El diputado y exministro de Economía, Welmer Ramos González se dejó la candidatura presidencial del Partido Acción Ciudadana (PAC). En una contienda interna que partió en dos a la agrupación de gobierno, logró convencer a 7.782 personas: 150 más que su contendiente Carolina Hidalgo.
Al menos discursivamente, Ramos promete un viraje económico en relación con el gobierno de Carlos Alvarado, a quien acusa de haberse plegado a posturas ajenas a la ideología del PAC como parte de su experimento de gobierno “de unidad nacional”.
La principal promesa de Ramos es realizar una “gran reforma” en varios mercados para abaratar los costos en Costa Rica. Desde su punto de vista, más allá de nuevas legislaciones, la economía costarricense requiere de medidas de carácter ejecutivo.
EF conversó con Ramos, quien buscará en febrero próximo hacer que el PAC ocupe Zapote por tercera vez consecutiva.
Usted ha dicho en distintas ocasiones que el actual gobierno no se ha comportado como un ‘gobierno del PAC’. ¿A qué se refiere?
— En temas económicos, este gobierno ha sido un gobierno “de unidad nacional”, no ha sido un gobierno enteramente de una visión como la del PAC. No ha tenido una visión progresista, sino que ha tenido una gran cantidad de figuras del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) y de Partido Liberación Nacional (PLN) que han mantenido una agenda que concentra la riqueza y pone las cargas sobre el ciudadano.
Sí tengo que decir que el gobierno lo ha hecho muy bien en materia de salud, en materia de transparentar las ayudas públicas y que estas se otorguen de acuerdo a las necesidades. Lo ha hecho muy bien en diferentes campos, pero en la política económica se parece más a la Unidad o Liberación. Eso lo comprueba el apoyo que ha tenido en la Asamblea Legislativa para la mayoría de proyectos que ha presentado.
¿Cómo habría gestionado usted la política económica en un contexto multipartidista sin esos apoyos?
— La reactivación económica la podemos emprender sin cambios de leyes. Lo que lo que se puede hacer y lo que se debió hacer era una alineación de la institucionalidad pública para generar más demanda interna. Eso se podía hacer perfectamente enfocando las compras del Estado en empresas nacionales.
También se podría haber hecho desde una mejor gestión tributaria y aduanera, que no necesitaba cambios en leyes. Otra cosa que necesitábamos era hacer una gestión distinta de la deuda pública, para bajar sus costos. Otra posibilidad era dinamizar la infraestructura.
Había que pasar algunas leyes en la Asamblea Legislativa, creo que teníamos la fuerza moral para venir a pasar proyectos como renta mundial, que lo está proponiendo hoy la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Son otras maneras, ahí ahorraríamos miles de millones y haríamos el ajuste fiscal sin necesidad de ponerle más cargas a la gente.
La disputa interna por la candidatura dividió al PAC casi por la mitad. ¿Cómo unir a sectores que se mostraron tan contrapuestos?
— El partido está unido en ideas. Nuestra propuesta es progresista en todos los aspectos y creo que el PAC siempre se junta alrededor de eso. Había una divergencia en cuanto a la conducción económica y macroeconómica, de cómo cerrar el bache fiscal y de cómo reactivar la economía, ahí es donde había las diferencias más grandes; pero el partido ha dado muestras de que se puede conjuntar rápidamente.
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¿Considera que el Estado debe replantear, fusionar o eliminar alguna institución?
— La eficiencia del Estado es muy importante y yo creo que sí, hay que hacer fusiones de instituciones. Tenemos muchas instituciones que trabajan en el mismo sector y que están todas dispersas. En el agro y en la vivienda hay muchas que deberíamos de poner a trabajar mucho más unidas. Lo mismo pasa en el Ministerio de Obras Públicas (MOPT).
Hay que hacer una fusión, hay que juntar mucho más instituciones, y ni se diga del ámbito social. Es más, yo soy de los que cree que con muchos de esos programas aglutinados podemos financiar una renta mínima vital para que ningún costarricense que esté en pobreza extrema tenga que soportar hambre.
El Estado también necesita otra forma de eficiencia y una evaluación permanente. Se necesita una evaluación, pero no una autoevaluación como ocurre hasta ahora. Tiene que ser una evaluación externa, pública y vinculante. Hay que ser claro: quién no rinde en el puesto no tiene por qué estar, eso tiene que ser así.
¿Por qué la eficiencia sigue siendo una promesa del PAC después de ocho años de gobierno?
— La lucha ha sido con mandos medios que no tienen bandera política, que se niegan a aplicar cambios. Lo que hay que hacer es un desplazamiento total de mandos medios. Podemos poner mecanismos independientes de control y de evaluación, con la participación de los que están recibiendo los servicios y que sea de carácter vinculante. Yo creo que por ahí vamos a ir y vamos a lograr esto.
La eficiencia hay que buscarla en todos los aspectos. No crea que la ineficiencia sólo está en la empresa pública. La eficiencia hoy tiene que ser una cultura.
