Las diversas opciones de combustibles alternativos al petróleo, tocan la puerta de un Gobierno y un país que busca ser cada vez más “verde”.
Con avances constantes a nivel nacional e internacional, el camino de Costa Rica debería ser no desechar ninguna de las opciones energéticas que tiene a la vista. Ni el hidrógeno, ni las baterías, ni los biocombustibles ni siquiera el etanol. Tras el desarrollo y el uso de estas, el país deberá determinar, en cuál o cuáles invertir.
El hecho de contar con varias opciones permite justamente, ver el desarrollo de cada una de las energías va teniendo a futuro. A partir de esto, la apuesta país se puede tomar de manera más informada y práctica, de acuerdo con Rolando Castro, viceministro de Ambiente.
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Mientras se define por cuál o cuáles apostará el país, los vehículos eléctricos de batería avanzan acompañados del apoyo del Estado y de la buena mirada del consumidor. A pesar de que aún no están cerca de competir -ni en precio ni en autonomía- con los autos impulsados por gasolina o diésel, la presencia de vehículos eléctricos en Costa Rica es cada vez más constante.
Tras la publicación de la Ley de incentivos y promoción para el transporte eléctrico en enero del 2018, el Ministerio de Ambiente y Energía trabaja en la implementación de los reglamentos correspondientes, para la correcta implementación.
El primer paso son las estaciones de carga o electrolineras. El Minae se encuentra en conversaciones con las empresas productoras de energía para la colocación de las mismas a nivel nacional, sin embargo, también se visualiza una posible la entrada del sector privado como un actor importante.
Centros comerciales, oficentros, restaurantes, son opciones para ofrecer el servicio de recarga de los carros eléctricos. Es decir, que las electrolineras funcionen como un servicio más que brinda el local. Parte de que el país cuente con la infraestructura adecuada, puede agilizar y promover la utilización de los vehículos eléctricos.
Otro aspecto importante para dinamizar la economía del transporte eléctrico, recae en las compras estatales. El Minae girará una directriz a las instituciones del estado para que puedan establecer metas de compra y renovación de flotillas, a carros eléctricos.
El objetivo de la directriz y las eventuales compras es permitir que existan más vehículos eléctricos a nivel nacional. De esta manera, las empresas importadoras vean como una opción más rentable, traer nuevos modelos eléctricos de marcas ya existentes, pero también de nuevas marcas al país. De esta manera, no solo se aumenta la oferta de vehículos eléctricos, sino que es posible que el comportamiento del mercado, ayude a que los precios de los mismos, bajen.
En la misma línea de la directriz del gobierno, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) dio recientemente el primer paso. El 7 de mayo del 2018, un día antes de la toma de posesión del presidente Alvarado, el ICE adjudicó la compra de 100 vehículos completamente eléctricos.
Tras la compra de los carros, todos Hyundai Ioniq EV con un promedio de autonomía de 220 km de uso, el proveedor tenía en total cinco meses para la entrega del total de la nueva flotilla. Además de los vehículos, la compra de poco más de $3,5 millones incluyó la adquisición de 110 cargadores eléctricos.
La idea del Minae, es que cada institución establezca una meta de renovación de flotillas. La compra de vehículos eléctricos además de acercar al país a la meta de la carbono neutralidad, podría significar un ahorro interesante en el consumo de combustibles, de acuerdo con el viceministro de Ambiente.
Para el 2030 el país tiene el compromiso de que el 50% de los vehículos que circulen, sean cero emisiones.
En el mercado privado el movimiento va un poco más lento. A agosto del 2018, había en el país un total de 42 vehículos eléctricos con autorización de levante -nacionalización-, que suman ¢120 millones en impuestos exonerados, según datos del Ministerio de Hacienda.
La expectativa sobre el crecimiento de la importación de estos vehículos, es que se fortalezca en los próximos años conforme se desarrolle la producción, de acuerdo con Carlos Aguilar presidente de la Asociación de Importadores de Vehículos y Maquinaria (Aivema).
Las exoneraciones como las que ha planteado recientemente el Gobierno, no son nuevas para esta tecnología, de acuerdo con el importador, sino que vienen de varios gobiernos atrás. Sin embargo, el mercado de los vehículos eléctricos sigue siendo limitado aún, por el costo comparado con un vehículo de combustión que tienen excelente rendimiento.
Sin embargo, actualmente se está viviendo en un “boom tecnológico”, de acuerdo con Aguilar. Hay muchos fabricantes no tradicionales buscando entrar en el mercado. A pesar de esto, la experiencia de producción masiva da ventaja a algunas marcas sobre otras y eso se refleja en presencia de los vehículos que se venden en el mercado nacional y los precios que manejan.
Actualmente, en Costa Rica hay seis modelos de vehículos eléctricos distintos vendiéndose. Varias agencias están gestionando la liberación de nuevos modelos para el país.
Más allá de esto, conforme la tecnología se masifique y la infraestructura se desarrolle crecerá la demanda de estas unidades de acuerdo con Aguilar. Sobre esto, el Minae tiene la visión de que el país funcione como espacio para ensambaje tanto de repuestos, como de vehículos eléctricos, por lo que están trabajando en un reglamento al respecto.
Además es necesario realizar una ley sobre símbolos para identificar cuál es un vehículo eléctrico y cuál no. Esto es importante, si se toma en cuenta los incentivos que tienen estos carros en el país, como por ejemplo que no pagan parquímetro.