La crisis de agua en la Gran Área Metropolitana (GAM) es una situación a la que muchos habitantes han tenido que acostumbrarse y que permanecerá por unos años más, pero que podría tener solución en un plazo de hasta siete años, dependiendo de la zona.
El Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) presentó lo que llama el Plan de Ruta de Agua para la GAM (Pragram), un conjunto de proyectos e inversiones planificadas a lo largo de los próximos años con un único objetivo: lograr un superávit hídrico en la región metropolitana, es decir, que la oferta de agua sea superior a la demanda.
El reto, no obstante, será la planificación y ejecución adecuada del plan, capacidades de las cuales ha adolecido la institución. El sector construcción, mientras tanto, ve con cautela el plan y pide coordinación interinstitucional para sacar adelante el plan y alianzas con sector privado.
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Dos grandes proyectos
El Pragam consta de 40 proyectos de diferente tipo, cuantía y plazo. 13 de ellos son acciones inmediatas que se ejecutarán entre este año y el 2026, otros 18 proyectos se incorporarán entre 2026 y 2028, ocho más se habilitarán entre 2028 y 2030 y, por último, un proyecto llegará después del 2030.
Estas fechas corresponden a la entrada en operación de los proyectos y no al inicio de su construcción, según comentó Juan Manuel Quesada, presidente ejecutivo del AyA.
Los proyectos de acción inmediata contemplan 11 pozos, una naciente y un conjunto de acciones para optimizar los sistemas. Estos representan una inversión de $22,8 millones.
En el segundo grupo la inversión se incrementa a $76,5 millones. Este incluye 15 pozos, una naciente y otro conjunto de acciones para optimizar los sistemas. Además, aquí vendrá uno de los proyectos estrella que el AyA promete: Puente de Agua.
Puente de Agua es una fuente superficial de agua, específicamente del río Grande de Orosi. La idea, en esencia, es tomar recurso de ese río y repartirlo a diferentes partes de la GAM en tres etapas.
La primera etapa será traer agua a la planta de Cartago y, de allí, proporcionar 300 litros de líquido al sistema de Tres Ríos, uno de los que presenta dificultades para garantizar agua en el verano y que abastece a barrio Escalante.
En una segunda etapa se construirá una nueva planta potabilizadora en El Guarco y, posteriormente, la tercera fase es llevar agua al sur de San José, hacia un tanque en Los Guido.
Puente de Agua aportará 750 litros de agua por segundo al GAM y es el segundo proyecto más grande del Pragram.
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El tercer conjunto de inversiones incluye siete pozos, además de la continuación de Puente de Agua. Finalmente, el único proyecto de largo plazo es, a la vez, el más ambicioso. Se trata del Proyecto Abastecimiento para el Acueducto Metropolitano (PAAM) conocido también como Orosi 2, del que se dieron pocos detalles, pero la actual administración espera dejar los diseños y terrenos necesarios listos en 2026.
El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) aprobó en noviembre del 2020 un financiamiento de hasta $399,2 millones para Orosi 2.
En este país tenemos un rezago de más de 30 años en inversión de obra pública de acueducto y alcantarillado”.
— Juan Manuel Quesada, presidente ejecutivo del AyA.
La propuesta de agua para la GAM atañe especialmente al sector construcción, pues uno de los objetivos es contar con suficiente recurso para dar cartas de disponibilidades de agua, un documento que garantiza la existencia de agua potable en una determinada ubicación y el cual es requisito previo para construir cualquier inmueble.
La Cámara Costarricense de la Construcción (CCC) recibió el plan con cautela. La entidad cree que es pronto para afirmar que el Pragram es la solución definitiva a los problemas de agua en la ciudad, pero también considera que el plan tiene puntos de mejora.
La organización realizó una serie de solicitudes. Por ejemplo, pidió al AyA coordinar con entidades como el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) o ministerios relacionados, para proyectar con mayor precisión hacia dónde crecerá la ciudad y planificar en consecuencia.
La Cámara muestra apertura para establecer alianzas público-privadas con el AyA, pero recordó que la rectoría en agua potable recae sobre ese instituto, por lo que se deben flexibilizar requisitos y agilizar la tramitología para fomentar la participación privada.
