De las 24 cooperativas reguladas por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), 75% aumentaron su cartera con morosidad mayor a 90 días y en cobro judicial en los últimos doce meses.
De acuerdo con los datos, mes con mes las carteras de las cooperativas de ahorro y crédito se han deteriorado consistentemente desde mediados del 2018.
Algunos casos son más preocupantes que otros, especialmente cuando se trata de las entidades más pequeñas.
Para algunas, el incremento representa más de 1,5 puntos porcentuales adicionales al resultado arrojado durante el año pasado.
Servicoop y Credecoop, por ejemplo, pasaron de tener repectivamente el 1,8% y 1,7% de su cartera total con un atraso mayor a 90 días y en cobro judicial, a tener más del 3% de la cartera bajo esas condiciones en ambos casos.
De acuerdo con la normativa de Sugef, el riesgo supera la normalidad cuando la porción con atrasos mayores a 90 días está entre 3% y 5% de la cartera total de la entidad, pero depende del tipo de préstamo.
En el límite del 3% se encuentran la Cooperativa de empleados de la Contraloría General de la República (Coopeco), Coopecar y la Coopelecheros.
Coopeco pasó de 2,37% en agosto del 2018 a 2,90%. No obstante, Coopecar bajó los niveles, de 5,28% a 2,93%.
Coopelecheros pasó de 1,54% hace un año, a 2,99% en agosto del 2019.
Si se valoran las agrupaciones con valores cercanos y superiores al 2%, están la Cooperativa de Empleados del Banco Popular (Coopebanpo), la Cooperativa de Empleados del AYA (Coopeaya), Coopesanmarcos y Coopegrecia.
Por su parte, las cuatro cooperativas más grandes, Coopenae, Coopeservidores, Coopeande y Coopealianza muestran a la fecha indicadores de morosidad más controlados.
Sin embargo, cuatro de las cinco cooperativas más grandes aumentaron consecutivamente su morosidad durante los meses de este año.
De acuerdo con información de la Federación de Cooperativas de Ahorro y Crédito (Fedeac), la morosidad total del sector es inferior al 3%.
Reducida capacidad de pago ataca las carteras
EF consultó a 5 de las principales cooperativas (según volumen de activos) sobre los motivos de la situación y también a la federación que las agrupa.
Uno de los hechos que más ha afectado a las carteras, según indicaron las cooperativas, es el alto endeudamiento de los clientes y la reducción en la capacidad de pago.
Esto es particularmente perjudicial para este tipo de entidades por la clase de cartera que manejan, que es en su mayoría de consumo y crédito personal, donde el respaldo es el ingreso mensual de las personas o los ahorros acumulados.
Mientras tanto, la banca tiene otras opciones que permiten diluir el riesgo. Tienen la posibilidad de ofrecer créditos corporativos, hipotecarios o prendarios, usualmente ligados a garantías reales.
Además, pueden colocar en dólares y colones.
Mauricio Sanabria, gerente de CoopeAyA, explicó que recientemente han experimentado casos de altos niveles de endeudamiento, especialmente por tarjeta de crédito.
“En el sector también hemos contribuido al alto endeudamiento, porque son créditos sencillos y esa es la forma más fácil que tienen los clientes para consumir”, reconoció Sanabria.
Para la cooperativa que representa, el negocio se ha centrado en realizar reestructuraciones de deudas, para evitar que los resultados de la menor capacidad de pago perjudiquen una proporción más importante de la cartera.
“El 85% de los créditos otorgados son para reestructuración de deudas, eso ha crecido cerca de 15% en el último año”, aseguró.
Jorge Arce, director Financiero de Coocique, explicó que las cooperativas tienen que ser agentes de desarrollo y reactivación, pero sin sobreendeudar a la población.
El tema del sobreendeudamiento es delicado, sobre todo cuando los principales clientes de las cooperativas son empleados públicos.
El exceso de endeudamiento en las personas aumenta el riesgo de impago en algunas de sus deudas, por lo tanto abre la posibilidad del crecimiento en la mora.
Sanabria explicó que el funcionario público es muy apetecido por estas entidades.
“En promedio, reciben uno o dos correos electrónicos al día de diferentes cooperativas abiertas ofreciéndoles recursos sin fiador”, aseguró.
Para una persona altamente endeudada y con necesidades de financiamiento, la propuesta puede resultar muy tentadora.
Un hecho más que ha acelerado el deterioro de la cartera es la disminución de la actividad económica del país.
Muchos deudores y microempresas han visto disminuidos sus ingresos o han perdido sus empleos.
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos, la población desempleada creció 37,7% en el segundo trimestre del año.
Fidel Quesada Madrigal, gerente de Administración y Finanzas de Coopealianza afirmó que las personas con actividades independientes han visto reducidas sus ventas, lo que dificulta la atención de sus operaciones de crédito.
De acuerdo con el INEC, la población asalariada cayó 0,5% en el mismo período, mientras que la que trabaja por cuenta propia creció 10%.
Por su parte, la cantidad de población empleadora, es decir, dueños de empresas que contratan otras personas, decreció 19,8%.
Además, la evolución ciclo económico ha provocado que en general los indicadores de morosidad tiendan al alza dentro del sector cooperativo.
Lo anterior se evidencia también en el comportamiento de la cartera total.
A pesar de que crece año con año, la velocidad se ha reducido significativamente desde el 2015.
EF consultó a Coopenae y Coopeservidores para conocer sus puntos de vista respecto a esta situación, sin embargo, no se obtuvo respuesta al cierre de esta edición.
Por su parte, la Fedeac, Coopemep y Coopecaja, enviaron a EF exactamente la misma respuesta sobre el resultado de la morosidad.
A todas las cooperativas se les pidió puntualmente su visión respecto a los motivos que hicieron que la morosidad aumentara en el sector y los riesgos que implican los niveles de morosidad para las carteras de las cooperativas. A las que tenían deterioro también se les preguntó por los motivos de ese comportamiento.
Al respecto, estas tres entidades enviaron esta misma respuesta: “Uno de los factores que incide en el comportamiento de la cartera de crédito y su morosidad es el ciclo económico del país que atraviesa por una etapa de desaceleración económica y que ha provocado los indicadores de morosidad, no sólo para el sector cooperativo, sino para todas las entidades financieras. Para el sector cooperativo la morosidad mayor de 90 días desde el 2015 a la fecha ha permanecido por debajo del límite regulatorio del 3%".
Posible estabilización
Para las entidades la expectativa es que el rendimiento de la cartera mejore y se logren tener menos cuentas incobrables.
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“Muchas cooperativas estamos limpiando las carteras y se han venido tomando decisiones importantes. El tema de las deducciones es relevante y hay que hacer ajustes sobre al matriz de capacidad de pago”, explicó Sanabria.
Otro hecho que va a beneficiar en el mediano plazo a las cooperativas es la directriz de Sugef que permitirá que las personas sean calificadas de forma diferente en el Centro de Información Crediticia, que los movería de categoría dentro de la cartera.
Anteriormente, algunas entidades hacían un traslado directo de la mejor calificación de comportamiento de pago a la peor. Con el cambio, los reguladores buscan premiar a las personas que atienden bien las grandes deudas (como hipotecas) y las pasan hacia una mejor calificación.