Tras cuatro días de suspenso, entre las elecciones del 3 de noviembre y la declaración de victoria, el sábado 7 del mismo mes; Estados Unidos y el mundo viven tiempos inciertos a la espera de que el demócrata Joe Biden asuma la presidencia de la principal economía del mundo.
El reto del exvicepresidente de Barack Obama es disipar una estela de incertidumbre y dudas que dejó a su paso el controvertido gobierno de Donald Trump, quien se aferra al cargo y se rehúsa a abandonar la Casa Blance en enero próximo.
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Manuel González Sanz fue ministro de relaciones exteriores (2014-2018) y de comercio exterior (2005-2006). Durante su gestión como canciller pudo conversar sobre diferentes temas con el ahora mandatario electo de los Estados Unidos.
EF entrevistó al abogado para ahondar en los retos y cambios que podría traer el nuevo brío político en Washington D.C.
Golpe de timón
Usted conoció y conversó con Joe Biden durante su periodo como canciller, ¿Cómo retrata al nuevo presidente de los Estados Unidos?
Tuve la oportunidad de conversar con él en tres ocasiones, en distintos ambientes, unas fueron conversaciones más formales y otras muy rápidas. Siempre me pareció una persona cálida, carismática, accesible, de una conversación sencilla y afable.
Es un gran conocedor de Costa Rica y de la región centroamericana. Sentí que realmente él tenía a nuestro país en su radar, probablemente originado por su visita en 2009, cuando era vicepresidente de Barack Obama y Costa Rica ejercía la presidencia del Sistema de Integración Centroamericana (SICA).
¿En cuáles temas Biden conoce mejor al país?
Parecen cosas simples, pero que una persona de ese nivel conozca con detalle esos datos, no es algo menor. El ahora presidente electo habló sobre la cultura de paz, el hecho de que no tenemos ejército, además conoce los avances en materia de desarrollo humano y por su esposa, quien está muy ligada a temas de educación, él admira la cobertura y el modelo de Costa Rica en ese sentido.
¿Cuáles serán los primeros cambios en la línea política de Estados Unidos?
En estos tiempos se critica mucho a los políticos tradicionales, la gente dice que no los quiere, que prefieren innovar y dar espacios a nuevas figuras; todo eso es muy cierto. Pero yo le diría que en el contexto que vive el mundo y Estados Unidos, particularmente después de los últimos cuatro años, el hecho de que llegue a la presidencia un político tradicional, porque Biden ha estado 50 años en ese ámbito, más bien es una ventaja.
¿Qué tipo de ventajas?
La larga experiencia, el cúmulo de contactos, el conocer perfectamente cómo funciona el aparato legislativo desde los años en los que él estuvo en el Senado, y también el ejecutivo durante ocho años como vicepresidente, es una gran ventaja y es un motivo de tranquilidad en este momento.
La figura y la personalidad de Biden traen calma, coherencia y tranquilidad a la Casa Blanca.
Usted menciona una palabra clave en el contexto mundial: unidad. ¿Podrá lograrlo?
No se trata de unidad sólo en los Estados Unidos, sino a nivel global. Los últimos cuatro años ocurrieron separaciones, segregaciones y conflictos entre las naciones, especialmente de Estados Unidos con otras potencias como China y situaciones con Europa, por supuesto con Rusia.
Todas esas divisiones nos repercuten a nosotros, a pesar de ser países pequeños. Nos afecta en un nivel menor, pero siempre nos llega el coletazo.
¿Cómo vislumbra el nuevo rumbo del gobierno bajo el Partido Demócrata?
No todo será perfecto, si bien Joe Biden es una persona moderada y ha mostrado ser equilibrado, también dentro del Partido Demócrata hay posiciones que se mueven hacia la izquierda, en la dirección contraria de lo que venía ejecutando el gobierno de Trump que era mucho más de derecha.
Podemos estar pasando de una situación muy derechista al otro extremo de la izquierda demócrata, y que se junten esas fuerzas más bien puede ser contraproducente. Veremos un movimiento de péndulo más hacia el centro.
¿Qué reto le plantea esto al presidente electo?
Esto le va a exigir ser un balance entre las dos fuerzas. Basado en su experiencia y conocimiento, tendrá que ser un equilibrio muy fino. Hay que tener cuidado porque todos estos procesos; tanto la elección de Trump en el 2016, como lo que estamos viviendo ahora post elecciones; genera muchos resentimientos y condiciones anímicas contraproducentes que se van a ver reflejadas en la nueva administración inevitablemente.
Costa Rica y América Latina
¿Qué puede significar para Costa Rica el nuevo rumbo de la Casa Blanca?
El nuevo mandatario sabe quiénes somos y dónde estamos, conoce a Costa Rica y los problemas centroamericanos. Al final de la administración Obama, cuando se dieron todos aquellos flujos migratorios desordenados, casi de avalancha, de centroamericanos hacia los Estados Unidos; el presidente Obama le confió esos temas a Biden y se desarrolló un programa llamado Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte.
¿Cuál es el peso que tiene para Estados Unidos la región de América Latina?
Hay que reconocer que dentro de la política exterior de Estados Unidos, Centroamérica y América Latina no son prioridad desde hace muchísimo tiempo. Entonces no podemos esperar tampoco que por el cambio en la Casa Blanca ahora sí nosotros vamos a convertirnos en una prioridad.
¿Cómo puede avanzar Costa Rica para ganar más en temas de cooperación?
Ese espacio tenemos que ganárnoslo y no con el esquema tradicional de ir a pedir ayuda económica o donaciones, en todo caso a Costa Rica no se le da mucho prácticamente desde hace años; sino más bien ir con propuestas que Estados Unidos pueda percibir como cooperación, por ejemplo en el tema de drogas, para que esos proyectos les beneficien también directamente a ellos. Así tiene que ser.
En setiembre fue electo Mauricio Claver-Carone, ficha de Trump, como nuevo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) quien ahora deberá coordinar con un gobierno demócrata. ¿Qué efectos podría tener para la región?
La importancia que tiene el BID para los países de la región y los extracontinentales es clave y eso lo entiende una administración demócrata o republicana. Independientemente de quien esté en la Casa Blanca, siempre hay que tener mucho cuidado para que no se utilicen estas instituciones financieras multilaterales con el fin de imponer condiciones irracionales, como se hacía en el pasado, para que algunas naciones ejecutaran “cambios estructurales” que realmente beneficiaban a los intereses únicamente del que pone más dinero.
¿Se podrían presentar tensiones en relación entre Claver-Carone y el gobierno demócrata?
Es justamente ahí donde se va a ver el profesionalismo y la capacidad de Mauricio Claver-Carone para entender que su sombrero es de presidente del BID y no de representar a un exmandatario de los Estados Unidos o a un partido en específico. Creo que el resto de los países van a ser muy vigilantes para evitar que eso suceda.
Trump debilitó el multilateralismo con la salida de su país de la OMS, amenazas a la OMC y el retiro del Acuerdo de París, entre otros hechos. ¿Qué cambios se pueden esperar con la nueva administración?
Hemos advertido durante varios años, incluso antes de que Trump llegara al poder, de que había una crisis en el multilateralismo. Para Costa Rica este tema es esencial no sólo en cuanto a relaciones diplomáticas, sino también en comercio internacional e inversión, el reforzar este ámbito es muy importante para nosotros.
La llegada de Biden es una ventaja en cuanto a una valoración más fuerte de lo que significa el multilateralismo, y no únicamente para impulsar esa unión a nivel global, sino inclusive para promover los intereses individuales de los países, algo que es legítimo; pero no por la imposición unilateral.