En distintas ocasiones ha mencionado que no está de acuerdo con el ajuste fiscal propuesto por el Ejecutivo al FMI. ¿Cómo deberían equilibrarse las finanzas públicas entonces?
— Hay una serie de medidas que se han planteado que no van con el ajuste que yo propongo y avalo. Yo lo que estoy planteando es que Costa Rica necesita mejorar las finanzas públicas cobrando mejor los impuestos, principalmente a grandes capitales que hoy están eludiéndolos o evadiéndolos a través de portillos.
La ley les permiten simular que el dinero que se gana en Costa Rica lo obtuvieron por actividades afuera. Esto tiene que ver con una decisión que tomó la OCDE y que Costa Rica tiene que asumir muy pronto, que es la fiscalidad internacional. Yo le he llamado “renta mundial” y tengo proyectos presentados de hace tres años en corriente legislativa.
Otro ajuste que hay es una mejor gestión. Cuando vamos a ver las estadísticas de grandes contribuyentes y nos encontramos que hay conglomerados que dicen tener pérdidas por hasta seis, siete u ocho años consecutivos, pero que están aumentando su actividad, perdóneme, pero hay una gestión tributaria pésima.
Hay que buscar reactivación. Las compras del Estado tienen que ser principalmente para empresas nacionales, en vez de estar importando. También está el factor infraestructura, en el que yo he dicho que pongamos al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) a producir infraestructura y generar empleo y encadenamientos.
Hay que hacer un gran plan de refinanciación de deudas de los costarricenses que perdieron el empleo, o de pymes que perdieron los ingresos.
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¿Considera ‘impuestos verdes’ (a la contaminación)?
— Sí. Lo que contamina debe pagar. Costa Rica no puede seguir contaminando cauces de ríos, contaminando mares, contaminando las tierras.
También están los aspectos de cómo nos movilizamos. No podemos seguir quemando petróleo, pudiendo generar electricidad con métodos renovables.
Todo el manejo de los recursos marinos debe ser mucho más sostenible y en favor de las poblaciones que viven en los litorales.
¿Cuál sería su tratamiento en relación con el régimen de Zona Franca?, ¿Qué cambiaría en una administración suya?
— Yo con las zonas francas estoy de acuerdo. Sí diría que el Estado debe gestionar mucho más encadenamientos con el resto de la economía. Este es un sector que tiene grandes oportunidades para que los insumos que demanda sean suplidos por la economía interna.
Tampoco se puede permitir que empresas que ya existen en la economía (interna) se vayan a zonas francas, porque eso nos deteriora el cobro de los tributos. Se vuelve una forma de eludir el pago de tributos, son empresas que ya hoy existen en la economía y se van para una zona franca. Eso no impacta en empleo, ni inversión.
Lo otro es renta mundial. Ya lo ha solucionado la OCDE con ese acuerdo de 130 países. Que los impuestos se paguen donde se genere la actividad económica. Desde esa perspectiva ya hemos avanzado.
¿Cómo considera usted que se debería aplicar el impuesto mínimo a las transnacionales que proponen la OCDE, el G7 y demás organismos?
— Hoy tenemos un hueco. Muchísimas empresas y capitales facturan dónde ellos quieren facturar y no pagan impuestos en las economías donde están trabajando. Por ejemplo, una plataforma de transporte registra sus pagos en Holanda pero lo genera en Costa Rica y, aunque Costa Rica puso las carreteras, la seguridad vial y demás, los impuestos se pagan mínimamente en Holanda, como si fuera allá donde se vendió el servicio. Eso no es válido. Yo espero que Costa Rica muy pronto ratifique eso, con urgencia.
Según estudios de la Universidad de Berkeley, por parte de algunos premio Nobel, Costa Rica estaría perdiendo hasta 4 puntos del PIB por estas situaciones.
Usted señala que el Estado debe priorizar las compras estatales a empresas costarricenses. ¿Cómo hacer para que eso no termine traduciéndose en sobreprecios?
— Tenemos los mecanismos. El Estado está pagando de más, pero porque hay tagarotes que le pagan a los productores precios ruinosos y luego le venden caro al Estado.
Hoy Tributación recibe las facturas con código de barras. Usted puede ver artículo por artículo cuánto está pagando el sector privado y entonces usted puede establecer límites máximos que el Estado debe pagar por cada uno de sus de sus bienes.
No hay necesidad de mucha cosa más para fiscalizar que se compre producto nacional y no que sea importado. Cuando usted compra frijoles importados, todo el empleo se generó en el país donde se produjeron esos frijoles, pero es aquí donde se debe generar el empleo. Si se le compra a pequeños productores las ganancias quedan distribuidas en el país.
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¿Y cómo hacer para que se garantice el suministro? Tomando en cuenta que comprarle a pequeños productores implicaría comprar a menor escala.
— Hay que promover asociaciones entre los agricultores, que se se formen conglomerados.
