Entrar a una entidad financiera en busca de métodos de ahorro e inversión es toparse con una variedad de opciones que, desde afuera, pueden sentirse abrumadoras, en especial si se trata de una persona que apenas está sumergiendo los pies en el mundo de las finanzas.
El Financiero le consultó a expertos en el tema cuáles instrumentos hay en el mercado local para ahorrantes o inversores jóvenes que, tras conseguir un primer trabajo, tienen un ahorro inicial de alrededor de $1.000, la disponibilidad de inyectar cada mes un porcentaje de su salario a ese monto y que buscan proteger su capital de la inflación del país.
Empezar por lo básico
Jose Pablo Enamorado, jefe de ventas y captación de Grupo Mutual, no recomienda a ahorrantes muy novatos empezar por instrumentos de mayor riesgo, como fondos de inversión, bonos de deuda del Estado o compra de acciones, ya que, ante la falta de práctica financiera, podrían pasar “una mala experiencia”.
Para niveles muy básicos, Enamorado recomienda seguir una especie de escalera en la que, conforme se añade un instrumento financiero nuevo en cada escalón, también aumentan los plazos, el riesgo y, por ende, el porcentaje de posibles dividendos.
Un paso que debe dar este inversionista novato es formarse una idea de los intereses que recibirá. Las tasas de interés las puede consultar en cada entidad financiera, algunas las publican y otras solo con la solicitud del cliente.
También puede recurrir a las referencias que existen en el sistema financiero. La primera es la Tasa Básica Pasiva que calcula el Banco Central de Costa Rica (BCCR) semanalmente y que en este momento es de 3,40%
Otra de las referencias es la tasa pasiva negociada que también publica el BCCR, esta es para diferentes plazos. Entre el 15 y el 21 de junio pasados fue de 4,23% para ahorros pactados entre 180 y 209 días. Con esos porcentajes cada ahorrante puede determinar si de acuerdo a su criterio le están pagando mucho o poco.
El primero y más básico de todos es abrir una cuenta de ahorros a la vista, un instrumento con el que probablemente ya se tiene familiaridad, posee con intereses muy bajos, pero es el abecé de las finanzas. En este tipo de cuentas las personas pueden retirar su dinero en el momento que deseen. Esta cuenta probablemente es la misma en la que se le deposita su salario y que tiene desde hace varios años, no debería ser un tema nuevo para nadie a mitad de los veintes.
El segundo paso serían los ahorros programados en los que la persona fija una periodicidad con la que quiere inyectar fondos y el plazo en el que desea guardar ese dinero. Enamorado ve valioso pasar por este instrumento ya que le genera al ahorrante la costumbre de no retirar su dinero antes de la fecha establecida, aunque no genere mucho por concepto de intereses, además recomienda programar el ahorro como mínimo entre seis meses y un año.
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El tercer escalón lo comparten las cuentas de inversión y los certificados de depósito a plazo. En las de inversión el ahorrante coloca dineros a plazo y los intereses caen en la cuenta a la vista que tenga esa persona. Mientras que en los certificados el interesado adquiere un título valor por un monto que, después del plazo fijado, se le devuelve con intereses: a mayor plazo, mayores intereses. Por ejemplo, para el 28 de junio del 2022, el Banco Nacional de Costa Rica tiene una tasa del 4,71% para certificados de depósito a plazo materializados en colones de 180 (seis meses) a 209 días. En este tipo de instrumento retirar el monto antes del periodo pactado vendría acompañado de un penalización.
Aumentar el riesgo con la experiencia
Estas primeras herramientas son las que mayor seguridad generan al no ser volátiles, sin embargo la rentabilidad que ofrecen es limitada en comparación al siguiente instrumento: el fondo de inversión.
Un fondo reúne el dinero de muchos inversionistas, quienes, en lugar de invertir individualmente, delegan la administración de su dinero a un profesional. Este administrador es quien toma las decisiones diarias de inversión según los objetivos que se acordaron para el fondo en un periodo determinado.
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“Sé de fondos que están hasta en un 6%, tasas bastante altas, pero son rendimientos que tienen un nivel de riesgo en el que usted podría dejar de rentar ese dinero e incluso existe la posibilidad de que hasta pierda parte del capital”, dice Enamorado.
Jorge Corrales, gestor de Portafolios de Acobo Vista Sociedad Administradora de Fondos de Inversión, considera que un ahorrante joven, sin deudas y asalariado, normalmente tiene la posibilidad de hacer inversiones con un horizonte de largo plazo y esto les permite asumir una mayor volatilidad y, a su vez, un mayor riesgo. “Pueden haber periodos negativos, pero si yo estoy invertido en una suficiente cantidad de tiempo, sí voy a tener espacio para que las caídas sean compensadas por subidas”, dice Corrales.
Entendiendo esas condiciones de ahorrante joven y que cada caso es diferente, Corrales considera que un fondo de inversión de crecimiento es un instrumento adecuado para primerizos. “La ventaja muy grande que tienen es que quizás una persona joven todavía no comprenda o no tenga la experiencia suficiente para entender cómo manejar mercados más sofisticados como las acciones y los bonos, en comparación a un certificado de depósito a plazo, pero al invertir en un fondo de inversión, ellos están delegando la toma de decisiones y la gestión en expertos”, dice.
Lo común es que estos fondos tengan un plazo mínimo de tres años, por su misma volatilidad, pero para Corrales lo ideal es apuntar incluso a décadas con el objetivo de ampliar la obtención de resultados positivos. También considera que es un instrumento que, pensando en el largo plazo, puede funcionar como una especie de alternativa a la pensión complementaria, la cual suele ser una preocupación recurrente de las nuevas generaciones ante la incertidumbre que vive el aparato de pensiones costarricense.
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Los montos de entrada para este tipo de instrumentos no suelen ser altos, incluso se puede acceder hasta con $150. “Yo lo que recomendaría a las personas es buscar fondos de crecimiento con unas carteras diversificadas, ojalá que tengan acciones, porque realmente calzan muy bien a un objetivo de muy largo plazo en cuanto a hacer crecer el patrimonio, pero que también tengan cierta diversificación en renta fija”, dice Corrales.
El gestor de portafolios considera que el mejor instrumento para protegerse de la inflación son las acciones, ya que, según explica, generalmente las empresas son capaces de trasladar los mayores costos operativos que tienen por la inflación a los precios al consumidor. “Entonces es un vehículo que protege muy bien, pero claro está, tiene mayor volatilidad, aunque genera una mayor rentabilidad a largo plazo”, dice.
No obstante, menciona que en Costa Rica todavía no existe una cultura tan desarrollada de inversión en acciones, incluso el portafolio promedio de un costarricense puede que ni siquiera las incluya, pero nota que las nuevas generaciones —con el acceso a la tecnología y la exposición a mercados internacionales— están cada vez más interesadas en este instrumento.
Tanto Corrales como Enamorado, estiman que una vez dominadas estas herramientas las personas podrán atreverse a manejar medios más avanzados como acciones o bonos que normalmente requieren montos de entrada más altos y una mayor experiencia financiera. Aún así, lo ideal es siempre asesorarse para evaluar cuánta es la tolerancia al riesgo de la persona y cuáles alternativas concuerdan con ese margen de riesgo.