Cientos de cartas que rebosan de rabia, vergüenza, desesperación y arrepentimiento han inundado la oficina del juez que supervisa la multimillonaria bancarrota.
Cientos de cartas que rebosan de rabia, vergüenza, desesperación y arrepentimiento han inundado la oficina del juez que supervisa la multimillonaria bancarrota.