Crisis sanitaria golpeó las finanzas estatales y la venta de participación en compañías se presenta como opción para recuperarse.
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La propuesta es que 49% de las acciones de cada empresa pública pase a manos de la ciudadanía de manera gratuita. El restante 51% se somete a subasta pública y los ingresos producto de la venta se abonan al pago de la deuda pública. Simultáneamente, con el traspaso de acciones, se abren totalmente los mercados pertinentes a la libre competencia.
Para que las empresas propiedad del Estado no desaparezcan como los dinosaurios, tendrán que aprender no solo a bailar el vals con socios extranjeros, sino a hacer el breakdance, caer, levantarse e intentar nuevos movimientos.