Después de que el año pasado fuera una montaña rusa sin frenos para la banca, el 2019 parece ofrecer un poco más de calma para el sector, que intenta recuperarse.
Siete de las trece entidades bancarias reguladas crecieron más en el primer trimestre del 2019 que en el mismo período del 2018, mientras que cinco crecieron menos, según datos publicados por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
En contraste, durante el primer trimestre del año pasado, cuatro entidades tuvieron decrecimientos importantes en sus ingresos.
El 2018 fue un año particularmente duro para la banca pública, en el que, al cierre del año, tanto el Banco Nacional como el Banco de Costa Rica y el Popular tuvieron reducciones.
A los tres bancos públicos se les sumó Scotiabank el año pasado, con utilidades negativas. Esta tendencia se mantiene tres meses después, según los resultados a marzo y publicados por Sugef.
En los primeros tres meses del 2019, el mejor resultado lo tuvo Prival Bank, con un incremento de 636,5%, aunque debe tomarse en cuenta que el resultado del 2018 fue muy bajo y esto influye en la variación.
Lafise fue el segundo banco que registró mayores utilidades en el período, mientras que Scotiabank y Cathay registraron los mayores decrecimientos.
La recuperación de la banca se atribuye a varias estrategias. Dado que el crédito no parecía estar teniendo un mejor año, las entidades le apostaron a contener los gastos. Una reducción importante se da en las erogaciones de administración y los gastos financieros.
La disminución en estos rubros fue el principal motivo del incremento, ya que los ingresos por intermediación financiera, que es el principal motor de la banca, no tuvieron resultados destacados.
De hecho, seis de las entidades, entre ellas el BAC, Banco Nacional, el BCR y el Banco Popular, que son las más grandes en términos de activos, tuvieron menores crecimientos en los ingresos por intermediación, lo que implica menores colocaciones de créditos e inversiones.
Rossy Durán, gerente de finanzas del Banco de Costa Rica, explicó que la desaceleración se dio por menores ingresos financieros por inversiones.
Según Durán, fue una estrategia del banco para disminuir las inversiones y así, reducir el gasto financiero por medio de la cancelación de pasivos.
La estrategia evidencia una necesidad de reducir gastos, aunque eso implique también menos ganancias.
En el caso del Banco Nacional, se redujeron los gastos de operación, sin embargo, el efecto de crecimiento viene dado más por los resultados del año anterior.
Dado que en el 2018 hubo una caída de más del 50% en las utilidades, el 2019 naturalmente tendría mejores números, por un efecto de menores gastos por tasas de interés y menores gastos por intermediación financiera.
Otros bancos más pequeños como Lafise, BCT, Davivienda y Promerica mejoraron el rendimiento de sus ingresos por intermediación y Scotiabank, pese a que los resultados de las utilidades son negativas, los ingresos por intermediación crecieron.
En términos de ganancia, el peor rendimiento lo tuvieron Cathay y Scotiabank.
Según explicó Dannel Huang, gerente financiero de Banco Cathay, la situación se da por un aumento en los gastos derivados de la transición hacia la supervisión basada en riesgos exigida por la Ley.
Este cambio obligó al banco a hacer una fuerte inversión de cara a cambios organizacionales y tecnológicos que terminaron afectando las utilidades.
En el caso de Scotiabank, aún se siguen viendo los efectos residuales de la fusión con la banca de personas de Citi Bank, según sus explicaciones.
Ariel Rosenblatt, vicepresidente financiero de Scotiabank para Centroamérica explicó que el resultado se da por un incremento de la previsión por incobrabilidad de algunos créditos de enero. A pesar de esto, Rosenblatt asegura que los resultados operacionales son positivos.
Traslado de la morosidad
El comportamiento de la cartera morosa al cierre del tercer trimestre ha tenido una importante transformación.
La situación más estrujada de las finanzas de los hogares, la menor capacidad de ahorro y el poco dinamismo en los salarios ha hecho que el porcentaje de la cartera de crédito de la banca que representa operaciones al día se reduzca, al tiempo en que se incrementan los atrasos de uno a 30 días, de 31 a 60 días, y el cobro judicial.
El caso del Banco Nacional es el que más llama la atención dado que el 3,32% de su cartera se encuentra en cobro judicial.
En otras entidades como el Popular, Bac, Davivienda, Lafise, Prival y Scotiabank hubo un traslado de la cartera al día hacia morosidad de 1 a 90 días.
A su vez, en Scotiabank, Lafise, Improsa, BCR, BAC y Banco Nacional, se da un importante traslado hacia créditos en cobro judicial.
Para Luis Brenes, gerente Financiero de Lafise, la situación económica del país ha provocado que los clientes tengan un impacto en sus flujos. Esto hace que se vean en la obligación de atender con atrasos su pagos, de ahí que la mayoría de los cambios de la composición de las carteras sean hacia atrasos hasta de 30 días.
Para la banca, el 2019 propone un año de muchos retos, especialmente por el reacomodo que tendrá la economía después de la aplicación de la reforma fiscal a partir de julio.
El menor ritmo de la actividad económica, el debilitamiento de la confianza y la menor demanda de crédito e inversiones le jugarían en contra a la posibilidad de la banca de crecer mucho más de lo que se observó el año pasado, pese a que algunos sectores se están dinamizando, especialmente los que tienen que ver con construcción pública, un punto a favor para el crédito para las empresas.
Si bien el panorama es aún de incertidumbre, los banqueros concuerdan en que en términos generales, el panorama es mucho mejor que el segundo semestre del 2018.