Mónica Torres, fundadora de Bon Appecheese, tenía agenda llena los pasados miércoles 5 y jueves 6 de marzo.
Así pasa. Asiste a eventos, bodas o haciendo entregas para personas que quieren ofrecer charcutería, quesos y fiambres a sus invitados. También realiza talleres.
“El camino del emprendedor es muy solitario“, dice Mónica. “En mis trabajos tenía con quien desahogarme. Ahora, he buscado acompañamiento”.
La charcutería es el arte de la gastronomía que se encarga de conservar y preparar la carne a través de embutidos y carnes o fiambres, que se consumen frías.
Nada en su trayectoria laboral indicaba que se dedicaría a emprender y menos con un servicio de catering, aunque sus habilidades en lo comercial le vienen de su familia.
Es de San José y vivió en San Antonio de Coronado con su padre Porfirio Torres, comerciante, y su madre Ana Campos, educadora. Luego se casó con Luis Sánchez. En la universidad descubrió su vocación.
Se graduó de bachillerato y licenciatura en psicología en la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (Ulacit) y la Universidad de Iberoamérica (Unibe), respectiamnte. Después en la maestría en psicología del trabajo de la Universidad de Costa Rica (UCR). Quería dedicarse a recursos humanos.

Carrera laboral
Empezó a trabajar en IBM en 2007, después pasó a una empresa de recursos humanos y volvió a IBM en 2014, en el área de nóminas y asignación de personas a proyectos que a esa firma le contratan diferentes clientes en el mundo.
Luego pasó al área de transición de colaboradores de firmas absorbidas. En un cuatrimestre estaba a cargo de planillas de 500 a 2.000 personas. Ascendió a líder (supervisora) y a gerente de equipo.
En el año 2021, IBM separó sus servicios con Kyndryl. En Costa Rica, las dos compañías compartían edificio en la Zona Franca América, tenían pisos distintos y compartían la cafetería. No hubo cambios en la cultura corporativa ni en planillas. Hasta el 2023.
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En los dos primeros años, Kyndryl no podía hacer ajustes laborales. Al cumplirse ese periodo se inició un análisis de la planilla. Mónica estaba entre las que saldrían. Supuso que algún roce con su jefa lo motivó. Le ofrecieron otro puesto en contabilidad y le dieron dos días para que lo pensara. Ella ya sabía lo que haría.
Mónica llevó un cruso en 2021 para armar “tablitas” o platos de quesos y fiambres o carnes para servir en frío.
La primera vez que llevó estos platillos a una actividad fue en un viaje a playa Langosta para celebrar el cumpleaños de su esposo Luis. Ahí se planteó que alguien le podría comprar.
En ese tiempo ya llevaba dos años vendiendo productos de maquillaje y cuidado personal. Era la herencia de su abuelo, Porfirio, y de su padre, que tenían un negocio de abarrotes en Coronado. “Es la genética”, dice Mónica.
Preparó unas tablitas para el día del Padre y publicó fotos en redes sociales. Así salió su primera cliente.


