El sector bancario estructuró una serie de medidas que buscan aliviar la liquidez de los consumidores, de forma que puedan enfrentar el impacto económico generado por el covid-19.
La Asociación Bancaria Costarricense (ABC) le propuso tres cambios normativos al Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif), con el objetivo de ayudar a que empresas y personas no se vean tan afectadas.
Estas propuesta se presenta un día después de que el Banco Central de Costa Rica (BCCR), Conassif y la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) presentaran una serie de medidas de política monetaria y regulatorias para mitigar el choque económico del nuevo coronavirus en el país.
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El primer cambio propuesto por la ABC consiste en el otorgamiento de créditos de emergencia para los clientes.
La propuesta de los créditos de emergencia COVID-19 tiene como objetivo apoyar al sector productivo para que las empresas logren cubrir los pagos fijos para el próximo trimestre.
Se buscaría dar un plazo de tres años para diluir las perdidas y para esto, se analizan factores para determinar el requerimiento mensual, los meses de financiamiento y el plazo. “El planteamiento de la ABC está siendo evaluado por las autoridades del sector financiero”, explicó María Isabel Cortés, Directora Ejecutiva de la ABC.
La segunda busca habilitar más opciones de reestructuraciones y arreglos de pago para las empresas y personas afectadas.
Por último, la tercera propone crear una categoría especial en la Central de Información Crediticia (CIC) de forma que se les pueda dar un plazo extraordinario de 90 días para normalizar sus pagos sin manchar su récord crediticio.
"En el caso de las empresas el soporte financiero que se logre dar permitirá que se enfoquen, en el corto plazo, en la cobertura de inventarios y pago de salarios. Además, se están tomando acciones a lo interno de los bancos para minimizar los riesgos operativos y asegurar la continuidad en los servicios”, dijo la Directora Ejecutiva de la ABC.
Este grupo también anunció que la banca analiza la posibilidad de implementar cambios en los horarios de atención, por lo que instan a clientes a utilizar las plataformas electrónicas para realizar los trámites.
Por su parte, el Conglomerado Financiero Banco Nacional también enlistó una serie de medidas que a su criterio deberían valorarse.
Entre ellas se encuentra incluir transitorios para excepciones de clientes con categorías de riesgo más altas, permitir líneas de crédito con pago de capital mayor a 12 meses, avalar las asignaciones de capacidad de pago en la etapa de seguimiento a deudores de los sectores más afectados.
Asimismo, sitúa sobre la mesa la necesidad de que el BCCR participe en el mercado secundario de bonos para evitar volatilidades de los precios de los títulos, lo cual aumenta el riesgo en las entidades y valoraciones hacia clientes. También, que el Central acelere la operatividad del Reglamento para las operaciones de crédito de última instancia en colones del BCCR, lo que ayudará ante un eventual problema de liquidez sistémica.
Acciones ejecutadas
Por su lado, las autoridades económicas y de supervisión del país anunciaron el lunes 16 de marzo una serie de medidas que tienen el mismo objetivo: mitigar el impacto del covid-19.
La Tasa de Política Monetaria (TPM) pasó de 2,25% a 1,25%. “Esta medida de política monetaria tiene como fin seguir presionando a la baja las tasas de interés en el mercado, y de esa forma aliviar la situación financiera de los hogares y las empresas”, explicó Rodrigo Cubero, presidente del Central.
Adicionalmente, Conassif extendió el periodo en el que los deudores pueden renegociar hasta dos veces deudas en un plazo de 24 meses.
La nueva fecha límite será al 30 de junio del 2021. Estas renegociaciones no tendrán impacto en la calificación del deudor.
Estas medidas llegaron desde junio del 2019 mucho antes de saber del COVID-19, y en momentos de incertidumbre económica como la actual sirven de herramienta del Gobierno para apoyar a deudores.
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La medida aplicaba para créditos de menos de ¢100 millones, pero se amplió inclusive a los préstamos que superen esta cifra.
Si ya realizó dos readecuaciones, podrá hacer una más. Se permitirá una tercera y esto tampoco perjudicará su historial.
Cuando una entidad financiera realice una readecuación no tendrá que guardar estimaciones por esas operaciones, por lo que no implica un costo.
“En particular, en los meses siguientes la economía costarricense podría verse afectada por atrasos logísticos en la obtención de insumos, una menor demanda exterior de nuestros bienes y servicios, una caída en el turismo, y los efectos directos e indirectos que las medidas de contención puedan tener sobre la demanda interna”, anotó el comunicado de prensa emitido por el Banco Central.
La autoridad monetaria, además, señaló que todo esto acentúa los riesgos a la baja sobre el crecimiento económico y sobre la inflación que se habían estimado en el Programa Macroeconómico 2020-2021.
Los modelos que utiliza el Central para pronosticar el comportamiento de la inflación apuntan a que esta se ubicaría por debajo del punto medio del rango meta en los siguientes dos años.
La inflación baja es lo que abre la puerta para que las autoridades puedan tomar decisiones de este tipo sin afectar el rumbo de la economía del país.