Miles de cubanos se sumaron, de a poco, a una jornada de manifestaciones inéditas bajo consignas como “Tenemos hambre”, “Libertad” y “Abajo la dictadura”, este domingo 11 de julio.
El poder de convocatoria fue amplio para manifestar un hartazgo colectivo por varios factores, en cuenta la situación económica decadente de la isla caribeña, el desabastecimiento de productos básicos y una pandemia que alcanza cifras récord y amenaza la capacidad de hospitales.
Según reportó la BBC, solo el sábado se registraron 6.750 casos de COVID-19 y 31 muertes, aunque grupos opositores al régimen denuncian que las cifras podrían ser mayores.
Otro factor es la ausencia de un Castro el poder. Ni Raúl, ni Fidel están ya para calmar las aguas con su liderazgo todavía bien reconocido en la isla; y el presidente Miguel Díaz Canel enfocó su respuesta en la represión y en llamados al enfrentamiento.
EF analizó la situación cubana con el especialista en gobierno, políticas públicas y en relaciones internacionales, Carlos Murillo.
Los motivos que detonaron la salida a las calles, el impacto de las redes sociales en la revuelta, las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, el papel que jugará la comunidad internacional y el simbolismo de una primera protesta sin un Castro en el poder son parte de los temas de esta conversación.