El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) informó por medio de su página oficial de Facebook que “el disturbio tropical que está al norte de Panamá ya se cataloga como tormenta tropical Bonnie”.
Se proyecta que entre las 5:00 p.m y 6:00 p.m de este viernes 1°. de julio, la tormenta tropical Bonnie impacte directamente el territorio nacional, cerca de Barra del Colorado, precisó Werner Stoltz, director del IMN a los medios nacionales.
El Financiero en conjunto con el IMN y el sitio web de la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE) le explica los efectos que podría dejar el paso de este fenómeno, la diferencia entre las alertas y las expectativas para esta temporada de ciclones.
La tormenta tropical Bonnie se ubicaba 410 kilómetros noreste de Isla Calero, con un movimiento hacia el oeste de 30 kilómetros por hora (km/h), afirmó el IMN en su página de Facebook. Con esta velocidad y dirección se estima que cruzará por el sur de Nicaragua o el norte de Costa Rica la noche de este viernes y emergerá sobre el Océano Pacífico el sábado.
Finalmente, el sistema se moverá mar adentro pero paralelo a las costas en El Salvador, Guatemala y el sur de México, de sábado a lunes.
En conferencia de prensa al mediodía, el CNE anunció que los cantones de Turrialba, Alvarado y Jiménez se unen a los 12 ya declarados en alerta roja (máxima): Liberia, La Cruz, Los Chiles, Guatuso, Upala, San Carlos, Río Cuarto, Sarapiquí, Guácimo, Pococí, Siquirres y Matina.
La vertiente del Pacífico (excepto La Cruz) y Valle Central continuarán en alerta naranja, mientras que el Caribe Sur (Limón, Valle La Estrella y Talamanca) permanece en alerta amarilla, según informó la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) por medio de un comunicado.
En este mapa podrá seguir la trayectoria del ciclón tropical que atraveserá el país en las próximas horas:
Posibles efectos
Roberto Vindas, meteorólogo del IMN precisó a EF ayer jueves 30 de junio, que los efectos esperados son fuertes vientos y precipitaciones, principalmente en la parte del Caribe norte del país y Guanacaste, así como en las zonas del Pacífico Central y Sur. La afectación irá variando conforme pase los días.
Este viernes 1.° y sábado 2 de julio son los días que tendrían la mayor intensidad en las lluvias, con acumulados máximos que podrían sobrepasar más de 300 milímetros en 24 horas para estas regiones, sobre todo al norte del país, dijo Vindas. Ya el domingo el sistema se estaría alejando del país con un golpe indirecto sobre las regiones del Pacífico Central y Sur.
En el caso del Valle Central, se esperan precipitaciones más dispersas y de menor intensidad en comparación con las regiones del norte. El IMN pronostica condiciones nubladas y algunas ráfagas de 30 a 50 kilómetros por hora (Km/h).
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¿Ciclón, tormenta o huracán?
El concepto de ciclón tropical es el nombre genérico para referirse al conjunto de todos estos sistemas o fenómenos naturales. Es decir, un ciclón tropical puede ser una tormenta, puede ser una depresión tropical o bien un huracán.
Ahora, la diferencia entre estos tres (depresión, tormenta y huracán) es básicamente la intensidad y velocidad con que se manifiesten los vientos, así como el centro de baja presión.
Las alertas
La CNE clasifica las zonas del país con alertas o estados que tienen la intención de desarrollar acciones para garantizar una respuesta en la población, debido a una probable manifestación u ocurrencia de un evento que cause una emergencia. Las alertas se clasifican en cuatro grupos, verde, amarilla, naranja y roja.
La alerta verde es un estado preventivo e indica cuando eventualmente un fenómeno pueda afectar o poner en peligro a una comunidad, región o país. Como acciones preventivas la ciudadanía debe monitorear las condiciones en las áreas de su territorio y mantenerse pendiente ante cualquier riesgo que se pueda presentar.
La alerta amarilla significa preparación, denota que el peligro crece y se sabe que el evento va a afectar a la población. En estos casos se activan los procedimientos preestablecidos de los cuerpos de socorro y se toman precauciones de los planes de emergencia que existen en cada hogar, lugar de trabajo o comercios.
La alerta naranja se determina cuando se presentan condiciones de riesgo alto y se estima que el evento ocurra y su paso pueda afectar a la población, sistemas productivos, accesibilidad a servicios básicos, entre otros. Este estado avisa a la población sobre tomar medidas de movilización o contención para minimizar el impacto aunque no se haya materializado por completo.
