El bajo desempeño en las ventas al exterior de las empresas sin incentivos fiscales podría provocar que, en pocos años, la mayoría de las exportaciones de bienes del país procedan de zonas francas.
El régimen definitivo (aquel que se encuentra fuera de las zonas francas) cerró el 2016 con cifras deficientes de exportación, menores a las del 2012.
El año pasado ese tipo de exportadores vendió 2,3% menos de lo que comercializaban cuatro años atrás.
Mientras tanto, en la otra acera, las empresas instaladas en zonas francas sostuvieron un alza que empujó sus exportaciones en un 43% desde el 2012.
Esa disonancia entre un sector exitoso y otro estancado transformaría el paisaje exportador del país. Hoy la mayoría de las ventas al exterior de Costa Rica (un 52%) proceden de empresas ubicadas fuera de zonas francas, pero la fotografía podría cambiar pronto.
Resultados negativos
Es probable que, si las tendencias se mantienen, el 2017 cierre con una mayoría de exportaciones procedentes de las zonas francas.
Para que esto suceda, las zonas francas y el régimen definitivo solo deberán mantener cifras cercanas el crecimiento interanual que han demostrado.
Los resultados de los primeros meses del año no parecen contradecir la tendencia.
Los últimos datos divulgados por la Promotora de Comercio Exterior (Procomer) comparan el desempeño del país en el primer trimestre del 2017 con respecto al 2016. En ese periodo, las exportaciones del sector de zonas francas crecieron en un 17%, mientras que en el régimen definitivo solo avanzaron un 1%.
“Los números son contundentes: solo crecemos en el régimen de zonas francas, no así en el definitivo”, afirma Laura Bonilla, presidente de la Cámara de Exportadores –Cadexco–.
Sin embargo, ¿qué ha generado los resultados desfavorables para las empresas que se instalan fuera de las zonas francas?
Según exportadores y el propio gobierno, se trata de múltiples factores, pero comunes.
Hay algunas pistas. Si usted mira las variaciones por año que han mostrado las exportaciones de los sectores agrícolas, industriales y pecuarios fuera de las zonas francas, notará que su comportamiento es casi homogéneo.
Contrario a las ventas de las empresas instaladas en zonas francas, cuando un sector muestra caídas, los otros sectores parecen tener resultados también negativos.
Según Cadexco, esa homogeneidad demuestra que los temas que restan competitividad al sector son comunes, sin importar lo que exporten los empresarios.
Esa cámara afirma que el sector necesita de un país con una mejor gestión de la política cambiaria, con mejor infraestructura, con menos trámites y limitaciones para el acceso al crédito.
Piden también apoyar con más fuerza las pequeñas y medianas empresas, que –según estiman– representan cuatro de cada cinco empresas exportadoras.
Procomer añade algunas posibles explicaciones al bajo desempeño de estas empreas.
Más de la mitad de sus ventas se refieren a productos agrícolas, lo que implica que sus ofertas pueden ser más sensibles a afectaciones en la producción o a los cambios en los precios internacionales.
La homogeneidad en sus resultados –afirma la coordinadora de investigación de mercados de Procomer, Karina López– refleja cómo estas compañías pueden ser más sensibles a condiciones exógenas que no pueden controlar.
“(Por otro lado) las empresas de zona franca programan su producción y exportación según contratos establecidos de antemano, y están sujetas a decisiones corporativas que se toman en la casa matriz y esto puede ser diferente entre un sector y otro”, agrega la investigadora López.
Sector menos productivo
Además de esos pendientes, las empresas del régimen definitivo podrían estar enfrentando otros problemas.
Un estudio de la promotora de inversión Cinde estima que la productividad entre los trabajadores dedicados a la manufactura es profundamente disímil entre los trabajadores dentro y fuera de la zona franca.
Entre el 2005 y el 2015 el valor agregado que genera cada trabajador para las empresas en zonas francas creció un 8,1%. Fuera de esos parques empresariales, el aumento fue de solo un 1%.
“Costa Rica debiera apostar a mejorar la productividad laboral de todos los trabajadores del país y de esa manera mejorar las tasas de crecimiento económico y con ello el bienestar de sus habitantes y reducir la pobreza”, comenta Sandro Zolezzi, gerente de investigación de Cinde.
En general, potenciar la productividad y las exportaciones de las empresas del régimen definitivo no solo sería clave como un motor de las exportaciones del país. Este sector también agrupa a una gran cantidad de empresas que pueden encadenarse con otras empresas de zonas francas.
“Pensar en un decrecimiento o recesión en el régimen definitivo, podría generar nulo crecimiento en fuentes de empleo o lo que es peor despidos de personal para recortar gastos”, añadió Bonilla, de Cadexco.