Desde que era ministro de Economía, usted menciona que hay varios mercados que deben reformarse porque tienen distorsiones. ¿A cuáles le daría énfasis?
— Una de mis luchas ha sido por el mercado financiero, con las tasas de usura. Se cobraban tasas de interés exageradamente altas y no había límite. Andaban sobreendeudando a la gente con tasas de interés elevadísimas y las esclavizaban financieramente.
También está el mercado de los medicamentos. Se cobran sobreprecios de hasta un 400% de lo que se cobra en un país europeo. Eso es aprovecharse de la de la enfermedad de la gente para hacer usura, hay que ponerle freno a eso.
Otros mercados son los de insumos agrícolas, los abarrotes y la construcción. Debemos generar las condiciones para que los mercados operen en competencia.
¿Usted sabía que el financiamiento para vivienda se consigue a tasas de interés del 3% en toda Europa y Estados Unidos, y en muchos países de América Latina en un 4%, pero en Costa Rica están cobrando hasta el 12%? Eso no puede ser.
Yo estoy de acuerdo con los mercados en competencia, pero cuando el mercado no es de competencia, lo que hacen los países desarrollados es meter las condiciones para que el mercado funcione como tal. La gran reforma del mercado para abaratar el costo de la vida en Costa Rica es una tarea pendiente que yo emprenderé.
En una entrevista que tuvo como precandidato en el espacio Café Política de Telenoticias usted dijo que había que hacer que los bancos estatales trabajaran como bancos de desarrollo. ¿De qué manera?
— Hoy tenemos bancos del Estado que andan detrás del lucro y donde es mucho más fácil que le presten a una persona si va a viajar, a pedir una tarjeta o a comprar un auto que para emprender un negocio. Eso es una barbaridad.
Los bancos del Estado tienen que ser bancos de desarrollo, que no sólo den crédito. Deben ser bancos que estén junto con el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), el Ministerio de Economía (MEIC) y el Ministerio de Agricultura (MAG), dándole acompañamiento a las personas que solicitan el crédito para gestionar mucho mejor sus negocios.
Los bancos del Estado no tienen que ser bancos usureros, no tienen que prestarse a eso; deberían de hacer el contrapeso para bajar los costos bancarios en Costa Rica. Hay una gran oportunidad para que transformemos esta banca en una banca de desarrollo, de apoyo a la producción.
Hace poco se presentó el informe del Estado de la Educación y alertaba sobre la posibilidad de que estemos frente a una nueva generación perdida. ¿Cómo lo abordaría?
— Hay que hacer un gran esfuerzo de recuperar el terreno y ese esfuerzo pasa porque hay que dar conectividad a toda la población estudiantil. No puede ser lo que está pasando con la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel) y con el Fondo Nacional de Telecomunicaciones (Fonatel).
Debemos darle los instrumentos necesarios a los estudiantes para que puedan aprovechar esa conectividad, porque el estudiante pobre necesita tener computadora, necesita tener acceso a la tecnología. También se debe hacer una campaña grande de alfabetización digital.
Otro factor es que se debe cambiar de método. Hay que hacer la educación más lúdica, que sea más retadora para el estudiante y que lo atraiga.
Tenemos que ampliar las escuelas que hoy tenemos en zonas marginales. Hay que ampliar los horarios a 12 horas para que haya una red de cuido, para que el estudiante pueda tener educación de primer nivel como en cualquier colegio privado, que tenga acompañamiento, acceso a tecnología y un sitio seguro. Tenemos que hacer esa transformación, porque el dinero está y lo que hay que hacer es implementar.
¿Cuál es su posición sobre la legalización de la marihuana?
— Medicinal o recreativo, estoy de acuerdo. Tenemos que ponerle los controles, pero hay que hacerlo.
¿Cuál es su posición sobre la interrupción del embarazo?
— Yo creo que Costa Rica ha legislado bastante en ese sentido, pero hay otras formas de interrupción por causales que deben ser discutidas entre las mujeres y en algunas yo estoy de acuerdo, como el caso de una violación o de un incesto. Eso es un asunto que debe estar despenalizado. Tiene que ser una discusión que se dé en el ámbito de las mujeres y que la sociedad determine de manera democrática.
Nunca antes un gobierno ha logrado tres períodos consecutivos en la Presidencia. Yo quería preguntarle, desde su punto de vista, ¿por qué considera que el PAC y usted podrán alcanzar eso, que sería inédito?
— Va a ser inédito porque el PAC viene haciendo cosas inéditas desde hace tiempo, porque tiene una oferta que es progresista. Los demás tienen unas propuestas neoliberales y solo se preocupan es por un sector muy pequeño. Los costarricenses son electores sofisticados que valoran cada una de las diferentes propuestas y saben escoger entre ellas, y yo estoy seguro de que lo vamos a lo vamos a lograr con la propuesta progresista para mejorar el nivel de vida que estamos ofreciendo.