Buques de todo el mundo transitan por el Canal de Panamá, el cual conecta el océano Atlántico con el Pacífico. Esta conexión interoceánica fue construida por Estados Unidos (EE. UU.) hace más de un siglo y ahora la reclama de vuelta.
El presidente de EE. UU., Donald Trump, dejó clara su intención de “recuperar” la administración del canal tras acusar a Panamá de permitir la presencia de soldados chinos para controlar la ruta e imponer tarifas más altas a los buques estadounidenses. Además, el mandatario no descarta una invasión militar.
La tensión se mantiene activa entre las dos naciones que ya experimentaron enfrentamientos políticos en el pasado. Mientras tanto, distintos expertos consultados por EF señalaron que Costa Rica no enfrentaría mayores repercusiones políticas en el contexto de esta disputa.
Sin embargo, Carlos Murillo, director del Observatorio de Desarrollo de la Universidad de Costa Rica (UCR), advirtió que el país debe estar atento al eventual escenario militar que plantea Trump porque el territorio costarricense se ubica en un punto estratégico. EF explica la situación que tensó la relación entre las dos naciones.
Acusaciones de Trump
El mandatario estadounidense asegura que la administración del canal está en manos chinas, por lo tanto “van a recuperarlo”. Esto lo reforzó en su discurso de investidura, lo cual “hace más probable que sea un intento serio, aunque todavía parece inverosímil”, dijo a la agencia de noticias AFP, Benjamín Gedan, director del programa para América Latina del Wilson Center.
Además, Trump afirmó que ese supuesto control chino -desmentido por Panamá- produce el cobro de precios exorbitantes a los barcos estadounidenses.
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¿De quién es el canal?
EE. UU. construyó el canal entre 1904 - 1914. Fue gestionado por el gobierno norteamericano hasta 1999, año en el que Panamá asumió el control total a través de la Autoridad del Canal de Panamá.
Durante la administración de EE. UU. sobre el canal se dieron varias disputas en contra del poder que ejercían en terrotorio ajeno. Con el fin de dar neutralidad y calmar las tensiones, en 1977 se firmaron los Tratados Torrijos-Carter, impulsados por Jimmy Carter y Omar Efraín Torrijos (el entonces dirigente de Panamá). El acuerdo cedió el control absoluto a Panamá desde 1999.
China en el canal
Si bien las autoridades panameñas son las encargadas de administrar el canal, los distintos puertos son operados por medio de concesiones.
La empresa china Hutchison Ports opera bajo concesión desde 1997 los puertos de Balboa y Cristóbal. El primero se ubica en la entrada al Pacífico, mientras que el segundo está en la entrada Atlántica del canal; es decir, están en los dos puntos estrátegicos de ingreso.
“Balboa es la terminal de transbordo número uno de América Latina con una capacidad anual de 5 millones de TEUs, colaborando con las diferentes líneas navieras para las actividades de embarque, desembarque y trasbordo de mercancías hacia la región”, detalla el Centro de Innovación e Investigaciones Logísticas Georgia Tech Panamá en su sitio web.
Una de las características más importantes del puerto de Cristóbal es que conecta con las rutas marítimas más importantes del Caribe y el Océano Atlántico.
Ryan Berg, director del programa de las Américas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, dijo al diario estadounidense The New York Times que es “probable que CK Hutchison disponga de información sobre todos los barcos que atraviesen el canal de Panamá, lo que le daría una ventaja de datos”.
Posibilidades de Trump
“(Donald Trump) dispone de muy remotas herramientas para lograrlo, máxime que cualquier disposición significativa de política exterior tendría que contar con el apoyo del Congreso. El tratado Carter-Torrijos es muy claro, y declara la soberanía panameña sobre la vía interoceánica”, explicó Guillermo Zeledón, analista político y profesor de LEAD University.
El obtáculo que detiene las amnezas de Trump radica en el tratado. Lo que sí está al alcance del presidente es la renegociación de condiciones del uso para los barcos norteamericanos que usan el canal.
“Estados Unidos tiene la obligación de cumplir con lo pactado en 1977 con Panamá y así siempre lo ha hecho”, señaló Nicolas Boeglin, profesor de Derecho Internacional Público de la UCR.
Un AS bajo la manga
Romper con el Tratado es el camino a seguir del nuevo mandatario para cumplir con su deseo. La segunda opción es invadir militarmente, lo cual rompe de igual manera con el acuerdo.
Murillo comentó que “la invasión golpearía más a Estados Unidos de lo que podría beneficiarlo debido a las tensiones políticas y comerciales que se pueden generar”.
Esa posible ocupación podría generar un bloqueo comercial que afectaría principalmente a EE. UU., por ser el país que utiliza mayormente dicha vía transoceánica para transportar mercancías de costa a costa.
¿Qué dice Panamá?
José Mulino, presidente de Panamá, desmintió las acusaciones. “Cada metro cuadrado del Canal de Panamá y sus zonas adyacentes son parte de Panamá, y seguirá siendo”, expresó las amanezas lanzadas por Trump.
La nación panameña alertó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre las intensiones que emitió el nuevo presidente desde Washington. La carta presentada hace referencia a los artículos de la ONU que señalan la prohibición de utilizar amenazas contra la integridad territorial o la independencia política, publicó New York Times.
Por otra parte, Panamá quiere dejar claro que no existe manipulación alguna por parte del concesionario chino. Esto motivó una auditoría a Panama Ports Company (PPC), subsidiaria de la empresa china Hutchison Ports Holdings.
Primer contacto
Hasta el momento ningún representante de los países en disputa se han reunido para conversar sobre la situación. Pero la primera visita podría darse la próxima semana por parte del secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, a tierras panameñas, según informaron funcionarios al diario digital Politico.
“Se espera que Rubio aproveche el viaje para cubrir al menos dos temas prioritarios en la agenda de política exterior de MAGA: la reducción de la migración ilegal y el impulso de Trump para recuperar el Canal de Panamá”, publicó el medio.
Se espera que Rubio también visite Costa Rica, Guatemala, El Salvador y República Dominicana
¿Costa Rica sufriría golpes colaterales?
Los distintos expertos consultados negaron que Costa Rica sufra repercusiones ante las fricciones que ocurren en el país vecino. Tampoco ven ventajas para el territorio costarricense.
Pero Murillo dice que, en caso de una ocupación militar, Costa Rica estaría geográficamente en medio de dos potencias mundiales enfrentadas entre sí: presencia rusa en Nicaragua e invasión estadounidense en Panamá.
“Se daría una confontación entre superpotencias que se conoce como guerra sistémica, que lo que busca es repartirse un poco las zonas de influencia”, dijo.
El director del Observatorio agregó que el país no ha tomado una posición clara en política exterior. “EE. UU. le torció el brazo al gobierno de Costa Rica con el asunto de China. Si Costa Rica respalda al país vecino, entonces Washington puede reclamarnos que existen compromisos y apoyos que están brindando a nuestro país”.