La Ley de Chips del gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) pone sobre la mesa $500 millones para proyectos internacionales vinculados a la cadena de producción de semiconductores. Costa Rica está entre los países que pueden obtener este incentivo.
La porción del monto a recibir no se tiene clara, esto porque pueden ser beneficiados más países y de esa manera dividirse la cifra. Lo que sí es un hecho es que EE.UU. alentó a Costa Rica a prepararse.
“Lo que hemos dejado claro al gobierno (de Costa Rica) es que estamos interesados en que miren esta legislación para que analicen si se pueden aprovechar de ella”, reveló a EF José Fernández, subsecretario para Crecimiento Económico, Energía y Medio Ambiente de EE.UU, en una visita que hizo a Costa Rica en setiembre del 2022.
El país posee una gran ventaja sobre otras naciones: Intel y su único centro de ensamblaje y prueba de procesadores de la empresa en el hemisferio occidental. Esa compañía marcó el inicio de la inserción de empresas tecnológicas multinacionales en el país y de esa manera el ascenso costarricense en la cadena global de valor.
La cercanía geográfica y las buenas relaciones que históricamente mantienen Costa Rica y Estados Unidos son características positivas. Pero queda un tema por resolver: la capacidad y cantidad del talento humano capacitado en manufactura avanzada.
De acuerdo con el Ministerio de Comercio Exterior (Comex), el país ya presentó una propuesta de valor y se encuentran en espera de comentarios. En el documento se detallan temas de oferta y fortalezas, así como los beneficios generados alrededor de la ley.
El atractivo costarricense
Intel acumula 26 años de operación en territorio nacional con un centro de servicios y un centro de ensamblaje y prueba de procesadores. Las labores del área de manufactura se reanudaron en el 2021, después de siete años de que cerraran la planta en el país.
La operación de manufactura toma relevancia a la luz de la Chips Act, ya que EE.UU. quiere romper la concentración actual que se ubica en Asia.
De acuerdo con Timothy Scott, director de Asuntos Gubernamentales de Intel, en 1990 el 80% del suministro mundial de semiconductores estaba en EE.UU. Actualmente Asia concentra el suministro mundial.
“(La meta de la ley es que)En el 2030 ese suministro mundial de chips esté equilibrado entre América y Europa con un 50% y el otro 50% en Asia”, explicó Scott.
La trayectoria de más de dos décadas de Intel en el país da seguridad a más empresas en el área tecnológica para mudar operaciones, e incluso expandirlas en el territorio nacional. El ingreso de la compañía estadounidense puso los ojos de la industria electrónica mundial en Costa Rica.
Quizás Intel sea la empresa más popular en el radar, pero no han sido los únicos del sector que han iniciado operaciones en el país. Qorvo, de origen estadounidense dedicada a la producción de semiconductores, está en el país desde 1996 y opera como proveedor de tecnologías base y soluciones de RF para teléfonos móviles, infraestructura y aplicaciones de la industria aeroespacial.
Teradyne se suma a las compañías con más de 20 años de producir en el país. En sus instalaciones en el Coyol de Alajuela se dedican a pruebas de semiconductores y automatización industrial.
Esas empresas multinacionales son evidencia de que Costa Rica es tierra fértil para el desarrollo tecnológico. De acuerdo con un informe técnico de la Organización Internacional de Trabajo (OIT), algunos de los criterios que consideró Intel antes de instalarse en suelo costarricense fueron: condiciones políticas y económicas estables; suficiente disponibilidad de recursos humanos a nivel técnico y profesional; razonable estructura de costos; proceso expedito de permisos para la construcción de la nueva planta, entre otros.
El informe revela que para el caso de Intel la tramitología se agilizó por medio de la Presidencia de la República y se designó un líder del proceso “encargado de ser el interlocutor frente a la empresa”. Esas serían acciones necesarias a calcar para que EE.UU. vea el interés del país en obtener el incentivo de IED.
“La estrategia de EE.UU. con ese paquete de incentivos busca varios elementos en los cuales Costa Rica se encuentra con una oportunidad importante: proximidad geográfica porque esta es una estrategia para el rebalanceo de las cadenas globales de valor en América; nos perfilamos como uno de los pocos países con los que EE.UU. mantiene una relación fuerte particularmente en semiconductores y la disponibilidad del talento especializado”, detalló Vanessa Gibson, directora de Clima de Inversión de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde).
Costa Rica se encuentra en un punto estratégico no solamente a nivel geográfico, sino en temas políticos. El país está posicionado como una de las democracias más sólidas del mundo, y en el continente es la tercera por debajo de Canadá y Uruguay.
Carrera contrarreloj
Todo parece indicar que Costa Rica puede ser el candidato fuerte para recibir el incentivo y así generar mayor atracción de inversión y reinversión extranjera directa. Hay un punto algo débil: la mano de obra avanzada.
Si bien las empresas reconocen que en el país hay mano de obra capacitada, no es lo mismo que cantidad de mano de obra avanzada. Esto pone a las compañías e instituciones formadores de técnicos, en una carrera contrarreloj para dar la talla con la demanda.
“En talento tenemos retos a todos los niveles, no solo a nivel especializado como es el que necesita la industria de semiconductores; también se requiere talento bilingüe y STEM. Ya Costa Rica tiene talento, simplemente hay que potenciarlo más ampliarlo, por eso trabajamos proyectos con el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), con el Ministerio de Ciencia Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt), con el Ministerio de Trabajo y también con organizaciones privadas cooperantes para agilizar y desarrollar”, indicó Pedro Beirute, gerente general de la Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica (Procomer).
La Ley de Chips contempla $52.000 millones para fomentar la producción de semiconductores y la seguridad de cadenas de producción. Destinarán $500 millones para proyectos internacionales y México resuena como un fuerte competidor por su cercanía geográfica a EE.UU.
“Nuestra competencia más fuerte es México porque tienen una escala bastante importante de otros suplidores y de otros actores relevantes en el ecosistema. El costo relativo de la mano de obra para procesos de manufactura es relativamente más barata y por lo tanto el tipo de procesos y de operaciones que podemos atraer van a tener que ser de mayor valor agregado”, puntializó Gibson.
En proceso de preparación
Costa Rica se maneja en un ambiente de nearshoring y friendshoring ligado a EE.UU. por lo cual el trabajo de alianza no se requiere desde cero. Desde el tercer cuatrimestre del año anterior el país ha mantenido conversaciones con representantes del gobierno de Biden para conocer la oportunidad que ofrecerá la ley para el país.
La propuesta de las autoridades nacionales debe ser atractiva para el país norteamericano. De momento el Comex espera las respuestas de los representantes del gobierno estadounidense, por lo que brindarán detalles de la estrategia posterior a recibir los comentarios.
Por otra parte, Intel creó una alianza con el Ministerio de Educación Pública para brindar cursos especializados en inteligencia artificial. La oferta será para colegios técnicos.
“Esto quiere decir que en tres años, a partir del inicio de este curso lectivo, tendremos técnicos medios en inteligencia artificial. (...) Creo que tenemos bastantes elementos que nos ayudan a estar listos y si no estamos listos tenemos las herramientas necesarias para caminar en conjunto con el gobierno costarricense”, comentó Scott.