Pese a los incrementos en los precios de las materias primas y la evolución de las economía internacional, los modelos de pronóstico del Banco Central señalan que en los próximos 24 meses la inflación se mantendría por debajo de la meta de 3%, dada la existencia de capacidad ociosa en la economía y expectativas de inflación contenidas.
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Así lo informó la entidad en su acuerdo de junta directiva del pasado 25 de octubre. No obstante, la información compartida también indica que las proyecciones de inflación están sujetas a riesgos al alza asociados con los mayores costos de producción. Estos ponen una presión alcista sobre la inflación y podrían afectar las expectativas de los agentes económicos, lo que a su vez daría lugar a efectos inflacionarios de segunda ronda.
En setiembre la inflación general aumentó ligeramente mostrando una tasa interanual de 2,1%, por lo que, por primera vez en 23 meses, retornó al rango de tolerancia alrededor de la meta de inflación el cual se ubica de 2% a 4% (3% ± 1 punto porcentual). De manera similar, el promedio de indicadores de inflación subyacente aumentó, para ubicarse en 1,5%.
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No obstante pese las diferentes presiones tanto nivel nacional como internacional, el Banco Central asegura que son temporales. La entidad conduce su política monetaria sobre la base de un esquema de metas de inflación.
Bajo esta premisa la junta directiva del Central tomó la decisión de mantener su postura expansiva de política monetaria en apoyo del proceso de recuperación económica. No obstante, reconoció que los riesgos sobre esa proyección de inflación están inclinados hacia el alza.
La Tasa de Política Monetaria se mantendrá en 0,75% anual, en el tanto los pronósticos de inflación muestren que, en los siguientes 24 meses, se ubique dentro del rango meta.
“El Banco Central se mantendrá vigilante, y si fuese necesario, adoptará oportunamente las acciones que se requieran para mantener la proyección de inflación dentro del rango de tolerancia”, explicó la entidad en el comunicado.
“La recuperación económica global y de nuestros principales socios comerciales continúa. Sin embargo, los indicadores de corto plazo dan señales de moderación, ante los efectos directos e indirectos”.
Presiones
Una de las principales presiones al alza que enfrenta al inflación es el costo de los insumos importados, el cual ha venido en aumento, como consecuencia de tres factores: mayores precios de las materias primas en los mercados internacionales, el rápido aumento en los costos globales de los fletes marítimos y la devaluación del colón.
Estos factores han llevado a que el Índice de Precios al Productor de la Manufactura mantenga tasas de variación altas ya por varios meses, y alcanzara 11% en setiembre.
Adicionalmente la recuperación económica global y de los principales socios comerciales de Costa Rica continúa. Sin embargo, los factores como las restricciones asociadas a los rebrotes por las variantes del coronavirus, la brecha entre países en el proceso de vacunación, los problemas en las cadenas de suministro y los “cuellos de botella” en los servicios de transporte y los efectos del cambio climático que exacerban las presiones sobre los precios globales de la energía, pueden poner en peligro el proceso de recuperación.
Finalmente, el dinamismo del comercio mundial y los problemas en las cadenas de suministro y en los servicios de transporte se han reflejado en un incremento en el precio de las materias primas y con ello en los costos de producción, que aunado a un efecto base, han acelerado la inflación en algunos de los principales socios comerciales del país.
Este aumento ha sido interpretado como transitorio por los bancos centrales de algunas naciones avanzadas. Sin embargo, organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional, prevén que esa transitoriedad se prolongue hasta el próximo año.