La actividad económica de Costa Rica está contraída de forma “prácticamente generalizada”, según las últimas cifras dadas a conocer por el Banco Central.
Once de las quince industrias decrecieron en abril de 2020, respecto a igual periodo del 2019.
A abril, el índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) reportó una caída interanual de 5,7%. El dato corresponde a la tendencia ciclo, que elimina distorsiones por las estacionalidades.
Mientras, la variación trimestral anualizada, de la serie ajustada por estacionalidad, cayó 16,8%.
Estas dos cifras representan las mayores caídas registradas en el récord histórico del IMAE, cuya serie arrancó en enero de 1991.
El informe del Banco Central para abril, explica que las medidas de confinamiento y restricción al movimiento de la población adoptadas desde mediados de marzo del 2020 para contener la propagación del nuevo coronavirus provocaron la drástica reducción de la producción nacional.
Las reducciones más severas están en la prestación de servicios de alojamiento y alimentación (-55,4 %), y los de transporte y almacenamiento (-44,2 %).
Estas actividades están vinculadas con el turismo y con el comercio de mercancías, que colapsaron ante el cierre de fronteras y las restricciones a la movilidad vehicular, explicó el informe del Banco Central.
Por tipo de régimen, el comportamiento también cambió. Los regímenes especiales (zona franca y perfeccionamiento activo) reportaron un crecimiento promedio de 10,4% en los doce meses previos al golpe de la pandemia, pero a abril se contrajeron 2,3%.
La menor elaboración de productos manufacturados, principalmente los que se dirigen usualmente a Estados Unidos, como insumos para cirugías estéticas explican ese comportamiento. La prestación de servicios informáticos y de consultoría en gestión empresarial también se redujo.
El sector de las empresas del régimen definitivo cayó 6,5%, por la menor prestación de servicios de alojamiento, suministro de comida, transporte, comercio, manufactura y bienes agrícolas.