“Se trata de una propuesta ambiciosa que busca atender las necesidades de las denominadas zonas calientes, donde la demanda de agua es alta y la oferta limitada (...). En cuanto a si representa una solución definitiva, aún es temprano para afirmarlo. Su éxito dependerá de la ejecución efectiva de cada una de las acciones planteadas”, comentó Randall Murillo, director ejecutivo de la CCC.
Ronald Sánchez, director de la carrera de Ingeniería Hidrológica de la Universidad Nacional (UNA), calificó positivamente la ruta del agua planteada por el AyA, pues, de cumplir con sus objetivos, podría permitir más crecimiento urbano y desarrollo económico.
Sin embargo, al académico le preocupa que se omita en el plan la protección del recurso hídrico y lo que pasará después de disponer del agua, así como la falta de un enfoque más integral en la gestión del líquido vital.
“Lo que más me preocupa es la protección del recurso para pensar más allá del 2040, sobre todo en época de cambio climático y llegando a la era de la ebullición global”, comentó.
Quesada sugirió en su exposición establecer un “pacto social” por el agua y pidió a las municipalidades y al sector de la construcción estar enfocados en buscar la solución para la crisis de agua.
En busca del superávit
El objetivo primordial del plan es lograr un superávit en los sistemas de acueductos de la GAM, esto quiere decir que la oferta de líquido sea mayor a la demanda.
La situación actual es delicada. De los 31 sistemas operativos de la GAM, el 71% enfrenta déficit y, de los 10 sistemas principales, solo tres son superavitarios.
Alejandro Calderón, subgerente del AyA para la GAM, lo planteó así: de cada vaso de agua nueva, la mitad se dedicará a reducir el déficit actual y la otra mitad para asegurar las disponibilidades de agua para la construcción.
Ese plan contempla que, en el corto plazo, se vuelvan a habilitar las disponibilidades en Escalante. El Financiero reportó días atrás que la situación en ese barrio, que se suple del sistema de Tres Ríos, es crítica, por lo que las disponibilidades podrían volver hasta 2027.
No obstante, el ritmo en el que los sistemas alcancen el superávit será distinto. Los 31 sistemas de la GAM se subdividen en cinco grupos que están interconectados y pueden “prestarse” agua.
El grupo 3, que comprende el oeste de San José y algunas zonas del sur, será el primero en tener superávit para el 2026.
Al año siguiente se espera que llegue el balance hídrico positivo al grupo 2, que suple la mitad de los cantones de San José y Tibás, además de San Pablo de Heredia.
Por su parte, en 2028 será el turno de los sistemas del grupo 1, el más amplio en extensión territorial, que abarca lugares como la mitad este de San José y Tibás, Goicoechea, Curridabat y otros.
Balance hídrico positivo a partir del 2026
Los sistemas del grupo 3 son los que entrarán antes a un balance hídrico positivo en 2026, seguido de los grupos 2 y 1 en los años posteriores.
FUENTE: AYA || INFOGRAFÍA / EF.
Los que tendrán que esperar más son los sitios que reciben agua de los sistemas 4 y 5, pues el superávit llegará hasta 2032 en ambos casos.
Junto con el superávit, el AyA quiere mejorar la interconectividad de los sistemas. Actualmente hay algunos, como el de El Guarco, que no están enlazados con ningún otro. Entre los que sí lo están, el flujo de agua solo va de norte a sur y de este a oeste, pero no viceversa.
Según el AyA, con este plan el agua está asegurada en la GAM hasta el 2050.
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Impacto en la tarifa
Quesada afirmó que el despliegue de este plan tendrá una “implicación tarifaria” para los usuarios.
Consultada por EF, la entidad amplió esta declaración y confirmó que se necesitarán recursos adicionales que serán determinados a lo largo del tiempo.
“Las necesidades de recursos adicionales para los proyectos de corto, mediano y largo plazo se determinarán oportunamente, luego de identificar los convenios público-privados que podremos desarrollar a la luz de esta figura”, comentó el AyA a través de su oficina de prensa.
La Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) agregó que el impacto en las tarifas dependerá de la estructura de financiamiento que proponga el AyA. Este puede venir de financiamiento, de partidas del Gobierno central o de fondos propios de la entidad.
“Evidentemente van a impactar las tarifas del servicio público de acueducto”, manifestó Marco Cordero, intendente de Agua. La pregunta es cuándo se darán estos incrementos y la respuesta es que eso dependerá de los plazos y la ejecución de las obras.