Y la alerta roja se establece cuando hay una amenaza de gran tamaño y severidad, que requiere la movilización de los recursos para la atención de emergencias. Ante su declaratoria se recomienda activar las alarmas preestablecidas, evacuar y asegurar a la población afectada y poner en práctica los planes de emergencia en la vivienda, oficina de trabajo o establecimientos comerciales.
¿Alerta huracán?
Vindas indicó que la proyección es que la tormenta tropical Bonnie se convierta en huracán, pero después de alejarse de Costa Rica.
“Bonnie afectaría a Costa Rica de manera directa como tormenta tropical. Una vez que haya pasado por ahí del lunes o martes, en el Océano Pacífico podría convertirse en huracán. Esa es la perspectiva pero ya no estaría afectándonos”, explicó el especialista.
Para que un sistema se convierta de tormenta tropical a huracán depende de varios factores como: la temperatura superficial del mar, las condiciones en la atmósfera, con la cortante vertical y el viento.
El vocero del IMN alertó que es atípico la formación de ciclones tropicales durante esta época del año (junio-julio), ya que no se alcanza la intensidad de las temperaturas.
El Instituto recordó que desde 1950, solo se han formado otras cinco tormentas tropicales con nombre en el Caribe durante julio: Anna (1991), César (1996), Claudette (2003), Dennis (2005) y Dolly (2008). De estas la que tuvo impactos en Costa Rica fue César, la tercera tormenta en recibir nombre de la temporada de huracanes del Atlántico de 1996.
Prevención
Al mediodía la CNE dijo que, las evacuaciones preventivas se extendieron en San Carlos, Upala, Guatuso, también en Ujarrás de Buenos Aires, Cañas y en las barras en Caribe norte.
Al momento se cuentan con 3.100 personas evacuadas, y más de 2.000 en procesos de evacuación.
Información publicada por el diario La Nación indica que, equipos de socorro reportan varios accidentes en Cervantes, lo que implica el cierre de la vía y dificulta aún más eventuales labores de evacuación en otras comunidades afectadas por las lluvias. Además, la ruta 10, que enlaza Cartago - Turrialba - Limón es prácticamente la única ruta de acceso al Caribe, pues la Braulio Carrillo - 32, tiene cierre indefinido debido a los enormes deslizamientos que la afectan.
El jueves 30 de junio, el presidente ejecutivo de la Comisión Nacional de Emergencias, Alejandro Picado confirmó la evacuación de 930 personas que viven cerca del río San Juan.
La CNE tiene activos los 82 comités municipales de emergencias del país y ya hay camiones con alimentos, agua, espumas y otros artículos de primera necesidad en la zona norte.
Los cuerpos de Bomberos, Cruz Roja y Seguridad Pública ya desplazaron personal a las zonas de más riesgo para las labores preventivas de evacuación de familias y de vigilancia. En delta Costa Rica, Sarapiquí, dos buses privados movilizaron a unas 40 familias hacia albergues en La Virgen y Puerto Viejo.
La Cruz Roja mantiene alertas a 4.500 voluntarios distribuidos en 134 comités locales y tiene a disposición las brigadas especializadas de rescate terrestre, acuático y urbano y a su unidad canina.
El ministro de Seguridad, Jorge Torres, dijo que envió unos 2.800 policías a las zonas de alto riesgo, incluso para prevenir robos en las viviendas que queden solas durante las movilizaciones y se cuenta con dos helicópteros del gobierno de los Estados Unidos, así como cuatro aeronaves del Ministerio de Seguridad para eventuales puentes aéreos.
La CNE recomienda, en general, mantener la vigilancia en las zonas con mayor vulnerabilidad a deslizamientos e inundaciones, ya que además se presenta una alta saturación en los suelos.
Expectativas
El IMN pronostica que se formen al menos 19 tormentas con nombre, ya sea tormenta tropical o huracán para esta temporada. De esas 19, aproximadamente se espera que unas 10 puedan ser tormentas tropicales; unas cinco llegarían a huracanes de categoría 1 y 2; y huracanes mayores en la cuenca del Atlántico serían cuatro de categoría 3, 4 o 5.
“No estoy diciendo que nos vayan a afectar cuatro huracanes de categoría 3, 4 y 5 porque no se puede pronosticar o saber con precisión la afectación para Costa Rica directamente. En años anteriores hemos tenido afectaciones importantes, pero sí se pronostican 19 tormentas nombradas. La afectación se define una vez que los sistemas se estén formando”, precisó Vindas.