Argentina llega este viernes al final del proceso de reestructuración de su deuda, con el vencimiento del plazo para adherir a la oferta de canje de unos 66.000 millones de dólares a la que se espera se sumarán los principales acreedores.
"Tenemos altísimas expectativas en el número de acreedores que entren al canje", adelantó Sergio Chodos, representante argentino ante el Fondo Monetario Internacional.
A una primera oferta presentada el 16 de abril y que fue rechazada por la mayoría de los acreedores, Argentina hizo luego dos enmiendas, la más reciente el 4 de agosto con la cual consiguió la aprobación de los principales fondos de inversión, con cerca de la mitad de los bonos en su cartera.
La propuesta argentina pasó de pagar un promedio de 39 dólares por cada 100 a 54,8 dólares por cada 100. El canje incluye bonos emitidos en anteriores reestructuraciones de 2005 y 2010 y otros títulos colocados a partir de 2016.
Aunque la oferta cierra este viernes, los resultados no se conocerán hasta el lunes. Los bonos de 2005 y 2010 requieren de una adhesión de 85% de sus titulares, mientras que los emitidos a partir de 2016 tienen una exigencia menor, de 66%.
De lograr un canje exitoso, Argentina quedará fuera del default en el que incurrió desde mayo, al incumplir primero con el pago de 500 millones de dólares en intereses de tres de los bonos sujetos al canje y después con 600 millones más en intereses de otros dos papeles.
Tercera mayor economía de América Latina e integrante del G20, fue la novena vez en su historia que Argentina quedó en cesación de pagos.
El resto de la deuda
Salir del default le permitirá a Argentina atender la deuda que tiene con organismos multilaterales, en particular el Fondo Monetario Internacional, al que debe unos 44.000 millones de dólares con vencimientos que comienzan en septiembre de 2021.
"Estamos calmando el frente externo para tener un frente interno viable. Hay que concluir la negociación con el FMI para empezar otra con el Club de París, que vence en mayo y tampoco es afrontable (sic) en estas condiciones", declaró Chodos en una entrevista radial.
Argentina anunció esta semana el inicio de conversaciones formales para un nuevo programa crediticio con el FMI, en reemplazo del acuerdo stand-by suscrito en 2018 por unos 57.000 millones de dólares.
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Al asumir la Presidencia en diciembre pasado, Alberto Fernández dejó en suspenso ese acuerdo stand-by y renunció a los tramos pendientes del convenio por considerar que la deuda argentina no era sustentable.
"Ahora tenemos que pedirle plata al FMI para pagarle al FMI. De otra forma es impagable", comentó Chodos.
Argentina se encuentra en recesión desde 2018 y su economía sufrirá aún más este año por efecto de la pandemia del covid-19, con una contracción de 9,9% según las más recientes previsiones del FMI. La pobreza se acerca a 40% y el desempleo es de más de 10%.
Ante la negociación con el FMI, el canciller Felipe Solá afirmó: "Al igual que con los bonistas, mantendremos el compromiso de decir la verdad, y solo vamos a prometer lo que podamos cumplir".
La deuda pública argentina asciende a un total de 324.000 millones de dólares, casi 90% del Producto Interno Bruto.