Un 36% de la población del país que solicitó préstamos ya sea a familiares, amigos, cooperativas, asociaciones, prestamistas u otras figuras informales destinaron o planeaban dirigir ese dinero a gastos básicos como comida, pago de servicios y asuntos personales.
Estos resultados corresponden a información brindada por 1.200 personas en el marco de una encuesta sobre inclusión financiera realizada antes de que la COVID-19 iniciará su afectación en el país; el estudio fue gestionado por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) con apoyo de la Alianza para la Inclusión Financiera (AFI).
Las consultas se realizaron a partir del segundo semestre del 2019 hasta febrero de este año a personas entre los 15 y 70 años de edad. Es decir, al momento de las consultas no se habían promulgado las medidas sanitarias y las ayudas que ofrecieron las entidades financieras en el 2020.
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De los 1.200 encuestados, el 31% (370 personas) señaló haber accedido a un préstamo de ese tipo en el último año de acuerdo a la fecha de consulta; de esos, el 36% dijo que lo utilizó o iba a utilizar para gastos básicos; el 16% para pagar o consolidar deudas, el 11% para ampliar, reparar o remodelar la casa; y el 9% para gastos en educación.
Según la Sugef, si bien a partir de marzo del 2020 las circunstancias económicas se modificaron a raíz de la pandemia, la encuesta presenta datos importantes en temas como ahorro y endeudamiento. Se consultó la razón por la que los datos se publican hasta ahora, pero al cierre de esta nota no se obtuvo respuesta.
La encuesta también indagó sobre la utilización de los créditos bancarios o tarjetas de crédito. Quienes aseguraron entre julio del 2019 y febrero de este año tener un crédito o tarjeta de crédito en alguna entidad financiera (un 14% de los participantes), el 29% lo solicitó para comprar, reparar o ampliar una casa; el 27% lo destinó a gastos de comida y pago de servicios; el 20% para consolidar o pagar deudas y el 19% para comprar vehículo.
Otras acciones como la de atender emergencias o imprevistos, gastos en educación o comprar terrenos se utilizaron en menos del 7% de los casos.
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Préstamos con conocidos
Según la encuesta hecha antes de marzo, en caso de eventos inesperados que necesiten de pagos, los ahorros o la solicitud de préstamos a conocidos para enfrentar el desembolso inusual es la opción más mencionada. Solo 6% indicó que accederían a un crédito con una entidad financiera para encarar el gasto no planeado.
Además, el 42% de los encuestados señaló que en los meses anteriores a la encuesta el dinero que recibió cada mes fue insuficiente para cubrir sus gastos. Ante esto, pedir prestado a familiares, utilizar los ahorros o bien reducir los gastos fueron las acciones más nombradas para solventar la problemática.
Sin embargo, los porcentajes y dinámicas podrían haber cambiado en los últimos meses, pues Costa Rica ahora enfrenta una tasa de desempleo más alta que en la época en la que se llevó a cabo la encuesta. Para el tercer trimestre natural de este año, el desempleo afectaba a un 22% de la fuerza laboral del país.
Sobre el endeudamiento de personas físicas en el sistema financiero nacional, los datos de Sugef a agosto de este año muestran que el principal motivo corresponde a las tarjetas de crédito con un total de 811.000 deudores, de los cuales 449.000 son hombres y 361.000 mujeres; seguido por los créditos para consumo y vivienda. La cifra de endeudamiento promedio era de ¢12 millones por persona.
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Manejo del presupuesto
Otros resultados de la encuesta muestran un bajo control de las finanzas personales: el 69% de las personas participantes no manejan un registro de sus ingresos y gastos.
Del 31% que sí lo hace, el 40% lo lleva principalmente de formal mental, un 33% en papel, un 16% en computadora y solo un 10% utiliza alguna aplicación móvil para manejar su dinero.
Aunado a estas cifras, un 82% de las personas asegura que no ha recibido cursos o asesorías sobre ahorro y el uso responsable del efectivo y de tarjetas de crédito. Es decir, solo dos de cada diez han recibido información sobre como manejar el presupuesto y la mayoría lo hizo en lugares como el trabajo, el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) y el colegio.
En cuanto a las personas que indicaron que llevan a cabo acciones para mantener ahorros (un 55%), un 38% señaló que los utilizaban para el pago de servicios básicos, gastos personales y gastos de comida; un 17% lo invierte en gastos de educación y un 16% los utilizan para imprevistos.
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