En España se proyecta el cierre inmediato de al menos 500 hoteles, afectados por la quiebra del histórico mayorista de viajes.
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El cierre del gigante global muestra la necesidad de adaptación que deben tener las empresas turísticas en un entorno cambiante.
Algunos empleados ya fueron notificados de su despido, y otros seguían trabajando para ayudar en la repatriación de decenas de miles de pasajeros que quedaron en el extranjero.