Frank Camacho tiene un negocio de mantenimiento industrial, especializado en el área eléctrica, pero en 2021 recibió una solicitud de un cliente que le abrió una veta de negocio completamente diferente: construir una cabaña en un contenedor o container.
A partir de ahí llegaron más clientes y se asoció con Lucía Ortega para la comercialización del nuevo tipo de vivienda, que gana adeptos para ese y otros usos. Las posibilidades también se extienden a otras geografías.
“Esperamos cerrar más proyectos”, dice Frank, que comercializa las viviendas en contenedores con la marca Container Home Pura Vida Costa Rica.
Frank es de El Guarco de Cartago, donde estudió su primaria y secundaria. Empezó a trabajar a los 14 años y pasó por diferentes tipos de oficios.
Fue obrero de construcción, trabajó en sodas, también fue peón agrícola. En cada uno sacó provecho. “Estudié en la universidad de la vida”, afirma.
Se empezó a dedicar al mantenimiento industrial en el área eléctrica para diferentes tipos de empresas y en fábricas de zona franca a través de una empresa que denominó Servicios Camacho del Guarco.
Llegó a tener entre 80 y 90 personas antes de la pandemia. Luego vino la solicitud que le dio un giro a sus negocios.
Hace dos años un cliente le solicita que si podía convertir un contenedor en una cabaña y que lo forrara de madera. A partir de ahí se corrió la voz.
Los contenedores vienen llamando la atención no solo para viviendas. También se han instalado para cafeterías, restaurantes y hospedaje.
En el caso de viviendas o apartamentos la demanda viene impulsada por el trabajo remoto y los nómadas digitales, especialmente entre turistas extranjeros.
En los países escandinavos, con climas extremos, se están utilizando como una opción válida la construcción y en Europa hay edificaciones con contenedores, según la revista digital española Ovacen, especializada en construcción y arquitectura, que destaca sus ventajas y varias recomendaciones para quienes opten por esta alternativa.
Las viviendas contenedores también llaman la atención en Argentina y México desde 2017 al menos, aunque existen reportes que la tendencia inició en Holanda en 2001.
En Costa Rica recientemente se anunció la posibilidad de hospedaje en el bungalows Las Leonas, en Playa Blanca, que ofrece apartamentos en contenedores con vista panorámica y el acceso a la playa. Cuentan con cama matrimonial, Internet de alta velocidad, estación de trabajo, mini refrigerador, teléfono, baño con ducha y balcón, ducha exterior.
Los clientes tienen la opción de utilizar los amenities del Club Punta Leona (piscinas y áreas comunes, restaurantes y a las actividades organizadas por el club, caminatas nocturnas por la reserva, observación de aves y el proyecto de conservación de lapas de la zona).
Container Home, por su parte, lo que hace es transformar contenedores de 30 metros cuadrados en un pequeño apartamento, el cual tiene acabados, baño completo, cocina equipada con mueble, aire acondicionado y agua caliente.
Tiene, además, instalación eléctrica polarizada según el código vigente, instalación interna para agua, y previstas para conexión con servicios públicos de electricidad, agua, Internet y televisión por cable.
Los contenedores son estructuras que, recalca Frank, brindan gran seguridad frente a una estructura convencional de bloques, pues son completamente antisísmicos, herméticos y tienen aislantes para calor o frío.
Cuentan con pedestales para instalarlos en lotes que ya tengan los servicios públicos y se pueden adaptar a sistemas de energía solar y para diferentes alternativas de abastecimiento de agua.
Otra ventaja es que puede ser transportable, para lo cual se requiere un cabezal y la carreta respectiva, sobre la que se instala utilizando una grúa. “Son transportables a cualquier parte del país”, dice Frank.
El modelo estándar que ofrece Container Home es para una familia de tres personas, pero la empresa —que cuenta con 10 colaboradores— ofrece otras opciones de diseño. Incluso se pueden adecuar para negocios, oficinas o apartamentos tipo estudio. Los costos van desde los $42.000.
Después del proyecto de Tres Ríos, a Frank le llegaron solicitudes de otros sitios. Lucía, que es profesora privada de inglés, se integró a la empresa para impulsar la comercialización.
Ambos se conocían desde hace tiempo y cuando ella se dio cuenta que él estaba trabajando en los contendedores le propuso ayudarle a través de la marca Container Home.
Ya llevan una decena de instalaciones en Nosara, Dominical, Herradura, Santa Cruz e incluso de Ciudad Colón. En algunos de esos proyectos instalaron dos contenedores.
Actualmente están en dos proyectos, que se ubicarán en Cipreses de Oreamuno y Pérez Zeledón.
En la empresa también participa la hija de Frank, Tatiana Camacho, quien sacó un técnico en dibujo arquitectónico en el Instituto Tecnológico de Costa Rica y actualmente sigue esa carrera en la Universidad Creativa.
Las exportaciones también están en la mira. Ya los localizaron desde una isla del Caribe, desde donde les contactaron con el interés de llevar hasta ahí un contenedor.
A nivel global no sólo a los nómadas digitales les llama la atención. Otros segmentos potenciales son pensionados y familias que los buscan para cabañas de playa o montaña.
“Hay un crecimiento de la demanda en muchas partes del mundo”, dice Frank. “Por comodidad, por rapidez y por consistencia de la construcción”.