Poco a poco
Fue una costarricense que vino de viaje desde EE. UU. a visitar a la familia y quería compartir algo diferente.
Le pidió a Mónica una tabla para cuatro personas, que llevaba cuatro tipos de fiambres, tres tipos de queso, frutas, panes, mermeladas o miel. Mónica corrió a comprar lo que necesitaba y a los dos días la cliente recogió la entrega. Aparecieron más pedidos.
A finales de 2022 una amiga le contrató unos vasitos de pinchos de fiambres para el cumpleaños de un sobrino. La primera vez que los hizo fue para un baby shower. Ahí pensó que debía enfocarse en eventos. Pronto recibió un pedido para un evento de 40 personas.
Con los cambios en Kyndryl se dio cuenta que no quería buscar otro trabajo corporativo y no tenía deudas, pues en 2019 llevó un curso de finanzas personales que le ayudó a ordenarse.
Mónica empezó a atender eventos corporativos y bodas. Decidió construir un carrito para ventas que vio en Tik Tok se usaban en México. Y participó en ExpoBodas, en un stand que compartió con BamVino, pero no obtuvo clientes. No desmayó.
En enero de 2024, Mónica y Luis se casaron y ella ofreció tablitas de fiambres. Al mes siguiente le llegó el primer pedido para una boda de 100 invitados. Le siguieron llegando solicitudes. Todavía facturaba a nombre del negocio de su padre.
Unas amigas que trabajan en departamentos de recursos humanos de una compañía la contactaron para un pedido de 100 cajitas de fiambres para San Valentín. Luego llegó otro de 350 tablas. Este último fue un reto.
A la par de la casa de sus padres había un local desocupado que un vecino compró a su abuelo. El propietario se lo facilitó sin costo alguno. Mónica contrató, para esa ocasión, a ocho personas.
Trabajaron durante cuatro días, tuvo que comprar un enfriador y una refrigeradora de segunda, además de usar la casa de su abuela, Nery Múñoz, y la de sus padres.
Pasó esas noches sin dormir, coordinaba lo que necesitaba con Auto Mercados y su papá se encargó de hacer las entregas en varios viajes.
En el último fue ella, pues necesitaba asegurarse que todo estaba bien. “A la vuelta se me salían así las lágrimas. Lo había logrado”, cuenta Mónica.





Los pedidos para bodas y eventos corporativos siguieron llegando. En algunos debía realizar “montajes de mesas” y se basó en uno que encontró en Pinterest. Definió su estilo: diferentes alturas y que se vea elegante.
En 2023 registró la marca y en 2024, además de la facturación electrónica propia, se inscribió ante el Registro de Pymes del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC).
En algunos meses atiende hasta cinco eventos con el apoyo de una prima y su madre. Los meses de mayor cantidad de actividades son los usuales: febrero, agosto y fin de año. En octubre de 2023 empezó a realizar talleres de montaje de tablas de fiambres para colaboradores o clientes de empresas.
Ella misma gestiona sus redes sociales. Con Daniela Mora, especialista en marca personal en LinkedIn, se capacitó para generar contenido de impacto en esta plataforma enfocada en empresas y profesionales. También, en el uso de aplicaciones de inteligencia artificial. Y cada miércoles comparte con otras emprendedoras sus experiencias.
Eso la motiva a posicionar la marca como el catering service de quesos y fiambres premium a nivel nacional, capacitarse en nuevas técnicas y darse a conocer más para incrementar las ventas.
“Mucha gente me escribe y me felicitan por mi valentía de iniciar este negocio”, dice Mónica. “Gente que dice que quiere emprender”.
El 5 de marzo fue a Expoconstrucción a hacer las entregas a cinco empresas que le ofrecían bocadillos a los clientes que visitaban sus stands.
Y al día siguient, tenía dos entregas más: en la mañana y en la tarde. Uno fue la inauguración de la casa modelo de un residencial en el Alto de las Palomas.
Datos vitales |
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Empresa: Bon Appecheese |
Fundadora: Mónica Torres |
Fundación: 2021. |
Ubicación: Santo Domingo |
Productos y servicios: catering y talleres de formación de charcutería, quesos y fiambres. |
Precios: bocadillos desde ¢8.000 por persona y cursos desde ¢32.000 por persona. |
Recomendación emprendedora: “En Facebook veo mucho que la gente dice que necesita emprender en algo. Siempre, siempre, el consejo va a ser: hágalo con algo que a usted le guste, no lo haga por la plata que piensa que puede ganar porque no le va a durar. Hay que hacerlo con convicción y pasión, que sea algo sabe o se aprende. Si es muy genuino siempre va a haber espacio para crecer. Y saber que hay meses que no son buenos y hay que tener que tener reservas para esos meses que no son tan buenos y en los que más bien hay tiempo para trabajar en estrategia”. |
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