El Banco Central de Costa Rica (BCCR), anunció cerca de las 11:30 de la noche de este 31 de enero, que dadas las condiciones inflacionarias del país se dio por concluida la transición gradual hacia un esquema monetario de metas de inflación, por lo que, a partir de ahora, se adopta un esquema flexible de metas de inflación.
Según indicó el Banco Central, en un acuerdo de junta directiva revelado también hoy, luego de que fuera presentado el Programa Macroeconómcio 2018-2019, el esquema mantendría una inflación baja y estable, similar a la inflación de largo plazo de los principales socios comerciales del País, qué, según se estima, es de 3% anual.
Dentro del Programa Macroeconómico 2018-2019, el Ente Monetario indicó que a través del esquema “realizará los ajustes requeridos en sus instrumentos de política, moderando las fluctuaciones del ciclo económico y tomando en consideración el impacto de esas medidas sobre otras variables macroeconómicas” como el tipo de cambio y las tasas de interés.
La nueva medida regirá a partir del 1 de febrero del 2018.
A pesar de la adopción del esquema flexible. el BCCR mantuvo en el Programa Macroeconómico la cifra de 3% como inflación esperada, con un rango de un punto porcentual hacia arriba y abajo.
Otros países han adoptado también las metas flexibles de inflación. En Perú, por ejemplo, el esquema flexible de metas de inflación tiene por objetivo estabilizar tanto la inflación alrededor de su meta como la actividad económica en torno a un nivel normal.
Según indica el Banco Central de la Reserva de Perú en su sitio web, los instrumentos idóneos bajo los que opera este esquema en circunstancias normales son las tasas de interés de referencia, (como la Tasa de Política Monetaria en Costa Rica) y la comunicación del Banco Central.
Otros instrumentos menos convencionales pueden ser usados, como la compra de ctivos o la intervención cambiaria para prevenir apreciaciones.
En otros casos, el esquema flexible de metas de inflación se utiliza para mantener la inflación dentro del rango meta, pero además se mantienen controladas otras variables macroeconómicas de peso como tasas de interés y tipo de cambio, según el Banco Central considere necesario.
Además de esta decisión, el Central acordó aumentar la Tasa de Política Monetaria de 4,75% a 5%.
Esta medida responde a que el Central consideró que en meses recientes las expectativas de inflación han tendido a superar el rango meta establecido. Además argumentó que para reducir riesgos para la estabilidad del sistema financiero es preciso mantener el incentivo por ahorrar en moneda nacional.