La actividad económica medida con la tendencia ciclo del Producto Interno Bruto (PIB) creció 1,9%, según el Banco Central de Costa Rica (BCCR). Aunque este indicador es menor si se compara con el mismo periodo del 2018 (2,4%), sí se evidencia una recuperación con respecto al primer y segundo trimestre del 2019. Paralelamente, la producción nacional creció a un ritmo del 1,7% y 1,5% respectivamente.
El incremento fue impulsado por varios factores, por ejemplo el dinamismo de la producción manufacturera del régimen especial de producción, la recuperación de la demanda externa de productos agrícolas –sector que tenía dos trimestres en decrecimiento– y menos caída en la producción de empresas manufactureras del régimen definitivo.
Al dinamismo también se le debe sumar la aceleración en la producción de servicios, como educación y salud; actividades que en el 2018 tuvieron efectos negativos producto de las protestas en contra de la hoy Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas (9.635) que se aprobó en diciembre del 2018.
Además, la variación anual de la producción presentó un crecimiento del 2,8%.
En cuanto a la balanza de pagos, esta tuvo un déficit en cuenta corriente que equivale a 0,7% del PIB anual ($420 millones), 0,2 puntos porcentuales más que lo observado en el mismo periodo del 2018.
La brecha en la balanza de pagos se financió con inversión directa, pero los flujos de ahorro externo no fueron suficientes para financiar el desbalance de las transacciones reales, situación que produjo una reducción en los activos de reserva del BCCR de $331 millones, según indicó el banco.
La economía costarricense parece tener un nuevo impulso, luego de meses de estancamiento, ya que el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) creció de forma interanual 2,5% a octubre. Asimismo, la tasa de variación trimestral anualizada (ajustada por estacionalidad) fue de 4,9% a octubre, “lo que sugiere que esa recuperación lleva un impulso importante”, indicó semanas atrás el reporte del BCCR.