyecciones del Banco Central indican que la economía nacional estaría en deflación aún durante el primer trimestre de 2024, pero con valores cada vez menos negativos. Se estima que el IPC retornaría al rango de tolerancia (±1 punto porcentual alrededor de la meta de 3%) a inicios del segundo semestre de 2024.
“Si bien con la información disponible a la fecha existe espacio para reducir la TPM, persisten riesgos de índole externo y local, cuya materialización podría desviar el resultado de inflación de la senda antes proyectada. Estos riesgos obligan a mantener la prudencia con respecto a los cambios en la TPM”, consideró la autoridad monetaria.
Según el comunicado de prensa emitido por el BCCR la noche del miércoles 20 de diciembre, entre los riesgos al alza destacan los asociados a choques de oferta y a la fragmentación del comercio global, a su vez ligados con fenómenos climatológicos y conflictos geopolíticos.
A lo interno, de acuerdo con el ente emisor, no se descarta una eventual recomposición del portafolio de instrumentos financieros, cuya materialización podría incrementar las expectativas de variación cambiaria y, por ende, las de inflación, especialmente en un contexto de excesos de liquidez que hasta el momento han sido gestionados en el mercado de dinero.
Por su parte, también existen riesgos a la baja, entre los que destaca un crecimiento económico de los principales socios comerciales de Costa Rica menor al previsto en las estimaciones analizadas, en parte motivado por las posibles implicaciones de algunos conflictos geopolíticos y la política monetaria restrictiva que se ha prolongado más de lo esperado.
“Con base en el análisis del comportamiento reciente y esperado de la inflación y de sus determinantes macroeconómicos, de la valoración de los riesgos y del rezago con que actúa la política monetaria, la Junta Directiva buscará la neutralidad de la política monetaria en el mediano plazo, cuando las circunstancias lo permitan. Los cambios en la TPM han de ser graduales y prudentes, para reaccionar oportunamente y en la dirección que corresponda, si las condiciones macroeconómicas y la valoración de los riesgos así lo requieren”, se argumenta en el comunicado.