Si la operación portuaria es deficitaria, los abusos están a la orden del día y la administración desperdició una década de oportunidades para modernizarse; si la inversión en desarrollo socioeconómico es la última de las prioridades y no se siguen las reglas de la ciencia y de la técnica al ejecutarla; si la transparencia brilla por su ausencia, ¿para qué existe Japdeva?