El mercado de valores de Costa Rica se quedó pequeño para Ad Astra Rocket Company y está en busca de más capital en otros países, en especial porque a partir del 2014 debe enfrentar gastos importantes para llevar el motor de plasma al espacio.
Para llevar el proyecto de la compañía fuera de la tierra, antes se deben hacer varias pruebas de funcionamiento que implican un alto costo, por la energía utilizada y por los materiales que son necesarios para los equipos.
Según el presidente de la compañía, Franklin Chang Díaz, en el 2014 necesitarán cerca de $10 millones para alcanzar las metas planteadas. El dinero lo pretenden obtener de la colocación de acciones, ingresos adicionales por otros proyectos y la eventual participación de más inversionistas fuera de Costa Rica.
Según los informes financieros disponibles en la Superintendencia General de Valores (Sugeval), Ad Astra recibió en el 2012 $1,26 millones en ingresos y para setiembre del 2013 acumulaban $716.381. Chang detalló que esperan cerrar el año a un nivel similar al del año pasado.
Los ingresos adicionales provienen de la venta de tecnología desarrollada por la empresa en el desarrollo del motor de plasma y de proyectos especiales que hacen en conjunto, por ejemplo, el que se impulsó con la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) para desarrollar un sistema de almacenaje de hidrógeno.
Chang detalló que él mismo se ha dedicado a la búsqueda de fondos, labor que lo ha llevado a China. También comentó que tendrá acercamientos con dos empresas aeroespaciales en Estados Unidos, una de estas es Pratt & Witney, que confecciona motores jet , y con Hamilton Susnstrand, que hace productos para el sector aeronáutico.
Aunque los acercamientos con estas empresas solamente son para conocer la tecnología y el trabajo que realizan, Chang dijo que se abre la posibilidad de hacer alianzas que al final terminen con un beneficio económico para Ad Astra, específicamente en el flujo de efectivo que necesitan actualmente.
Otro de los acercamientos que ocurrirán en el 2014 es con la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (Darpa, por sus siglas en inglés), pues están interesados en conocer cuál es el estatus de la tecnología de plasma, agregó el exastronauta costarricense.
Sin efecto en el mercado
Las pruebas que se realizarán en el 2014 con el motor de plasma serán posibles porque, en el 2013, Ad Astra logró dar pasos considerables en el desarrollo de la tecnología, en especial, en el proceso que implica llevar algo al espacio.
Este año obtuvo por parte de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) la denominada Revisión Preliminar del Diseño, uno de los hitos que tienen como fin llegar al visto bueno final para el vuelo en el espacio.
La firma también registró en Estados Unidos una patente para el desarrollo alcanzado en los trabajos con plasma.
A pesar de estos avances, el valor de la acción de la compañía no sube de precio y, por el contrario, Ad Astra hace colocaciones en este momento a un valor más bajo ($8 por acción) con respecto a sus iniciales ventas ($12).
Incluso, en octubre pasado, la firma anunció otro cambio más en el precio de colocaciones de $7,50. En las pocas operaciones que se realizan en el mercado secundario, el último precio registrado fue de $8.
Orlando Soto, gerente general del puesto de bolsa Acobo, reconoció que la empresa carece de recursos y que, por ese motivo, está en busca de más capital.
Soto afirmó que ha mostrado avances importantes en lo que se refiere al avance del motor y en la producción de nueva tecnología que surge con el trabajo que deben hacer.
Acobo es uno de los puestos de bolsa que hace a la firma las ventas de sus acciones.
Para Soto, la respuesta a la necesidad de dinero ha sido la venta de servicios, lo que le permitió tener un menor nivel de pérdidas.
Joaquín Patiño, gerente de ventas de Mercado de Valores, las acciones de Ad Astra no lograron tener gran interés en el mercado local porque son pocos los inversionistas capaces de asumir esas operaciones ($25.000 como inversión mínima) y la recepción de rendimientos en el largo plazo.
Para Chang, el camino que resta para llevar al espacio el motor es un asunto de costos, pues la empresa ya avanzó con las fases que implican más dificultad.