Washington. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibirá este martes a uno de sus más fervientes admiradores: su homólogo de Brasil, Jair Bolsonaro, el “Trump del Trópico” con quien espera inaugurar una nueva alianza hemisférica.
Los dos, populistas de derecha, conocidos por su retórica polémica, tuiteros compulsivos y con sintonía en temas desde comercio a seguridad, se reunirán al mediodía para un mano a mano en la Oficina Oval, un almuerzo de trabajo y una rueda de prensa conjunta en los jardines de la Casa Blanca.
"Es el comienzo de una asociación centrada en la libertad y la prosperidad", destacó Bolsonaro, quien está orgulloso de ser comparado con Trump, al iniciar el viaje el domingo.
Para Estados Unidos, la cita permite por primera vez en muchos años acercarse al gigante sudamericano, especialmente después de los recientes gobiernos de izquierda.
"Es una oportunidad potencialmente histórica para redirigir las relaciones entre nuestros dos países, las dos democracias más grandes del hemisferio occidental. Creo que tendrá un profundo impacto no solo en este hemisferio, sino en todo el mundo", declaró este martes a periodistas el consejero de seguridad nacional de Trump, John Bolton.
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La Casa Blanca anticipó un relanzamiento de las relaciones bilaterales desde la elección de Bolsonaro en octubre pasado. Y para esto apuesta a la relación personal.
Trump, el “Bolsonaro del Norte” como lo llamó Bolton en una entrevista con la TV Globo, confirmó inmediatamente su apoyo a su par brasileño apenas éste se juramentó: “íEstados Unidos está contigo!”, tuiteó.
La afinidad es notoria. Trump y Bolsonaro impulsan un cambio en Venezuela que saque del poder al “dictador” Nicolás Maduro, y son fuertemente críticos de los gobiernos de Cuba y Nicaragua. También comparten posiciones de línea dura sobre el multilateralismo, la inmigración y el papel de China, de creciente influencia en Latinoamérica.
Además, los dos son escépticos sobre el cambio climático. Trump ya se comprometió a retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París de 2015, un amplio pacto internacional para reducir las emisiones de carbono. Y Bolsonaro, cuyo país alberga gran parte de la amenazada selva amazónica, evalúa seguirlo.
“Realmente habrá un eje Norte-Sur de las dos economías más grandes del hemisferio occidental”, dijo el lunes a periodistas un alto funcionario de la administración Trump, para quien la victoria de Bolsonaro “rompió muchos tabúes” sobre la influencia de Estados Unidos en la región y la izquierda.
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Y como ejemplo de la expectativa positiva que este eje genera, citó el récord del lunes de la Bolsa de Sao Paulo, que por primera vez alcanzó los 100.000 puntos ante las reformas promercado prometidas por Bolsonaro.
Bolsonaro, a quien Trump alojó en Blair House, la residencia frente a la Casa Blanca reservada para agasajar a huéspedes cercanos, dijo que ambos tienen mucho en común.
“Siempre lo he admirado. He sido muy criticado por esto, pero no negaré lo que pienso. No soy un camaleón"”, dijo Bolsonaro a Fox, el canal favorito de Trump.
“Estoy dispuesto a abrirle mi corazón y hacer lo que sea en beneficio tanto de los brasileños como de los estadounidenses”, dijo.
Brasil aspira a ingresar a la OCDE, un club de democracias ricas. Y Washington hará todo lo posible por ayudarlo, dijo el alto funcionario del gobierno de Trump, que habló bajo condición de anominato.
Según reportes de prensa, Estados Unidos también podría otorgar a Brasil el estatus de “aliado preferente fuera de la OTAN”. Esto le abriría la puerta a tecnología, cooperación, y recursos de defensa.
El lunes, Bolsonaro firmó un acuerdo con compañías estadounidenses para permitir lanzamientos de satélites comerciales desde la base brasileña de Alcántara.
¿Otros temas sobre la mesa? Venezuela está en la agenda “sin duda”, dijo Bolsonaro a Fox. “El país que está más interesado en ponerle fin a la dictadura narcotraficante de Maduro es Brasil”, afirmó.
Según el alto funcionario, Venezuela será parte de la discusión en particular por el buen vínculo entre los militares venezolanos y brasileños, que puede propiciar un “cese de la usurpación” de Maduro.
La crisis venezolana también centró la discusión esta mañana de Bolsonaro con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, un feroz crítico de Maduro.
“La conversación trató sobre la narcodidadura de Nicolás Maduro y Cuba. Almagro, siempre atento a las libertades individuales, hace duras críticas y denuncias contra el régimen venezolano y cubano”, tuiteó Bolsonaro, junto a una foto del encuentro.
Bolsonaro llamó el lunes a “liberar” a Venezuela junto con Estados Unidos, en una jornada en la que hizo una inusual visita a la CIA, la agencia de inteligencia que estuvo detrás del golpe de Estado que derrocó al presidente João Goulart en 1964 y dio lugar a una dictadura militar en Brasil hasta 1985, admirada por el actual mandatario brasileño.